¿Cómo evalúa el desempeño de la economía uruguaya en 2025 y cuáles fueron los factores que más influyeron en su desenlace?
Fue un año de bajo dinamismo, especialmente en los últimos meses. De hecho, los últimos datos de PIB marcaron una leve contracción de la economía en el tercer trimestre respecto a las cifras del trimestre previo.
De acuerdo con las proyecciones que manejamos en Exante la economía uruguaya acumularía un crecimiento de 2% en el promedio de este año, pero la mitad obedece exclusivamente al “efecto arrastre” de la expansión del segundo semestre del año pasado.
Como destaque positivo, fue un año de muy buenos resultados para el sector primario. La última zafra de verano cerró con rendimientos extraordinariamente altos -por ejemplo, a nivel de la soja se alcanzaron rindes superiores a los 3.000 kg / há-, que llevaron a alcanzar niveles de producción récord en varios cultivos, mientras que el sector ganadero también tuvo un muy buen desempeño en el conjunto de 2025.
La actividad industrial también acumuló un crecimiento relevante este año, pero no generalizado. La rama de la refinería de Ancap tuvo una expansión interanual fuerte porque el año pasado había estado parada por mantenimiento hasta el mes de abril. Si bien entre agosto y octubre de este año la refinería enfrentó otra parada por la rotura de la boya petrolera de José Ignacio, el efecto neto de esta rama terminará siendo muy positivo en 2025. La industria frigorífica y la industria láctea fueron otras dos ramas de crecimiento relevante.
Fuera de estos impulsos en el agro y en la industria y el repunte que exhibió la actividad comercial en el tercer trimestre, varios sectores han mostrado un desempeño muy magro. En particular, la construcción y otros sectores de servicios exhibieron variaciones en el acumulado enero-setiembre de alrededor de ± 1% anual.
En la mirada por demanda, destacó particularmente la incidencia del consumo privado y de las exportaciones. En el caso del consumo privado esperamos un crecimiento similar al proyectado para el PIB en el promedio de este año, lo que se apoya en un mercado laboral que ha seguido mostrando firmeza y en el aumento que mostró el salario real.
A nivel de las exportaciones y si bien no se registró un comportamiento homogéneo por rubro, los principales motores estuvieron en el aumento de las ventas de carne bovina, soja y productos lácteos, así como en el muy buen desempeño que mostró la actividad turística en el primer semestre.
¿Qué lectura hace del mercado laboral en 2025, en términos de empleo y salario real?
El mercado de trabajo mantuvo una firmeza importante, con la cantidad de ocupados en niveles récord (arriba de 1.750.000) y la tasa de empleo en los registros más altos de la última década (en torno de 60% de la población en edad de trabajar).
La tasa de actividad no mostró subas adicionales en los últimos meses, pero también alcanzó niveles similares a los máximos de 2014. En este contexto, estimamos que la tasa de desempleo se ubicará en el promedio de este año en torno a 7% (1 p.p. por debajo del registro de 2024 y representando el menor registro también desde 2014).
El crecimiento de la población ocupada estuvo acompañado de un aumento del salario real de algo más de 1% en el promedio del año, lo que llevó a que la masa salarial en términos reales volviera a tener un crecimiento relevante y contribuyera positivamente a la expansión del consumo privado.
¿Cuáles son sus expectativas para la economía en 2026, considerando crecimiento, inflación y empleo?
En Exante aguardamos una expansión de la economía del orden de 1.5% para el promedio del año que viene, lo que asume que no se repetirán los impulsos puntuales que empujaron el crecimiento durante 2025.
En particular, y a diferencia de este año, el efecto arrastre estadístico con el que comenzará 2026 será bastante acotado, de menos de 0.5%.
A su vez, la actividad del sector primario fue históricamente alta en 2025, por lo que si bien nuestras proyecciones apuntan a un buen desempeño de este sector en nivel el año que viene, también implican una caída en la variación promedio anual. En particular, no prevemos que los rendimientos de los cultivos de verano puedan repetir los excepcionales registros del año pasado y tampoco creemos que estén dadas las condiciones para una extracción de carne tan grande como la que vimos este año.
Nuestro escenario base asume que los indicadores del mercado de trabajo continuarán en niveles muy favorables, aunque no mostrarían mejoras adicionales el próximo año. Los resultados de la última edición de la Encuesta de Expectativas Empresariales que realizamos en Exante indican que los empresarios mantienen una postura cautelosa en materia de empleo para el próximo año, con solo 20% marcando que el empleo en su empresa aumentará y más del 60% respondiendo que no variará.
En materia de precios, esperamos que la inflación permanezca por debajo de la meta puntual de 4.5% anual durante gran parte del año que viene. Asumimos que habrá una flexibilización adicional de la política monetaria en los próximos meses de modo de terminar 2026 con registros de inflación consistentes con el objetivo. Esa proyección también contempla una suba moderada del tipo de cambio en los próximos doce meses, hacia el eje de $ 41 al cierre de 2026.
¿Qué fortalezas estructurales destacan a Uruguay de cara al próximo ciclo económico?
Uruguay destaca a nivel regional por su estabilidad macroeconómica y política, así como por su nivel de cohesión social. Además, también se ha caracterizado por ser una sociedad de consensos, en la que los cambios que se efectúan tienden a perdurar en el tiempo.
Esa imagen de país “serio” es habitualmente destacada en los informes de organismos multilaterales y de las calificadoras de riesgo, que además mantienen una visión muy favorable en términos generales sobre el país. Esa misma visión positiva también explica un nivel de riesgo país del orden de los 60 pbs, muy bajo en una perspectiva histórica y en comparación con el resto de los países de la región, que también son demandantes de capitales en los mercados internacionales.
A nivel productivo, una de las fortalezas principales es el hecho de que algunas cadenas alcanzaron estadios de madurez significativos -por ejemplo, complejo forestal-celulósico, industria de TI-, lo que sirve de modelo para que otros sectores también puedan avanzar en esa dirección.
También sobresalen los avances sucesivos que ha logrado Uruguay en materia de generación eléctrica, en un mundo en el que el interés por las energías renovables va en aumento.
¿Cuáles son los principales riesgos o amenazas que podrían afectar la economía uruguaya en 2026?
Desde el lado internacional, una nueva escalada proteccionista sería una amenaza importante, con los riesgos en materia de actividad económica e inflación global que ello podría acarrear. En términos generales, el riesgo de un repunte inflacionario en Estados Unidos y una consecuente alza de tasas de interés también podrían implicar un shock externo negativo para la economía uruguaya.
En el plano interno, uno de los principales riesgos que visualizamos desde Exante es la resistencia para realizar reformas que alienten la competencia y la eficiencia. El Uruguay “estable y predecible” también es el Uruguay a “media marcha”.
También habrá que seguir con atención los anuncios que se han realizado en las últimas semanas respecto a cambios en la normativa laboral, que podrían generar una mayor rigidez para las empresas y un desestímulo a la contratación y a la inversión. Estos anuncios se dan en un contexto en el que las últimas ediciones de nuestra Encuesta de Expectativas Empresariales recogieron un deterioro moderado de la opinión de los ejecutivos sobre el clima de negocios y en el que Uruguay necesita crecer.
También existen riesgos en materia fiscal, en la medida en que no se materialicen las proyecciones de crecimiento económico planteadas por el gobierno en el Presupuesto y en que los ingresos públicos no crezcan al ritmo contemplado en la programación oficial.