En 2018 podría haber un conflicto sin precedentes en la salud privada

Reclamos > AUMENTO SALARIAL Y AVANCE DE LA REFORMA DE LA SALUD

Jorge Bermúdez, secretario general de la FUS.

Con el afán de superar la inequidad salarial en la salud privada, la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) planea un año conflictivo. El avance de la reforma de la salud es otro de los reclamos más fuertes del sindicato, dijo en entrevista con CRÓNICAS su secretario general, Jorge Bermúdez.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

El 30 de junio se vence el convenio colectivo de la FUS, y sus integrantes piensan en lo que vendrá después. Ya empezaron a reunirse para trabajar en la negociación colectiva, con el objetivo de superar la inequidad en el reparto de los recursos del sector, que hace que convivan en un mismo block quirúrgico asistiendo a un paciente, un médico que gana 500.000 pesos mensuales y un auxiliar de servicio cuyo salario es de 20.000 pesos.

Esta situación persiste en momentos en que desde el Frente Amplio (FA) se discute una segunda generación de reformas en torno al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), creado por ley hace ya 10 años. Fue justamente con el fin de elaborar el plan de profundización de este sistema, que el partido de gobierno conformó el año pasado una Comisión Interna encabezada por el presidente de la fuerza política, Javier Miranda.

Pero Bermúdez insiste en que no se puede hablar de una segunda reforma de la salud cuando los trabajadores –no médicos- ganan salarios “miserables” y los usuarios tienen que hacer “maravillas” para pagar el costo de los tickets y las órdenes, mientras que hay directores de algunas mutualistas que ganan hasta un millón de pesos por mes.

El dirigente advirtió que quien crea que los empleados del sector van a seguir ganando tan bajos sueldos y no quiera discutir cómo se reparten los recursos, se va a encontrar con un problema. “Este año vamos a ir a un conflicto que hace mucho tiempo no se ve en la salud privada si no hay una mejora real que saque de la pobreza a los trabajadores”, afirmó, y ejemplificó que una enfermera que ingresa a trabajar a un prestador de salud privado gana 18.000 pesos, por lo cual debe tener al menos dos empleos para subsistir.

Además de que el 2018 va a ser un año de “mucha conflictividad” en este rubro por la negociación salarial, la Federación también va a pelear por la concreción del programa de avance de la reforma de la salud, que hoy está “congelada”.

Una reforma que “no avanza”

Los tres pilares fundamentales de la creación del SNIS fueron el cambio en el modelo de atención, en el de gestión y en el de financiamiento. Sin embargo, para la FUS el gobierno está lejos de haber completado la reforma aprobada en el año 2007, dado que, según su secretario general, solo ha habido transformación en el modelo de financiamiento.

La formación del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) es un ejemplo claro de eso, que hace que hoy las instituciones cuenten con una masa de dinero “como nunca han tenido”, aseguró, y explicó que el 91% de los afiliados de prestadores privados son socios Fonasa. De todas formas, lamentó que los otros dos pilares no han mejorado, y muestra de ello es que “las mutualistas siguen diciendo que no les alcanza la plata”, y que los problemas de atención y los tiempos de espera continúan, así como la falta de complementación del sector público y el privado.

El aporte de los trabajadores

La FUS fue uno de los sindicatos que elaboró el documento denominado “Aspectos Programáticos a incluir en un debate sobre el proceso del Sistema de Salud en el Uruguay”, que contiene distintas medidas y propuestas con el fin de profundizar la reforma iniciada por el SNIS. De este trabajo participaron también el PIT-CNT, la Federación de Funcionarios de Salud Pública, organizaciones de usuarios de la salud y la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.

“Este año vamos a ir a un conflicto que hace mucho tiempo no se ve en la salud privada si no hay una mejora real que saque de la pobreza a los trabajadores”, advirtió Bermúdez.

Pese a que el informe fue entregado al ministro de Salud Pública, Jorge Basso, en el marco de una movilización del conjunto de estas organizaciones el pasado 27 de julio, Bermúdez lamentó que ni el Ministerio ni el FA tomaron en cuenta sus planteos, “por más que digan lo contrario”. Igualmente, reconoció la actitud del presidente de la República, Tabaré Vázquez, quien envió una nota a la Federación en el pasado mes de noviembre, en la que consideró de manera importante el aporte de los trabajadores, y aseguró que lo iba a incluir al debate interno de la coalición sobre la segunda reforma. La FUS se reunió algunas veces con la Comisión del FA designada para tratar este tema, pero esos encuentros finalizaron “abruptamente”, señaló el sindicalista.

Por otro lado, dejó entrever que no tiene sentido ponerle el título de segunda generación de reformas a un planteo político del FA cuando no ha podido finalizar la primera, y opinó: “El problema es que nosotros hemos planteado alternativas que significan pisar los callos de los sectores corporativos empresariales que lucran con la salud, y hasta ahora el FA, poniéndole el nombre que quiera a la reforma, lo que no ha tenido ha sido la valentía política para hacerlo”.

Agregó que “no camina más” que existan trabajadores que ganen 18.000 pesos mientras que otros se llevan un millón integrando un mismo equipo de salud, y se mostró esperanzado de que el partido de gobierno considere las propuestas del sindicato porque, si no hay avances, “la reforma de la salud se va a morir”.

Finalmente, hizo énfasis en que la alternativa para la mejora de la ley del SNIS del 2007 es el planteo de los trabajadores y el de los usuarios. “Si no se atiende eso, esta cuestión se dirimirá en las urnas, y si hay cambio en el gobierno, está claro qué es lo que se viene: va a haber menos controles, mayor concentración de riqueza por parte de los empresarios médicos y peor calidad de atención”, criticó.