Luego de que se celebrara la Cumbre del Mercosur y las autoridades del país enfatizaran su postura aperturista, en vistas de profundizar con acuerdos bilaterales, las conclusiones que arrojan los especialistas en el tema ayudarán a comprender qué hay de fondo. Gonzalo Oleggini y Marcel Vaillant, especialistas en la materia, en diálogo con CRÓNICAS, consideran que no es el Mercosur quien imposibilita que concrete acuerdos bilaterales y creen que pasar a ser un socio asociado “no es la solución”.
En la ciudad de Puerto Iguazú se llevó a cabo una nueva cumbre del Mercosur. Una vez finalizada la última reunión del evento, tal como es tradicional, fue emitido un comunicado firmado por todos los gobiernos que integran el bloque. Pero en esta ocasión, y tal como ocurrió en la anterior cumbre, celebrada a inicios de 2023, Uruguay decidió apartarse de esta práctica y presentar un comunicado de manera individual.
Este comunicado en solitario, junto a la insistencia del presidente Luis Lacalle Pou en flexibilizar el bloque y el pedido de optimismo dirigido a Luiz Inácio Lula da Silva sobre el tratado con la Unión Europea, marcan las principales diferencias que tiene Uruguay con sus socios del bloque.
Un pequeño golpe sobre la mesa
Lo que se vislumbra de estos movimientos en el tablero, tras una cumbre que fue de transición si se tiene en cuenta que el gobierno argentino está a punto de culminar su mandato, algo que generará un nuevo panorama en el Mercosur, son las intenciones ya explicitadas de Uruguay con respecto a concretar acuerdos de forma bilateral y la posibilidad de trasladarse hacia el lugar de estado asociado, dejando su posición de miembro pleno, lo que traería cambios en la orgánica del bloque y Uruguay seguiría teniendo voz, pero perdería su capacidad de voto, como es el caso de Chile o Bolivia.
En ese contexto, Gonzalo Oleggini cree que los problemas de Uruguay para negociar con terceros “son mas políticos que económicos y de integración”. Si Uruguay pasa a ser un estado asociado, esos problemas políticos “no van a cambiar, van a seguir siendo los mismos, y seguramente se puedan profundizar”, con lo cual la posición de estado asociado, desde el punto de vista político, hoy en día no parece mostrar una mejora en el posicionamiento de Uruguay frente a los países de la región.
Dentro del posible costo de oportunidad de estar adentro o estar afuera del bloque están implicados los US$ 2.500 millones que se exportan a Argentina y Brasil.
“Nadie está hablando de dejarles de vender, obviamente que esto es un tema político y el cambio de posición de Uruguay va a generar alguna molestia, y quizás algunas exportaciones a Brasil y Argentina se restrinjan. Pero del otro lado tenemos un mundo que nos genera oportunidades que no estamos viendo”, opinó al respecto Oleggini.
Más allá de la última cumbre
Esta postura aperturista de Uruguay no es reciente, y Lacalle Pou ha insistido en numerosas ocasiones con su idea de modernizar el bloque y avanzar en negociaciones y tratados con distintas regiones y países.
En este contexto, Marcel Vaillant cree que lo “único positivo” es que los europeos comenzaron a hablar de la posibilidad de suscribirlo de forma bilateral, en principio incorporando otros aspectos, dado que este es un acuerdo que implica tres pilares: el político, el de cooperación y el comercial.
“Yo creo que Uruguay debería usar esa ventana para profundizar la relación bilateral con la Unión Europea (UE) y ver si logra cerrar el acuerdo; ese hubiera sido un enfoque constructivo para la cumbre, que no fue el caso. Uruguay se puso en una discusión totalmente intrascendente sobre estado asociado o estado miembro pleno. Eso es complejo porque mete un problema en la interna del país para polarizar en torno a este asunto, cuando lo que tenemos que tratar de hacer ante esta situación tan complicada que vivimos es estar lo más unificados posible como país”, resaltó.
Entonces, ¿por qué Uruguay no avanza en tratados bilaterales?
Esta imposibilidad que tiene el país se debe, dentro de un cúmulo de factores, a un “error de diagnóstico” por parte de las autoridades del gobierno, que suponen que los obstáculos de Uruguay para hacer acuerdos con terceros y para recuperar su autonomía tienen que ver con una cuestión normativa, vinculada con las normas que rigen el bloque.
Sobre esto, Vaillant cree que un tercero no hace un acuerdo con Uruguay no por el cumplimiento de las reglas de una unión aduanera del Mercosur, sino que lo hace porque “lo que teme son las repercusiones negativas en el mercado continental de Brasil, y Brasil no quiere que Uruguay haga un acuerdo de este estilo o que prospere con un proyecto mucho más aperturista porque eso le desequilibra su propio acuerdo”.
“Es este el obstáculo, el equilibrio de economía ultra proteccionista de Brasil y Argentina, entonces todo el resto es humo, ruido, error de diagnóstico, y creer que lo que se dice es lo que es”, sentenció.
“El Mercosur es una plataforma necesaria porque somos demasiados chicos y estamos demasiado lejos”
Consultado sobre el tema regional, Marcos Dal Bianco, economista jefe de BBVA Research para Argentina y Uruguay, indicó que más allá de que no duda en afirmar que el bloque se encuentra estancado, consideró que es absolutamente necesario, ya que los países que lo integran, exceptuando Brasil, son mercados pequeños, los cuales, además, están lejos de los centros económicos. “El Mercosur es una plataforma necesaria porque somos demasiados chicos y estamos demasiado lejos”, detalló. En ese contexto, puso énfasis en que el comercio intrarregional puede ser potenciado por una buena logística, la que puede permitir desembocar en economías de escala. Este funcionamiento, por su parte, limitaría la imperiosa necesidad que hoy se presenta de tener que comerciar en escenarios dispares con las principales economías mundiales. En esta misma línea, el analista detalló que aunque en ciertas ocasiones haya que negociar de forma interregional, presentarse como bloque da más probabilidades de lograr con estos gigantes “reciprocidades”.
Volviendo a las dificultades, puntualizó en lo que significan los vaivenes políticos de Brasil y Argentina, los que llevan a presentarse en los distintos periodos con cambios rotundos de posición en cuanto a cómo entienden que se debe dar la integración al mundo. Pensando en el futuro, concluyó que pasada la pandemia, luego de las elecciones en Argentina y previendo que su economía se estabilice, al igual que Brasil, donde también se espera un mayor afianzamiento del flamante gobierno, puede surgir una ventana de oportunidad para “relanzar el Mercosur”.