Fideciu cumplió diez años desde su creación. ¿Cuál considera que ha sido el aporte más significativo de la empresa al mercado de alquileres en Uruguay en esta primera década?

El mayor aporte ha sido contribuir a ordenar y fortalecer la confianza en el mercado de alquileres uruguayo. Desde su origen, la empresa fue concebida no solo como una garantía, sino como una herramienta institucional destinada a equilibrar intereses, proteger el patrimonio de los arrendadores, y facilitar el acceso a la vivienda dentro de un marco profesional, transparente y previsible.

Este camino se construyó escuchando al mercado, trabajando junto a Comag y, sobre todo, escuchando a las inmobiliarias, que son el foco central de este proyecto. Desde allí nació Fideciu: para dar una respuesta simple y confiable a una necesidad real del alquiler en Uruguay.

Durante estos diez años crecimos con una idea: cuidar el patrimonio de los propietarios, dar tranquilidad a los inquilinos y acompañar el trabajo de las inmobiliarias, con reglas definidas, respaldo y cercanía.

Ese es el trabajo que hacemos todos los días: estar presentes, dar respaldo y acompañar con responsabilidad

Frente a otras herramientas de garantía de alquiler, ¿qué aspectos de Fideciu —como operar exclusivamente a través de inmobiliarias— han sido clave para consolidar su posición?

La decisión de operar exclusivamente a través de inmobiliarias fue una definición estratégica y también de principios. Creemos firmemente en la intermediación profesional como pilar de un mercado equilibrado, y desde el inicio entendimos que el crecimiento debía darse acompañando al sector, no sustituyéndolo.

¿Cómo ha evolucionado la relación de Fideciu con las inmobiliarias y cuál ha sido el impacto de este vínculo en la profesionalización del sector?

La relación con las inmobiliarias evolucionó desde un vínculo meramente operativo hacia una alianza estratégica profunda, basada en la confianza, el diálogo y la construcción conjunta. Hoy existe una red profesional que comparte valores, estándares y una mirada común sobre el desarrollo del mercado inmobiliario.

Invitamos permanentemente a todas las inmobiliarias que aún no conocen el sistema de garantía de alquiler de Fideciu a comenzar a operar con nosotros; la experiencia de hacerlo demuestra resultados concretos y diferenciales.Este vínculo ha tenido un impacto directo en la profesionalización del sector: mejores prácticas, mayor respaldo técnico, procesos más claros y un enfoque integral del negocio. 

En ese camino, Comag ha sido un espacio clave de articulación institucional, alineando intereses y fortaleciendo una cultura de cooperación que demuestra que el crecimiento colectivo siempre es más sólido que el individual.

En estos diez años, ¿qué cambios o innovaciones implementaron para responder a las necesidades cambiantes de inquilinos, propietarios e inmobiliarias?

La innovación siempre estuvo orientada a mejorar la experiencia sin resignar solidez. Ajustamos procesos, incorporamos tecnología y perfeccionamos los sistemas de análisis, manteniendo siempre el foco en la seguridad y la confianza.

Paralelamente, entendimos que una marca también debe comunicar con claridad sus valores. En ese sentido, la incorporación de Victoria Rodríguez como imagen institucional marcó un punto de inflexión.

Su credibilidad, cercanía y coherencia representan de forma auténtica la identidad de Fideciu. La continuidad de ese vínculo por dos años más reafirma una estrategia pensada a mediano plazo, basada en estabilidad y visión.

Asimismo, la incorporación de Nacho Obes como imagen complementaria aporta dinamismo y nos permite conectar con nuevas audiencias, reflejando una empresa seria, pero atenta a los lenguajes actuales y a la evolución cultural del mercado.

¿Cuáles han sido los principales desafíos institucionales y operativos que enfrentaron en este período y cómo los superaron?

El principal desafío fue crecer sin perder la esencia. En un entorno cambiante, atravesado por nuevas regulaciones y distintos ciclos económicos, sostener la confianza del mercado exigió prudencia, disciplina y una fuerte coherencia institucional.

La clave fue no tomar atajos. Cada decisión se adoptó priorizando la estabilidad del sistema, incluso cuando eso implicaba avanzar con cautela. Esa forma de gestionar explica por qué, luego de diez años, Fideciu continúa siendo sinónimo de respaldo, seriedad e innovación.

¿Qué impacto concreto cree que ha tenido en la dinámica del mercado de alquileres, tanto para inquilinos como para propietarios?

Fideciu logró equilibrar dos necesidades fundamentales del mercado: accesibilidad y seguridad. Para los inquilinos, facilitó el acceso al alquiler formal; para los propietarios, brindó respaldo, previsibilidad y tranquilidad.

Ese equilibrio genera un impacto social y económico concreto: más contratos formales, menos conflictos, mayor circulación de viviendas y un mercado más saludable. Cuando la confianza se consolida, el mercado funciona mejor y el beneficio se extiende a toda la cadena inmobiliaria.

Mirando los próximos años, ¿qué objetivos estratégicos se han planteado para seguir creciendo y aportando al mercado inmobiliario uruguayo?

Fideciu se proyecta hacia el futuro con una estrategia clara: consolidar su rol como garante y ampliar su propuesta de valor, acompañando al inquilino más allá del contrato de alquiler.

En ese camino, estamos desarrollando nuevas modalidades de negocio que incorporan servicios y soluciones vinculadas al hogar, siempre bajo los principios de respaldo, transparencia y responsabilidad que definen a la empresa.

El crecimiento que buscamos no es únicamente cuantitativo, sino también cualitativo. Aspiramos a ofrecer más soluciones, mayor cercanía y un valor diferencial sostenido en el tiempo, manteniendo el compromiso institucional que nos une a Comag y fortaleciendo una marca pensada para el largo plazo, centrada en las personas y en la confianza como su principal activo.

En Fideciu entendemos que la confianza se da. Se da cuando hay coherencia, cuando hay responsabilidad y cuando las decisiones se toman pensando en las personas. A diez años de nuestro inicio, seguimos honrando esa confianza con profesionalismo, visión y un compromiso genuino de largo plazo.