Empresarios y sindicatos industriales reclaman que el gobierno reconozca la crisis del sector y tome medidas

“Si las condiciones no cambian, es muy factible que alguna otra empresa cierre”, advirtió Murara

La decisión de trasladar la producción de Fenedur –fabricante de la histórica marca La gotita– a Argentina volvió a poner en el centro del debate el futuro de la industria uruguaya y las preocupaciones que genera. En diálogo con CRÓNICAS, desde la CIU advirtieron sobre un “problema estructural” de competitividad que persiste desde hace años, mientras que la CSI reclama medidas urgentes para frenar cierres que ya afectaron a miles de trabajadores.

Por Lucía Arregui | @luuarregui

El cierre de Fenedur, responsable de la producción local del reconocido adhesivo La gotita, representa un nuevo golpe para el sector industrial uruguayo. La decisión empresarial de concentrar sus operaciones en Argentina encendió las alarmas tanto en el ámbito empresarial como sindical, al evidenciar problemas estructurales que exceden a un caso puntual.

Desde la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), su vicepresidente Gabriel Murara aseguró en diálogo con CRÓNICAS que “la pérdida de competitividad es un tema que desde la cámara manejamos ya hace muchos años; yo diría que desde hace tres administraciones vemos una pérdida constante año a año y no ha mejorado”. Según explicó, la combinación de un “tipo de cambio real que baja” y el aumento de “salarios, combustibles y energía”, genera un entorno cada vez más adverso para las empresas.

Murara subrayó que, en muchos casos, los cierres responden a causas múltiples, pero con un factor común: los altos costos. “En algunos casos hay un tema principalmente de competitividad, que es transversal a todas las empresas. Cuanto más valor agregado se tiene, más difícil es competir”, advirtió. En el caso específico de Fenedur, aclaró que la decisión estuvo vinculada a razones productivas. “Tenían dos plantas, una en Argentina y una acá, trabajando al 50% de su capacidad ociosa. Decidieron concentrarse en una para mejorar la productividad. No fue un problema de competitividad o sindical”, precisó.

“Reconocer que hay una crisis” 

Desde el movimiento sindical, la lectura no fue muy distinta en cuanto al diagnóstico general. Danilo Dárdano, presidente de la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI), afirmó que el sector atraviesa un proceso de “desindustrialización” que lleva al menos una década. “Perdimos 2.000 puestos de trabajo en los últimos meses. Si sumamos a los trabajadores informales, andamos alrededor de 2.500. Estas noticias son realmente muy malas”, señaló.

Para Dárdano, es urgente que el gobierno reconozca la gravedad de la situación y actúe en consecuencia. “Primero, debe reconocer que hay una crisis. Segundo, que sea más unánime la voluntad de defender a la industria nacional. Y tercero, tomar acciones concretas”, sostuvo. Entre esas medidas, mencionó la necesidad de abordar el “atraso cambiario” y facilitar el acceso a créditos blandos para el sector productivo.

Desde la CIU, sin embargo, existen matices respecto al tipo de respuestas que deberían implementarse. Murara consideró que “las medidas inmediatas nunca son buenas, porque son pan para hoy y hambre para mañana, pero no tienen efectos duraderos”. Según el dirigente empresarial, lo que se necesita es un marco de políticas que cree las condiciones para el crecimiento. “Para crecer tenés que tener un clima laboral bueno, un tipo de cambio real que acompañe los costos y combustibles competitivos. Hoy el Estado no acompaña en nada; al contrario, pone más palos en la rueda que beneficios”, enfatizó

La pérdida de Fenedur no es un hecho aislado. En los últimos años, varias plantas industriales como Yazaki, la quesera Howald y Krieg (ex Alpa) han cerrado sus puertas, afectando a miles de trabajadores y reduciendo la base manufacturera del país. “Esto tiene un ‘efecto contagio’: cierra una y no sabés en qué momento te van a aparecer otros cierres”, alertó Dárdano, quien insistió en que el proceso no se detendrá sin una política de Estado sostenida en el tiempo.

La preocupación empresarial va en la misma línea. “Si las condiciones no cambian, es muy factible que alguna otra empresa cierre”, advirtió Murara. Incluso subrayó que hay compañías que ya evalúan su salida del país debido a los altos costos energéticos. “Estamos pagando la energía el doble o el triple que en otros lugares y ese problema no lo ha solucionado ningún gobierno”, remarcó.


Sin respaldo del Ejecutivo

Dárdano reclamó la intervención directa del Poder Ejecutivo hacia una política industrial: “Si no se cuenta con el apoyo del presidente de la República y su ministro de Economía, todo queda en propuestas que después no se concretan”.

Desde la Cámara de Industrias, Murara coincidió en el diagnóstico sobre los costos. “Las empresas que hoy están andando es porque han podido mejorar su productividad; si no, no podrían andar”, explicó. No obstante, advirtió que esa estrategia tiene un límite y que “llega un momento en que no podés seguir mejorando la productividad solo por tu cuenta si tenés varios índices que no te acompañan”, concluyó.