La instancia fue presentada por ADM como un espacio para “abrir un diálogo, tender puentes y fortalecer la escucha activa”, según se expresó en la bienvenida del evento. Su presidente, Jorge Abuchalja, destacó la pertinencia del análisis económico y sostuvo que “este es un país que no termina de arrancar; necesitamos identificarnos, saber quiénes somos y cómo podemos jugar”. El encuentro contó con la participación de los economistas Tamara Schandy y Javier de Haedo, quienes analizaron los primeros meses del nuevo gobierno y los desafíos que enfrentará la economía en 2025 y 2026.
El panel, moderado por el periodista Alfredo Dante, comenzó con la economista y socia de Exante, Tamara Schandy, quien situó el análisis en los lineamientos iniciales del nuevo equipo económico. Recordó que la designación del ministro y sus primeras declaraciones marcaron “muchas líneas de continuidad” respecto a los últimos años, particularmente en política fiscal, salarial y monetaria. Entre esos hitos destacó la aprobación del Presupuesto, que incorporó “un planteo de un ajuste gradual, recostado en la segunda parte de la administración”.
La economista advirtió que ese gradualismo se apoya en condiciones externas favorables, pero no está exento de riesgos. También subrayó la decisión del Banco Central de pasar de un rango meta de inflación a “una meta puntual de 4,5%”, un cambio relevante para orientar la negociación salarial y las expectativas del mercado.
Crecimiento débil y señales de cautela
Schandy señaló que la economía muestra poco dinamismo: “Estamos viendo la economía crecer realmente poco en estos últimos meses; nada, de hecho, en el tercer trimestre”. Según explicó, muchos sectores —comercio, construcción, servicios— se encuentran “en torno de cero”, lo que deja a la economía sin motores firmes de expansión.
A ello se suma la cautela empresarial registrada en las encuestas de Exante, que reflejan “una moderación en la visión del clima de negocios” y la percepción de que aún faltan señales en áreas clave como infraestructura y energía.
La economista también mostró preocupación por algunas señales recientes del gobierno, como el proyecto del Ministerio de Trabajo sobre despidos o la reducción de la jornada laboral en dependencias públicas. Según dijo, son elementos que “llevan la discusión pública a lugares que pueden generar preocupación”.
Por su parte, el economista Javier de Haedo analizó el Presupuesto como un instrumento que, una vez más, “plantea un ajuste fiscal que no se va a dar”, recordando que históricamente las metas de corrección hacia el final del período no se cumplen. Advirtió que las expectativas de crecimiento de 2,4% anual son “exageradas”, dada la evidencia de las últimas décadas y la falta de reformas estructurales que permitan acelerar la productividad.
Insistió en que no cree en los ajustes fiscales anunciados para los últimos años de cada administración y subrayó que esta no será la excepción, señalando que “es el tercer Ministerio de Economía que anuncia una meta ambiciosa para el último año”. También cuestionó la validación tácita del gasto heredado, al afirmar que “por más que el gobierno que asume siempre critica lo que heredó, no lo cambia y crece a partir de lo que recibe”, lo que a su juicio perpetúa una estructura fiscal sin evaluación profunda de la eficiencia del gasto.
“La fortaleza de un país”
En diálogo con CRÓNICAS, el presidente de ADM sostuvo que Uruguay “no termina de arrancar” y necesita definirse con claridad: “Necesita identificarse, saber quiénes somos, qué es lo que queremos y cómo podemos jugar”. Señaló que existe un clima general de descontento —“no hay nadie que esté muy contento ni un poco contento”— pese a que el país tiene fortalezas que no aprovecha.
Consultado sobre la desdolarización, señaló esto como un objetivo lejano: “La desdolarización es una ambición, pero nada más que eso. La moneda es la fortaleza de un país”. Añadió que el valor del peso no se determina por decreto, sino por credibilidad: “Muéstrame la fortaleza que tenemos y eso es cuánto vale nuestro peso”.