El descubrimiento de los antibióticos en el siglo XX fue el freno radical a las enfermedades infecciosas que diezmaban a las poblaciones. Fue uno de los hitos que, junto a las vacunas, permitió vivir más años, salvando a la humanidad de la amenaza constante de las infecciones mortales.
Sin embargo, ese mismo éxito histórico ahora se enfrenta a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado como una “pandemia silenciosa”. Estamos al borde de una era postantibiótica, donde las bacterias y otros microorganismos están aprendiendo a ignorar nuestros mejores medicamentos. Una herida simple, una cirugía o una neumonía podrían volver a ser una sentencia de muerte.
La amenaza es real y actual, pues las bacterias resistentes ya son responsables de alrededor de 700.000 muertes cada año en el mundo. La proyección es aún más alarmante: según el informe O’Neill sobre la RAM, podría convertirse en la primera causa de mortalidad global en 2050, con una estimación de 10 millones de muertes anuales.
¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos o RAM?
En esencia, la RAM es un fenómeno que ocurre naturalmente por modificaciones genéticas y surge cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los antimicrobianos. Esto hace más difícil el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación, días de hospitalización y probabilidad de muerte.
Lo que ha disparado la RAM hasta niveles de crisis global es el uso inadecuado y desmedido de estos medicamentos. Al malgastar este recurso preciado, estamos entrenando a las bacterias para que sean imparables:
Uso inadecuado en humanos: por ejemplo, su uso en infecciones virales (gripe, resfriados) donde no tienen efecto, el no cumplimiento completo del tratamiento, y la disposición inadecuada de medicamentos sobrantes.
El desafío en la producción animal (“Una sola salud”): por ejemplo, el uso de antibióticos como promotores de crecimiento en la ganadería, o para prevención masiva en animales sanos, lo que transfiere la resistencia a la cadena alimentaria y al medioambiente.
La respuesta de Uruguay en “Una sola salud”
Frente a este desafío, Uruguay ha mostrado un compromiso firme, articulando la respuesta bajo el concepto de “Una sola salud”. El país cuenta con sólida legislación y reglamentación para el control de antimicrobianos, fortaleciendo la venta bajo receta y regulando su uso en animales.
Además, el país lanzó el Plan de Acción Nacional único contra la RAM en noviembre de 2023. Dicho plan se basa en los principios establecidos por la OMS, OPS, OMSA, FAO y Pnuma.
Este plan intersectorial articula los esfuerzos de los tres ministerios nacionales clave (Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y Ministerio de Ambiente) y será reforzado por las nuevas autoridades el 24 de noviembre de 2025.
Sin embargo, la responsabilidad final recae en el cumplimiento por parte de todos: profesionales, productores y la población, para que este plan logre el impacto esperado.
La última oportunidad
La RAM no es una amenaza lejana, sino una crisis de salud pública. La clave para evitar volver a la era preantibiótica reside en la responsabilidad individual y colectiva.
Debemos entender que cada antibiótico administrado es un recurso preciado: es imperativo no exigirlos para infecciones virales y, sobre todo, completar siempre el ciclo de tratamiento indicado por el médico, incluso si los síntomas desaparecen.
Tal como lo establece el eslogan de la Semana Mundial de Concientización sobre la RAM 2025 (18-24 de noviembre), “Actuemos ya: protejamos nuestro presente, aseguremos nuestro futuro”.
(*) Directora del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina (Udelar). Médica microbióloga especializada en el estudio de la resistencia antimicrobiana. Ha trabajado como consultora nacional e internacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).