¿Cómo valora el desempeño del Mintur en 2025?
Muy bueno, sobre todo porque hemos logrado revertir un camino donde se estaba alejando cada vez más de la construcción y articulación de políticas. Dejamos de ser espectadores de la realidad y logramos construir una relación de confianza con el sector privado especialmente, que nos ha permitido retomar una senda donde lideramos las políticas sobre turismo con acciones concretas, como la planificación, la aplicación del método científico a la gestión y el intercambio permanente tanto con el sector público como con el sector privado y también con la academia.
Nosotros trabajamos aplicando el método científico en primer lugar, observando o midiendo la realidad. Para esto es fundamental poder contar con herramientas de inteligencia comercial que nos ayuden a entender los datos, y en el mismo sentido tener herramientas econométricas que expliquen la incidencia de cada variable significativa y que puede incidir en la realidad que estamos midiendo.
En segundo lugar, planificar. Con la base que nos dan los datos, planificar, implicando al sector público y al privado. El sector público, sobre todo a los segundos y terceros niveles de gobierno, que son quienes tienen más cercanía con la realidad local. Y el sector privado porque en definitiva es quien explota, en la gran mayoría de los casos, los servicios turísticos.
Luego actuamos y seguimos midiendo, para evaluar nuestras acciones. Cada peso gastado o invertido en nuestras acciones debe tener un indicador de su retorno porque es sencillo hacerlo, además de un deber, en tanto estamos administrando dineros públicos.
Y, por último, basado en estas mediciones, se corrige si hubiera que hacerlo.
¿Qué se puede prever para el turismo en 2026, considerando la dinámica de la economía local y la evolución del sector?
Sin perjuicio de que las proyecciones, aun siendo de corto plazo, están sujetas a vaivenes de la economía local, y sobre todo de la economía regional que no podemos controlar, nosotros somos muy optimistas respecto a que los números generales para el 2026 crezcan.
Nos basamos en aspectos estructurales que están mejorando, como por ejemplo el incremento en la entrega de aeronaves a nivel mundial, lo que tenía un retraso importante desde la pandemia, lo que debería mejorar nuestra conectividad.
Y, en segundo lugar, porque creemos que nuestras políticas de promoción, estímulos a la inversión, promoción del turismo social e incentivo a la conectividad, entre otras, tienen una fuerte correlación positiva con la mejora de los grandes números del turismo. En un breve resumen, son: promoción segmentada basada en la inteligencia artificial, aumento del abanico de empresas que pueden ampararse en el régimen de estímulos de la Comap, la consolidación del Sistema Nacional de Turismo Social y aplicación de cash rebate al incremento de venta de pasajes a extranjeros.
Si a eso le sumamos que hemos tomado la manija de la gobernanza y sobre todo que el diseño de esos estímulos se hace y se hará en conjunto con el sector privado (empresas y trabajadores) y el sector público (fundamentalmente intendencias y municipios), estamos blindando la construcción de políticas en el sector. Especialmente debemos tener en cuenta que el turismo ha demostrado tener líneas estratégicas que, dada su continuidad en el tiempo, han demostrado ser verdaderas políticas de Estado que trascienden administraciones, como por ejemplo todo lo relativo a la conectividad.
¿Cuáles son los mayores desafíos y fortalezas del sector turístico uruguayo?
Primero, destaquemos las fortalezas estructurales que han llevado a Uruguay a ser el país sudamericano con más turistas receptivos per cápita: la estabilidad política, las libertades individuales y jurídicas (que favorecen el clima de inversiones de cara a mejorar la oferta), la seguridad y baja criminalidad en las zonas turísticas, la diversidad de productos turísticos y, quizás lo más importante, la profesionalidad y compromiso del sector privado, tanto de empresarios como de trabajadores.
Dentro del sector privado, tanto las micro y medianas empresas, que son la gran mayoría de los prestadores, como los grandes jugadores del sector, han demostrado a lo largo de los años prestar los servicios en forma extremadamente profesional y con una impronta personalizada que trata de hacer sentir a todos los turistas como en su casa. También han sido muy importantes los riesgos que han tomado, esta vez prominentemente los grandes actores privados, primero con grandes inversiones y luego con los recursos que destinan a promoción.
Sentados en esas bases, los retos son, a la vez, oportunidades de crecimiento. Desde el Mintur vamos a procurar que el sector crezca más en la profesionalización: habilidades blandas, idiomas, en el uso de la IA como una ayuda y no como una amenaza, y en la toma de medidas basadas en la evidencia de los datos. El compromiso mostrado por los trabajadores en este punto nos motiva a trabajarlo.
Estamos apuntando a transformar el sector para que sea sostenible a largo plazo, por supuesto, pero inclusivo. El sector turístico debe ser más inclusivo. En Uruguay tenemos un 6,6% de personas con discapacidad y estamos lejos de incluirlas en las ofertas turísticas en forma sistémica. ¿Qué mercado se puede dar el lujo de prescindir de ese porcentaje de su demanda? Las inversiones para incluir ese segmento se recuperarán muy rápidamente. Si extendemos esa cantidad de personas a nivel internacional, la demanda aumentará aún más. Mirando en retrospectiva, la accesibilidad ha mejorado mucho, pero resta mucho más aún.
Otra oportunidad que debemos aprovechar es la coyuntura geopolítica internacional. Tenemos destinos que en cierto punto son competitivos con destinos en otros países del hemisferio norte que pueden beneficiarse con las políticas migratorias restrictivas de algunas administraciones. Además, parte de los países emisores hacia esos destinos han tenido un crecimiento sostenido de su PIB, lo que es un factor fundamental para emitir turistas.
También tenemos una ventana de oportunidades para posicionar a algunos de nuestros productos turísticos a nivel internacional como la gastronomía. En ese sentido, estamos no solo haciendo benchmarking con otros países como Perú, sino que estamos aprovechando un préstamo no reembolsable con CAF para elaborar un plan.
¿Qué importancia tiene el sector turístico para la economía nacional?
Quiero resaltar la importancia del sector turístico como generador de trabajo, especialmente en la franja de jóvenes menores de 29 años, quienes son de los segmentos con más dificultades para conseguir empleo.
También la importancia del sector como generador de divisas, del orden de los 2.000 millones de dólares al año.
En definitiva, más turistas es más trabajo para los uruguayos. El turismo es sin lugar a dudas el sector que puede generar el crecimiento que el país está necesitando.
Más crecimiento es mayor bienestar para nuestros compatriotas, independientemente del sector en el que desarrolle su actividad.
Más recursos en manos del Estado son más políticas públicas que atiendan a la población que más necesita y eso confluye en la construcción de una sociedad más próspera y más igualitaria.
La correlación entre gasto en promoción y la llegada de turistas es siempre positiva, por lo menos en los niveles que estamos manejando. El presupuesto del Mintur ha sufrido un quiebre en su tendencia negativa de los últimos años, pero sigue siendo insuficiente para dar un salto cualitativo y cuantitativo que nos prepare para acercarnos a recibir en el entorno de cuatro millones de turistas, que es hacia donde debemos apuntar.