Fernando Pereira: “La fórmula debió haber sido Martínez-Cosse, pero algo no funcionó”

EN HYATT CENTRIC

Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio (FA)


A más de tres años de comenzada la administración de la coalición multicolor, el presidente Lacalle Pou ha tenido “una metamorfosis importante”, pasando de ser un mandatario con “capacidad de escucha” a uno que por momentos está “ausente”, consideró Pereira en diálogo con CRÓNICAS. En otro orden, se refirió a la derrota del FA en las elecciones pasadas y asumió que el mal manejo de la definición de la fórmula presidencial es una de las razones que explican la pérdida del gobierno.


El menú Pereira degustó rack de cordero glaseado en salsa de frutos rojos fermentados, aligot de papa, menta y ajo asado con shitakes frescos salteados. Acompañó el menú con agua mineral. De postre, eligió un plato de frutas.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

A principios de 2020, usted dijo entrevistado por CRÓNICAS: “Lacalle Pou fue subestimado por una parte del FA; es un presidente inteligente y con capacidad de escucha”. En estos más de tres años, ¿ha cambiado su percepción?

-Sí, él ha tenido una metamorfosis importante, de aquel presidente que tenía capacidad de escucha a uno que por momentos se muestra ausente. Estamos viviendo la crisis hídrica más grande que tuvo el Uruguay y el presidente se reúne con organizaciones, inaugura policlínicas, pero no se hace cargo del principal problema de los uruguayos. Lo desconozco. Hace tiempo que no hablamos porque él cambió la actitud, pero una cosa son las diferencias políticas y otra las personales. Él no puede decir que yo le haya hecho alguna crítica que no haya sido política, que haya sido de carácter personal.

-¿A qué atribuye ese cambio de actitud que percibe?

-Probablemente, le haya faltado equipo. Si uno mira el gabinete inicial, el que estaba “preparado” para gobernar, Talvi, Bartol, Cardoso, Moreira, se fueron todos. La gestión del Ministerio del Interior hace agua por todos lados y en el año 2022 llegamos a niveles récord de homicidios y muertes dudosas sumados. Le dieron un pasaporte a un narco pesado y peligroso y quedaron los ministros en el cargo. Es un gobierno con enorme debilidad, con actos de falta de transparencia, sobre todo en el caso Astesiano, donde se encontró de todo.

-Mujica fue autocrítico con respecto al manejo del agua que se hizo en las gestiones del FA. “Nos dormimos”, afirmó, y agregó que hubo otras prioridades. ¿Qué valoración hace? Huidobro lo había advertido muchísimas veces.

-No solo Huidobro, también Martín Ponce, pero no es cierto que no se trató. El problema es dónde colocás las prioridades. El FA hizo un shock de inversiones, de hecho, invirtió US$ 1.300 millones en saneamiento y en el mejoramiento de Aguas Corrientes, y se potabilizó agua de calidad en buena parte del país.

-¿Fue suficiente?

-No, pero dejamos pronto el proyecto de Casupá, con financiamiento, con la expropiación de los terrenos, y el presidente de OSE en julio de 2020, en el semanario La Mañana, manifestó que había que empezar Casupá de inmediato. Estamos en 2023 y nunca se hizo, y optaron por el plan Neptuno, una obra de 250 millones que el Uruguay va a pagar con 810 millones. No puede ser que ante cada problema el gobierno mire hacia el FA, porque en estos más de tres años pudieron haberlo resuelto. El FA invirtió en escuelas, liceos, universidades, universidad tecnológica, el cambio de la matriz energética y el Antel Arena. Pero, ¿alguien se imagina un país sin teatros, sin estadios? ¿Alguien se imaginaba el país en el 50 sin el Centenario o sin la Torre de las Telecomunicaciones o sin el Palacio Legislativo? El desarrollo de las artes, de los deportes, de la cultura, también es prioridad para el FA.

Yo no creo que esto sea por un problema de incapacidad del presidente de OSE, es que le cambiaron los planes, no tomaron un funcionario, perdieron más de mil vacantes que eran quienes debían resolver las pérdidas en las calles. Es escalofriante la falta de gestión que ha tenido este gobierno. Son cuestiones de carácter ideológico, el achicamiento del Estado, pero miren cómo cuando hay un problema todo el mundo recurre al Estado, que ahora mira para el costado y le dice a la gente que compre agua embotellada.

-Astori afirmó en el programa Periodistas (Canal 5) que “hoy todo el mundo está enfrascado en la discusión de candidaturas, con mucha crispación, con una actitud que nos lleva a la división en lugar de a la suma conjunta”. ¿Qué opina al respecto?

-Las candidaturas siempre son importantes, pero yo no trabajo por ninguna candidatura, mi candidato es el FA. Por otro lado, es preocupante que el gobierno no pare la cantidad de ataques incesantes hacia mi persona y hacia otras.

-¿Por parte de quién?

-Senadores, ministros. Basta que haya dicho que había que tener cierto cuidado con los archivos de la dictadura —que yo estoy de acuerdo con que se publiquen— para que la víctima no fuera revictimizada, para que me contestaran cualquier cosa menos lo que había dicho… que quería oscurantismo, que quería un comité de censura. Luego ellos mismos dijeron lo mismo que yo. Entonces, ahí no hay una intención de discutir, sino de dañar la imagen de un líder de la oposición. Me extraña mucho viniendo de un wilsonista, pero me estoy acostumbrando, porque hoy es el partido del herrerismo. Los demás partidos han caído enormemente en la mayoría de las encuestas de opinión, están desdibujados, tienen dificultades para encontrar candidatos, se han subsumido detrás del presidente Lacalle y eso es un problema para la política. Por otro lado, el FA está creciendo, está en 42% en promedio en todas las encuestas. El gobierno ha cometido muchas fallas. Lo más destacable es la campaña que inició ahora para que las empresas contraten a personas que egresan de la cárcel con determinados beneficios fiscales, para que tengan una oportunidad y no reincidan.

-Hoy las encuestas marcan el favoritismo por Orsi y Cosse dentro del FA. Desde el análisis político se ha dicho que Orsi tiene un perfil más dialoguista y que puede atraer votantes de fuera del FA, pero que Cosse es más cercana al núcleo duro de la izquierda. ¿Lo ve de esa manera? ¿El triunfo del FA depende de quién sea el candidato?

-Los frenteamplistas eligen, es una elección que esperamos que sea muy grande, pero en lo que no podemos fallar es que una vez que haya un candidato, todos los demás tenemos que ir atrás en fila india. Lo que no puede provocarnos la elección interna es que quedemos doloridos o golpeados.

-¿Falló eso en las elecciones pasadas?

-No estoy tan seguro, pero me doy cuenta de que hubo un mayor nivel de militancia de octubre a noviembre que el que hubo para ganar las elecciones en octubre.

-¿Por qué no hubo tanta militancia para octubre?

-Eso es lo que estamos estudiando hace tiempo, ojalá tuviéramos las conclusiones definitivas, pero tenemos la impresión de que había una cantidad de personas desencantadas con el FA. Hubo un distanciamiento entre el gobierno, el partido y la sociedad. Salimos a preguntarle a la gente y ahí encontramos claves como la seguridad pública, y nos decían que estábamos un poco soberbios. Esto es lo que venimos cambiando, estamos hablando en todos los lugares, en todo el país.

-¿Considera que el candidato a vicepresidente debe ser una figura reconocida del FA, con cierta trayectoria?

-Tiene que ser la fórmula más potente que encuentre el FA.

-No fue lo que pasó en las elecciones pasadas.

-Graciela Villar es una persona muy potente, cualquiera que la conoce…

-Pero no era una persona conocida.

-La fórmula debió haber sido Daniel Martínez-Carolina Cosse, el FA debió haber trabajado para que fuera esa, pero algo no funcionó. Hay que pensar en cuál es la fórmula más potente para la elección nacional sin desproteger bastiones de gobierno que son sumamente importantes como la Intendencia de Montevideo, la Intendencia de Canelones, otras intendencias que vamos a disputar en inmejorables condiciones. Yo estoy convencido de que el FA va a recuperar varias de las intendencias que perdió en la última elección.

-¿El mal manejo de la definición de la fórmula pudo haber contribuido a la pérdida del gobierno? El no haber escuchado a una parte importante del electorado frenteamplista que eligió a Cosse…

-Una de las explicaciones es esa. Otra es que perdimos votos de sectores de contextos socioculturales críticos y que Cabildo Abierto logró conmoverlos con propuestas muy populistas que luego no se vieron reflejadas en la vida de la gente en el territorio. Otra es que Talvi generó una serie de apoyos de sectores medios de la sociedad que históricamente habían votado a la izquierda. Si nosotros nos desconectamos de estos sectores de la sociedad, si no construimos la fórmula más potente que tenga el FA, una posibilidad es que la otra mitad gane. Me refiero a mitades ideológicas como el Uruguay ha tenido a lo largo de su historia, nada para impresionarse, salvo algunos histrionismos de ciertos senadores y ministros que perturban la vida saludable de una democracia que debería tener más diálogo que confrontaciones tan virulentas.

-¿De qué partido?

-Nacional.

-¿Por ejemplo?

-Prefiero no nombrarlos, pero todo el mundo se da cuenta de que hay gente que tiene un nivel de virulencia que puede hasta declararle la guerra a un sindicato. Es de las cosas más violentas que yo he escuchado, es una incitación al odio muy peligrosa, independientemente de que quien lo diga no goce de tanto prestigio social. Parece que hay gente que tiene impunidad para decir cualquier barbaridad. La obsesión por ganarle al FA los cambia, se van volviendo malos como en “Breaking Bad”, son personas a las que uno conoció de una manera y el pasaje del tiempo las transformó.

-¿Estamos más cerca de lo que se conoce como la grieta?

-No, por ahora no, pero ojalá el Partido Nacional a la hora de elegir senadores y diputados los elija con fuerte nivel de confrontación, pero al mismo tiempo dialoguistas, que estén más llenos de ideas que de odio. Y los tiene, el problema es que si la política se termina transformando en una cloaca donde todos queremos desprestigiar a todos, los más capaces no van a querer estar. ¿Dónde están hoy los intelectuales de la derecha? No están en política. Uno ya no ve a un De Posadas en el gobierno, con quien podría discrepar, pero es un intelectual de la derecha, es un pensador, es un creador. Ya no están los Enrique Iglesias en el gobierno, ya no están los Germán Rama.

-Si gana el FA, ¿va a derogar la reforma de la seguridad social o alcanza con algunas modificaciones?

-Nosotros hicimos un compromiso de una convocatoria al diálogo social por la reforma de la seguridad social con trabajadores, empresarios, jubilados, los partidos, y vamos a hacer lo que se acuerde en ese ámbito. Una parte sin duda se derogaría.

El economista y expresidente del Banco Central, Juan Carlos Protasi, dijo a CRÓNICAS que, si la reforma no se aplica, luego habrá que implementar otra “mucho más dura”.

-Es su opinión. Hay que buscar fuentes de financiamiento que no debiliten ni la inversión ni el empleo, hay que estudiar los cambios en el mundo del trabajo, y hay que encontrar una clave para que la reforma que se haga no traiga consecuencias negativas desde el punto de vista de la estabilidad de las cuentas públicas, pero tampoco de la estabilidad de las cuentas de las personas.

-¿Le preocupa la baja de la natalidad, que es una de las razones por las cuales el sistema ha perdido sostenibilidad?

-Sí, es angustiante, y al mismo tiempo es el ejercicio de la libertad. Las mujeres han reflexionado sobre qué vida quieren tener, qué tipo de familia quieren construir, qué niveles de profesionalización quieren tener, y muchas veces entienden que eso no es compatible con una natalidad a baja edad. Eso no lo cambia ningún proyecto de ley que fomente la natalidad.


“El mayor respaldo que tuvo la política de inserción internacional del gobierno fue el de Lula”

-¿Qué mirada tiene sobre la política internacional de este gobierno?

-Mucho ruido y ninguna nuez. Cuando el presidente planteó el TLC con China, los miles de puestos de trabajo que se iban a construir, la facilidad que iba a tener Uruguay para entrar con productos uruguayos a China, planteamos que iba a ser muy difícil hacerlo sin Brasil y sin Argentina, y además muy riesgoso. Luego anunciaron que se había empezado a trabajar en el acuerdo de prefactibilidad. Lo que es cierto es que en el cuarto año de gobierno la culpa la tienen Brasil y Argentina. Sobre el Acuerdo Transpacífico hubo advertencias por los peligros que tenía, porque no es una negociación, uno toma las cosas tal cual están y afecta a sectores de la producción nacional, pero eso no fue tenido en cuenta y Uruguay se inscribió. El mayor respaldo que tuvo la política de inserción internacional del gobierno fue el de Lula, que vino a Uruguay, entre otros motivos, por su vínculo personal con Mujica. A nosotros tampoco nos fue fácil, pero aun así abrimos más de 100 mercados. En la medida en que no pasan cosas concretas, la gente termina pensando que el Mercosur no nos da nada, pero entre nuestros cuatro primeros socios comerciales están Brasil y Argentina, y cada vez que nos peleamos con ellos nos va mal.


“Es inadmisible que no haya una política de fronteras”

-¿Qué soluciones ve para el problema de las fronteras?

-No es fácil resolver ese tema, aunque me llama poderosamente la atención que el gobierno haya estado dos años sin tomar ninguna medida. Los centros comerciales tenían algunas ideas, planteaban que se les diera una tarjeta con un límite a los habitantes de las fronteras y compraran sin impuestos. Eso hay que estudiarlo. Lo que es inadmisible es que no haya una política de fronteras, que recién ahora se tomen unas pocas medidas para lugares donde hay 14% de desempleo o más. Ahí es cuando uno dice que el gobierno está ausente. Los uruguayos que viven allí están sufriendo por falta de empleo o por pérdida de su comercio histórico o por tener que irse de su departamento, y termina siendo muy estimulante cruzar la frontera y comprar el surtido.