La Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) presentó los resultados de su Encuesta Anual 2024, un relevamiento que confirmó la relevancia estratégica del sector TI para el país. La industria facturó US$ 3.681 millones, lo que representa un crecimiento del 9% interanual, aunque menor a los aumentos de doble dígito registrados en años anteriores. El freno responde, según la gremial, a condiciones internacionales desafiantes y a una desaceleración marcada en Estados Unidos, principal mercado para las exportaciones tecnológicas uruguayas.
Carlos Acle, vicepresidente de Transformación Productiva de CUTI, explicó en diálogo con CRÓNICAS que “las exportaciones crecieron solamente un 7% y eso explica mayormente la desaceleración”. El mercado estadounidense —que concentra el 78% de las ventas externas— mostró señales de enfriamiento: “quedó casi estancado en términos absolutos” debido a un escenario de incertidumbre, tasas altas y menor capital disponible para startups, uno de los principales segmentos compradores de servicios de TI uruguayos.
A pesar de este contexto, la encuesta reveló un avance relevante en el mercado local, que creció un 12% interanual, impulsado por el dinamismo del software para industrias específicas (49%) y aplicaciones funcionales (31%). Para el entrevistado, detrás de este salto está la aceleración de la transformación digital, y destacó que “la incorporación de proyectos de inteligencia artificial para automatizar procesos es uno de los motores de esta demanda”.
En materia laboral, el sector mantuvo un nivel estable de empleo con unas 20.500 personas ocupadas y un leve incremento respecto a 2023. No obstante, persisten déficits de capital humano en perfiles complejos, especialmente en áreas vinculadas a ciencia de datos, machine learning e ingeniería de software. “Todo lo que esté alrededor de inteligencia artificial seguramente vea un crecimiento en los próximos años”, afirmó, señalando que las carreras terciarias empiezan a incorporar estos contenidos, pero aún con necesidad de mayor expansión y retención de estudiantes.
Sin embargo, un punto crítico sigue siendo la participación de mujeres, que se mantiene en un 33%. La encuesta muestra estancamiento en su presencia en roles técnicos y de liderazgo, algo que definió como “un gran talón de Aquiles que el sector tiene” y que exigirá acciones específicas en el nuevo plan estratégico de la cámara.
Mirando hacia adelante, CUTI identifica tres prioridades de política pública: internacionalización, transformación productiva y educación. Acle remarcó que es necesario fortalecer la marca país y que “hay que potenciar la marca ‘Uruguay Technology’ y mejorar el apoyo a la internacionalización, sobre todo en mipymes”. También insistió en una estrategia de cambio de matriz para crear más productos tecnológicos y entrar a nuevos destinos”. Y, en tercer lugar, mencionó la necesidad de fortalecer la formación formal y la continuidad educativa. “Necesitamos apostar a que más jóvenes terminen el bachillerato y accedan a carreras de ingeniería”, añadió.
El documento también evidenció señales de diversificación geográfica, con la incorporación de Alemania y Arabia Saudita al top 10 de destinos y mayor presencia en Chile, México y Colombia. Pero el desafío, enfatizó, no es menor, ya que “el costo país es un tema que tenemos que seguir vigilando de cerca”, especialmente para una industria donde el 80-90% de los costos son salarios y cuyo valor se basa en la productividad y el talento.
“Apostar a la formación formal”
Acle planteó una reflexión que trasciende los resultados coyunturales y apunta a los cambios estructurales que enfrenta la industria tecnológica. Según explicó, la aceleración de la inteligencia artificial no solo redefine modelos de negocio, sino también el perfil del talento que el país necesita formar. “En esta nueva era donde la inteligencia artificial empieza a jugar un rol más importante, es clave apostar a la formación formal”, sostuvo.
Advirtió que el futuro inmediato exigirá capacidades mucho más avanzadas para diseñar, supervisar y optimizar sistemas complejos: “El tener cada vez mejores arquitectos —donde el software seguramente se empiece a producir por máquina— va a ser clave”. El desafío, señaló, no es solo atraer jóvenes a carreras tecnológicas, sino también garantizar que puedan concluirlas. “Muchas veces poca gente termina esas carreras debido a la demanda laboral, y ahí tenemos un desafío futuro”, concluyó.