Gustavo Zubía: “El número de presos que tenemos en Uruguay tendría que ser el doble o el triple”

Gustavo Zubía, diputado del Partido Colorado


De cara a la eventual realización de un referéndum con el que se busca derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), el líder de Tercera Vía, sector perteneciente al Partido Colorado, comenzó una campaña en defensa de la normativa. Entrevistado por CRÓNICAS, detalló los motivos por los cuales entiende que la ley debería permanecer vigente en su totalidad. En otro orden, explicó por qué considera que el país debería tener más personas privadas de libertad.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Por qué cree que la LUC debería mantenerse vigente tal como está en materia de seguridad?

-La evolución de todos los gobiernos del Frente Amplio (FA) en seguridad fue negativa, porque el número de delitos se incrementó sin parar, en los momentos de mayor bonanza económica. El FA asumió en el 2005 con aproximadamente 6.000 reclusos y se retiró en 2019, con unos 12.000. Significa que existió un permanente ingreso de presos a las cárceles, a pesar de una prédica de que estas no rehabilitan.

El gobierno progresista intentó velar por los derechos humanos en el sistema penitenciario, pero no lo logró. En ese ámbito entra a jugar la LUC, porque modificó una serie de legislaciones que el FA había realizado en su orientación de defensa de los derechos humanos, que no tuvo éxito ninguno.

-¿Qué cambios considera importantes en lo que respecta a la actuación de la policía?

-La LUC posibilita que se pueda exigir identificación a las personas, que es parte de una política de control que no existió con el FA. A la policía le dan mucha más capacidad operativa: poder interceptar personas, solicitarles la documentación, hacer la revisión del automóvil, de los bultos, y conducirlas a la seccional para interrogarlas en caso de sospecha de actividad delictual.

En teoría suena muy lindo que la policía no pueda pedir identificación a nadie porque coarta su derecho a circular y que lo debe hacer solamente en caso de ilícito, pero si no lo hacés, no podés recapturar a un preso que se fugó porque puede estar vestido como un gerente de banco, como pasó con el que se escapó del Comcar. Con la legislación anterior, si no tenés ningún indicio de que haya cometido un delito, no se la podés pedir.

También puede tomar declaraciones al indagado –hasta por cuatro horas-, que antes no podía; tenía que esperar a la comunicación con el fiscal, lo cual implicaba que el detenido pudiera tener información de un delito que se estaba cometiendo en ese momento, y la policía no podía ni siquiera preguntarle qué sabía.

-Sobre esto último, quienes están a favor de derogar los 135 artículos aducen que eso puede llevar a situaciones de abuso policial.

-El temor de que la policía vaya a abusar de todos los detenidos es absurdo. Ha sucedido, no lo niego, pero para eso están los mecanismos de respuesta en las fiscalías especializadas en el tratamiento de los temas policiales y la persecución de los policías en cuestión. Es casi como no dejar al médico que intervenga en una operación por el temor a que pueda haber una mala praxis.

Por otro lado, ahora se crean dos delitos, que ya estaban, pero los jueces no los aplicaban por lo abstracto, que son el agravio a la autoridad policial y la resistencia al arresto. Ambos le dan a la policía la posibilidad de pedir una sanción penal, dado que al realizar detenciones se ejercen presiones de todo tipo, como que la esposa del detenido agarre al policía a los cascotazos. La policía tiene un poder de actuación en la calle que no tenía en el pasado.

En materia de menores infractores hay una serie de modificaciones lógicas, como que se computen las agravantes, que antes no se hacía, que permanezcan los antecedentes de los delitos gravísimos –homicidio, violación, copamiento- cuando cumplan los 18 años de edad, y que la reclusión máxima de un adolescente aumente a 10 años –antes era de cinco-.

-En relación al régimen de redención de pena de los reclusos por trabajo o estudio, el FA alega que excluir ciertos delitos de ese sistema afecta el proceso de rehabilitación. ¿Qué piensa sobre eso?

-Para los delitos menores se deja como estaba; para los intermedios, como la rapiña, en lugar de dos días de trabajo por uno de exención de pena, pasa a ser de tres por uno; y para los delitos gravísimos, que son los homicidios agravados y muy especialmente agravados y las violaciones, se impide cualquier tipo de descuento.

En este punto se da algo interesante: entre los que van a tener que cumplir toda su condena a partir de la LUC, están los femicidas, es decir, los que matan mujeres por razones de género. Sin embargo, los movimientos feministas, que vienen bregando para que a los femicidas se les aplique todo el peso de la ley, por pertenecer a una sociedad patriarcal y abusiva, con un sistema judicial que defiende al hombre en su posición de agresión y bla bla bla, están en contra de que cumplan toda la condena. ¿Por qué? Porque atacan la LUC, por lo tanto, atacan especialmente el artículo 86, que es el que hace que esos execrables hombres que matan mujeres tengan que cumplir toda la condena. Es una irracionalidad.

-Acerca de la legítima defensa, la Comisión Pro Referéndum ha advertido que disminuyen las garantías para salvaguardar la vida. ¿Qué opinión le merece?

-La LUC amplía el rango de la legítima defensa para el ciudadano común, que muchas veces tenía miedo de defenderse porque cualquier error que cometiera lo podía llevar a ser responsable de haber herido o dado muerte al delincuente, porque no había cumplido con los excesivos requisitos que se interpretaba que tenía la legítima defensa.

Antes solamente podías defenderte con violencia cuando el delincuente entraba a tu casa, y la LUC extiende la defensa a los balcones, las azoteas, la barbacoa, o sea, todas las zonas aledañas a la vivienda. En los establecimientos rurales que están pegados a la casa, la persona tiene derecho a ejercer la legítima defensa si encuentra un extraño y supone que eso representa una agresión ilegítima.

Además, se insiste en que no solamente se defiende la vida, sino también los otros derechos. Entre ellos, el honor, que puede considerarse como la libertad sexual –en una violación, el individuo puede dar muerte a su agresor-, la libertad –si te están raptando un hijo, podés dar muerte al maleante-, la propiedad.

-Justamente, al aumentar las garantías para proteger la propiedad, ¿no se puede dar lugar a abusos?

-La persona tiene el derecho racional, es decir, si te están robando la bicicleta no vas a tener derecho a disparar, pero si se están llevando el vehículo con el que vos trabajás, hacés la feria, es el sustento de tu familia, podrás ejercer la violencia que habrá que calibrar hasta dónde es racional y hasta dónde se transformó en un abuso, para defender un bien patrimonial. La crítica es el gatillo fácil, pero habrá que probar las situaciones de exceso y habrá sanciones.

-¿Qué lectura hace de los resultados que el Ministerio del Interior ha mostrado de la LUC?

-La LUC vino a tapar una cantidad de agujeros y ha generado resultados. Aunque el descenso de los delitos parcialmente puede ser atribuible a la pandemia, también se debe a un cambio en la legislación general de persecución de los delincuentes. Hoy hay otra presencia policial en la calle y mayor severidad.

-Si se derogan estos artículos, entonces, ¿volverían a aumentar los delitos?

-Estoy convencido de que sí. Si vos sos delincuente y tenés el apoyo legal para decir que te detuvieron mal, como ha sucedido en algunos casos donde hubo órdenes de allanamiento mal realizadas, lo que implica la libertad inmediata del sujeto, y tenés la seguridad de que no te van a pedir identificación, de que no te van a poder revisar el vehículo, los bolsos, ni tomar declaraciones en la seccional, vas a salir beneficiado.

-El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, dijo que si se derogan los artículos van a liberar presos. ¿Qué puede comentar al respecto?

-Si los artículos de la LUC se derogan, todos los delincuentes que fueron procesados en función de los nuevos parámetros que marcó esa ley, quedarán en libertad, porque la prueba sobre la que se cimentó la norma puede caer. Ni que hablar de los delitos de agravio a la policía o de fuga, que está previsto como delito, aunque sea sin violencia, y antes no estaba.


“Tendríamos que tener 40.000 presos; es una locura, pero es lógico”

-¿Qué evaluación hace del aumento de presos que ha habido en este año y medio, algo que es destacado como un “logro” por las autoridades?

-El número de presos que tenemos en Uruguay tendría que ser el doble o el triple, con un sencillo argumento: hoy se esclarece el 5% de los delitos comunes y el 50% de los homicidios. En España, por ejemplo, se esclarece el 20% de los delitos comunes y el 90% de los homicidios.

Entonces, si hoy esclarecemos el 5% y le preguntás a la ciudadanía si quiere que se esclarezca el 20%, como en España, el 99% de la gente te va a decir que sí. Con los mismos parámetros que tenemos hoy, si se esclarecieran cuatro veces más delitos, es lógico suponer que tendríamos cuatro veces más de presos.

Si tuviéramos niveles de esclarecimiento como España, hoy tendríamos que tener 40.000 presos, lo cual es una locura, pero es lógico. Ese razonamiento tira por tierra las especulaciones de que tenemos muchos presos. Tenemos poquísimos presos porque esclarecemos muy pocos delitos en comparación con otros países.

-¿Es posible la rehabilitación con el sistema carcelario actual?

-Yo no estoy en contra de la rehabilitación, pero tampoco sueño, no soy utópico. Sé que hay una mayoría de presos que no quieren rehabilitarse porque hicieron una opción de vida, porque les va mejor delinquiendo que haciendo una vida de ciudadano normal, entonces es absurdo decir que hay que rehabilitar a personas que no quieren hacerlo.


Falta de trabajo conjunto en la coalición “es un error”

-Usted ha comenzado una campaña en defensa de la LUC. ¿Hacen falta estrategias en conjunto con el resto de la coalición?

-Sí, totalmente. Está Lust, está Gandini, estoy yo. Somos pocos los que nos hemos largado a hacer una defensa de la LUC en forma casi individual. El presidente de la República nos citó hace un mes y pico a la residencia de Suárez y nos explicó que se iba a crear una comisión para organizar la salida en defensa de la LUC, pero no pasó nada más. No hay una comisión que esté operando en forma conjunta en la coalición. Eso es un error, habría que haberlo hecho hace mucho tiempo.

Con nuestra agrupación ya hemos salido a la calle y hemos hecho actos públicos con mucho éxito –con la concurrencia permitida debido a la pandemia-. Pero la coalición tendría que empezar a organizar esas actividades. Estamos muy atrás de los que están en contra de la LUC, que tienen una ventaja de meses de trabajo.