Visiones cruzadas sobre seguridad: precandidatos responden si en Uruguay se puede vivir sin miedo

INFORME | ESPECIAL PRECANDIDATOS

La campaña “Vivir sin miedo”, encabezada por el senador nacionalista Jorge Larrañaga, con el objetivo de llevar adelante un plebiscito para reformar la Constitución y así mejorar el problema de la inseguridad, alcanzó las firmas necesarias. Es por esto que en las elecciones nacionales de octubre se podrá optar por integrar o no la papeleta correspondiente en el sobre de votación. Pero ¿en Uruguay se puede vivir sin miedo? Esa fue la consulta de CRÓNICAS a los precandidatos de los partidos con representación parlamentaria, en un nuevo informe del ciclo que realiza hacia las internas.

Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo


Daniel Martínez
Frente Amplio

Creo en el Uruguay de la fuerza de sus instituciones, en ese capital social que tenemos que preservar de ser una sociedad amortiguadora, que procesa los conflictos. Creo en el combate a las diferentes violencias y en la apuesta a la construcción de la convivencia. Hay herramientas y capacidades desarrolladas que se tienen que mejorar para que el Estado esté más presente en los territorios, con acciones efectivas contra el delito, entendidas también en el marco de la acción de múltiples políticas que fomenten la prevención y la inclusión social. Les respondo la pregunta diciendo que tengo la convicción de que podemos construir una sociedad que apueste permanentemente a la paz y la convivencia.


Luis Lacalle Pou
Partido Nacional

Es muy difícil, porque de alguna manera, todos los uruguayos han sido víctimas de delitos o tienen un familiar o un amigo que ha sufrido un delito, y muchas veces con una violencia inusitada para los términos de nuestro país.


Julio María Sanguinetti
Partido Colorado

Debemos empezar a recuperar el clima de convivencia que tuvimos. No es fácil, es un cambio cultural, tenemos que cambiar muchas cosas. Es muy curioso, cuando uno sale a la calle se encuentra con un sentimiento ambivalente: que la gente habla del futuro, y al mismo tiempo tiene nostalgia del pasado, entonces quiere vivir como fue el Uruguay histórico, pero a su vez ver cómo se puede mirar hacia el futuro con sus exigencias. Creo que ambas cosas son válidas. En lo que hablamos estrictamente de seguridad ciudadana, hemos tenido claramente un gran retroceso porque se ha duplicado el número de homicidios y casi se ha triplicado el número de rapiñas.

¿Y dónde está el quiebre ahí? ¿Cuándo se produce?

Es un proceso, porque hay factores sociales que fueron operando lentamente. El debilitamiento de la familia es uno. La pérdida del barrio como elemento de aglutinamiento también fue un proceso progresivo. A eso hay que agregar el factor de la tecnificación del empleo. En el sector más pobre, el 60% no tiene comprensión lectora y está condenado a la miseria o al delito, entonces hay que tener una acción muy fuerte en esa materia, porque la tecnificación laboral nos está imponiendo cada vez más, mayores exigencias, de empleos más calificados y de reducción drástica de los menos calificados.


Carolina Cosse
Frente Amplio

Sí, el propio senador que andaba juntando firmas (en referencia a Jorge Larrañaga) decía que vive sin miedo. Sí, creo que se puede vivir sin miedo.

 


Juan Sartori
Partido Nacional

Siempre vivimos sin miedo, lo raro es que vivamos el miedo como ahora. Siento [que hay] muchísimo miedo, por ejemplo, a perder el trabajo.

Pero ¿miedo en cuanto a la inseguridad?

Sí, también, porque es una realidad, pero para mí el miedo es más general, no es solo físico, de la inseguridad o de las propiedades. Lo veo más preocupante en lo social, en no encontrar cuál es el camino por el cual Uruguay va a ir en los próximos años que dé certeza, seguridad, tranquilidad.


Jorge Larrañaga
Partido Nacional

Yo creo que hoy en Uruguay mucha gente vive con miedo. El eslogan de la campaña de recolección de firmas fue para todos los uruguayos. Las firmas que se obtuvieron fueron el resultado de la voluntad de gente de todos los partidos. Tenemos dos tercios de la población dispuestos a apoyar la reforma constitucional. Una sociedad que vive con miedo no puede tener la paz suficiente como para mejorar la construcción de su futuro, se inmoviliza. Eso está pasando todos los días. Hay una rapiña cada 18,7 minutos, es una vergüenza; hay 414 homicidios que representan 11,8 por cada 100.000 habitantes, es una dolorosa situación. Entonces, ¿quién está en paz hoy? Nadie. Esa es la realidad que tenemos, por lo tanto, es una propuesta política y es una descripción de la situación actual.


Ernesto Talvi
Partido Colorado

Sí, pero si no resolvemos el problema de fondo, esto no tiene solución, o sea, si los chiquilines que nacen en las periferias urbanas, que son la mitad, terminan en la changa, la informalidad o el delito, nos vamos a ir encerrando de manera creciente. Hay que ver qué funciona en el mundo. Nosotros fuimos a ver el Plan Medellín, fuimos a ver barrios en Escocia, Chicago, que tienen cinco veces la población de Uruguay, donde bajaron los niveles de violencia y delito drásticamente. Lo atacaron de varias formas, fundamentalmente, con policía de vecindad, comisaría rural o de barrio, que tiene que tener capacidad de investigación, operativa, de respuesta en tiempo real. Y para el crimen organizado, se precisan servicios de investigación e inteligencia que tengan tecnología de vanguardia con gente muy profesional para detectar los movimientos de las bandas criminales, y luego cuerpos especializados de choque para desactivarlas antes de que actúen. Lamentablemente, hemos estado corriéndole de atrás a este problema. El gran disuasivo del delito es la efectividad de la policía, la certeza de que si estás involucrado en algún delito que envenene la convivencia ciudadana, te vamos a pescar. Esa efectividad tiene que ver con la forma en que se organiza, pero también con su entrenamiento y formación. Necesitamos policías con formación terciaria, como hay en el primer mundo.


Mario Bergara
Frente Amplio

Todos queremos vivir sin miedo, el tema está en cómo pensamos qué políticas desarrollar para ir en esa dirección. Sobre la posible consulta de reforma constitucional, yo creo que avanzar en clave de militarización de la policía o de allanamientos nocturnos de hogares, lejos de disminuir el miedo, puede generar sensaciones totalmente contrarias. La Constitución prevé la prohibición del allanamiento nocturno de hogares, pero una boca de pasta base no es un hogar, o sea que si alguien tiene dudas del alcance de ese asunto, quizás por vías de ley interpretativa se pueden abrir buenos márgenes de actuación policial y judicial en esa dirección.

Ha habido una reforma integral en el Ministerio del Interior y hay que profundizar esa lógica, y hay una mejor percepción ciudadana de la policía. Los resultados, de todas maneras, no son satisfactorios, y hay que entender qué factores explican eso. El aterrizaje del narco y del crimen organizado de manera más consolidada genera nuevas modalidades de delito, y el aumento de los homicidios se explica en buena medida por esta modalidad de ajustes de cuentas entre bandas narco. Hay un tema también de enfoque, donde yo tengo una visión crítica de los gobiernos del Frente Amplio. Cuando empezamos a gobernar en el 2005, en ese equilibrio necesario entre atacar las causas sociales del delito y reprimir la delincuencia, arrancamos bastante desbalanceados, porque quizás la palabra represión nos sonaba a represión política o personal, y no era eso, sino reprimir la delincuencia, que es la forma de salvaguardar los derechos de la gente.


Pablo Mieres
Partido Independiente

No creo que sea a través de una reforma constitucional [que se solucione el problema], pero sí creo que se pueden recuperar las condiciones. Hoy Uruguay vive en una situación de miedo, de preocupación. No hay en el mundo un ejemplo de un ministro que dure más de nueve años con resultados calamitosos, es increíble. Él y su equipo, el subsecretario, el director nacional de Policía, llevaron adelante una estrategia profundamente equivocada, porque la llave del error es que se desmantelaron las comisarías. Si vos no tenés en el barrio un comisario con su equipo de policías controlando, recorriendo, estás dejando a los vecinos a la buena de Dios; eso es lo que ha pasado. Entonces, para vivir sin miedo la clave es recuperar el territorio. Yo entiendo a los que firmaron, me parece que la gente está desesperada y echa mano a lo que puede, pero en un análisis serio, la reforma constitucional cuya medida principal ya está en la Constitución, que es la posibilidad de acceder a las Fuerzas Armadas para combatir el delito, no es el camino.


Enrique Antía
Partido Nacional

Creo que sí, pero no aplicaría la receta del plebiscito, porque los problemas pasan por otro lado. No es con más militares en la calle [que se soluciona]. Las propuestas de nuestro equipo asesor en el área de seguridad son muy coherentes y nos permiten asegurar que tomando una serie de medidas podemos mejorar sensiblemente la seguridad, y no en cinco años, sino rápidamente.

Pero antes de tomar medidas, ¿se puede vivir sin miedo?

Hay problemas, hay gente que tiene miedo hoy, en algunos lugares más que otros. Si recorrés el país te vas a encontrar con que hay departamentos que no tienen miedo. En Tacuarembó, en Colonia, en Treinta y Tres, están viviendo sin miedo. Pero en Canelones, en El Dorado, en Las Piedras o en Toledo, viven con miedo, o en los barrios de Montevideo. En Maldonado la sensación de inseguridad mejoró sensiblemente, pero hace cinco años se vivía con miedo. Hay un montón de medidas a tomar que son absolutamente necesarias para enderezar el barco en materia de seguridad.


Óscar Andrade
Frente Amplio

El miedo es un vehículo conservador, se han ganado campañas electorales con el miedo al migrante, y hay gente que hoy le tiene miedo al feminismo, a la diversidad. Hay que construir una sociedad que esté pensada en relaciones humanas, en el amor. ¿Eso quiere decir que no haya preocupación por cómo la crisis urbana generó territorios de los que se apropiaron los narcos y la cultura delincuencial, o por el vínculo del narcotráfico con el lavado? Según Naciones Unidas, anualmente se lavan a nivel mundial US$ 300 mil millones, que vienen de plata sucia. Ese es un problema estructural que, en mi opinión, se resuelve construyendo barrios integrados, fuertes políticas de vivienda, de estímulo educativo, atención a la infantilización, atención a las adicciones, y una policía eficaz. Ahora, si solo discutimos una policía eficaz en el sentido de mayor tecnología, más patrulleros, y no discutimos nada de lo otro, le erramos. Teníamos mil y algo de presos hace 50 años, se multiplicaron por ocho o nueve, y no es un país más seguro por eso, aunque es lo primero que te reclaman. Entonces, ¿se resuelve el tema de la seguridad con la militarización? Una barbaridad. Y tampoco con la cadena perpetua. Lo primero que tenemos que resolver es que la cárcel no sea un problema, y hoy lo es.


José Amorín
Partido Colorado

Me robaron hace poco, tenía el auto estacionado frente a la casa de mi hijo y me rompieron tres vidrios para robarme. Me rompieron todo el auto. No es fácil. A mi señora, en la puerta de mi casa, la tiraron al piso y le robaron la cartera hace tres años, y hoy cada vez que sale o está en la calle, mira para los costados a ver si no viene una moto; tiene una aprensión terrible, y me parece que hay muchísima gente que siente lo mismo.


Gonzalo Abella
Unidad Popular

Claro. Hay barrios, como el Cerro, que eran de puertas abiertas, pero la tranquilidad no la daba el patrullero, la daba el frigorífico, es decir, tres turnos en que gente entraba y salía de allí, y se vivía sin miedo. Yo conocí una ciudad de puertas abiertas, donde la gente confiaba en el otro, y si se caía alguien en la calle corrían 10 a ayudarlo; ahora si es una persona joven pensás que capaz que se hace el caído para asaltarte, y pasás de largo. Claro que se puede recuperar. El pueblo uruguayo demuestra en cada momento, hasta cuando hay que hacer una colecta solidaria por alguien que tiene que operarse en el extranjero, que es un pueblo con profundo resorte de solidaridad, pero que se ha hecho desconfiado. Si nosotros recuperáramos la esperanza, los más sinvergüenzas quedarían aislados y viviríamos sin miedo.