Martinelli: “La organización que reclutó a Astesiano operó con total impunidad durante los dos últimos gobiernos del FA y esta gestión logró desbaratarla”

EN PANINI'S

Nicolás Martinelli, director general del Ministerio del Interior


Pasó de la Secretaría General del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) al equipo de asesores de Presidencia y luego fue nombrado director general del Ministerio del Interior. A poco más de tres meses de haber asumido ese cargo, el jerarca fue entrevistado por CRÓNICAS acerca de la situación actual de la seguridad pública y explicó cuáles han sido los mayores logros de este gobierno en la materia. A su vez, opinó que la “sensación” de que hoy hay más violencia que antes se debe a “la globalización de las redes sociales”. También se refirió al caso Astesiano y lamentó que algunos medios de comunicación hayan “transformado supuestos en verdades”.


El menú En la cava de Panini’s, Martinelli degustó corvina rubia a la plancha con arroz basmati persa, alubias y cebolla caramelizada, y sanfaina, menú que acompañó con agua mineral.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Por qué cree que fue elegido para este cargo?

-Yo creo que el haber sido elegido tiene que ver con la confianza del presidente para conmigo, en un cargo complejo, porque la policía es una institución muy grande, con varias unidades ejecutoras y que tocan diversos temas.

-¿Qué cree que puede aportar desde su experiencia?

-En cualquier ámbito de la vida, pero sobre todo cuando uno tiene a cargo una empresa o una institución grande, lo más importante es el trabajo en equipo, saber delegar y gestionar. En mi pasaje por el Mides aprendí mucho y eso ayudó a que mi aterrizaje acá fuera más fácil. Me topé con cosas que ya conocía del funcionamiento de la administración pública y eso facilita mucho el trabajo.

-Muchas veces se dice que el Ministerio del Interior es un hierro caliente que nadie lo quiere agarrar. ¿Le costó aceptar esta designación?

-La verdad es que no me costó. También me dijeron lo mismo cuando entré al Mides, “vas a encontrar un ministerio complicado, 15 años gobernado por el Partido Comunista”. Sin embargo, encontré un grupo humano muy lindo, fue una experiencia muy enriquecedora en lo personal y en lo profesional. Y hoy en el Ministerio del Interior también. Acá hay una cadena de mando y hay que ser celoso y custodio de la misma. Es una linda experiencia y todos los días sigo aprendiendo.

-¿Con que se encontró al asumir?

-Encontré un Ministerio bien focalizado, con un rumbo claro de hacia dónde se quiere ir, pero inmediatamente le puse foco a la gestión. Había al principio cierta demora en algunos trámites de licitaciones, que había que encauzarlos y volver a empujar. Me puse a trabajar en la reestructura del Ministerio. Es muy grande y tiene diferentes escalafones, hay personal civil, policial, y hay muchas desigualdades entre ellos; es uno de los debes reordenar el tema de los funcionarios públicos y en eso estamos trabajando. Encontré un Ministerio que estaba funcionando, los números así lo demuestran.

-¿Cuál es su balance en materia de seguridad en lo que va del gobierno?

-Hay tres o cuatro ejes que son claves. Uno ha sido el respaldo político del presidente, que desde el principio le pidió a la policía dar la cara frente a la ciudadanía, resultados y estar en territorio. Veníamos de una policía que tenía la orden de la administración anterior, del Frente Amplio (FA), de no hablar con los vecinos. Ahí hubo un cambio significativo en la conducción de la policía desde el punto de vista político. Otro eje importante es el respaldo jurídico al accionar policial, que se lo da la Ley de Urgente Consideración (LUC). Pese a que se manejaba por parte de la oposición que iba a haber abuso policial, gatillo fácil, no sucedió nada de eso a un año y medio de haber sido ratificada la LUC. La policía estaba atada de pies y manos en su accionar, atrapaba delincuentes, pero entraban por una puerta y salían por la otra, y eso generaba un desánimo. La LUC puso arriba de la mesa nuevas herramientas que, junto con el respaldo político, han ayudado a la mejora de los delitos: han bajado de forma sistemática las rapiñas, los hurtos, el abigeato.

-Los homicidios han aumentado en el último tiempo.

-Habíamos tenido mejoras en 2020 y 2021, y este año tuvimos un incremento debido a las luchas entre las diferentes familias o bandas de narcotraficantes. Desde el día uno el gobierno ha sido enfático en dar un combate frontal al narcotráfico. En ese sentido, se dio un paso muy importante en este Ministerio que fue la creación de las unidades antidrogas en Montevideo y Canelones, que son los departamentos donde se concentra la mayoría de las familias que operan en las bandas de narcotráfico. Se ha hecho un mapeo de esas familias, que fue producto de un trabajo de este gobierno. Resulta misterioso cómo en gobiernos anteriores no existían estas brigadas antidrogas en Montevideo y Canelones. Una vez más, estas posiciones políticas son respaldadas por los resultados: llevamos cerca de 3.000 bocas de pasta base desarticuladas, lo cual tiene una incidencia directa en los delitos de los barrios.

-Muchas veces cierran una y abren otra a una cuadra…

-Eso pasaba en algún momento, por eso, en trabajo conjunto con las intendencias de Canelones y de Montevideo, lo que se está haciendo ahora es tapiarlas y eso achica el margen de que la boca se vuelva a abrir. Eso tiene una incidencia en la baja de los delitos en las zonas donde se cierran las bocas de entre un 12% y un 23%. Eso implica un trabajo de microtráfico muy importante. También se ha hecho a nivel del traficante más grande, el crimen organizado, el que trabaja fuera de fronteras y donde Uruguay opera como país logístico, como un pasaje para que salga la mercadería. Ha habido incautaciones muy importantes.

Yo recuerdo que el exfiscal Jorge Díaz dijo en el 2019 que desde el 2009 en Uruguay no había una política antidrogas. Desde que asumió este gobierno hubo un cambio importante en el sentido de dar un combate serio y frontal al narcotráfico. Eso tiene sus efectos colaterales, por eso hablábamos de que este año se ha dado un aumento de los homicidios en términos comparativos con nosotros mismos, con respecto a 2020 y 2021. En comparación con los gobiernos del FA, sobre todo los años 2018 y 2019, todavía estamos por debajo. También entendemos que el aumento de homicidios está dado en esa lucha por territorio entre estas bandas o familias que operan en el mundo del microtráfico de drogas y, producto del cierre de las bocas, se les van achicando las posibilidades de venta, se van adentrando unos en territorios de otros y eso genera luchas, demostraciones de poder y después venganzas.

-¿Qué se está haciendo para combatir eso?

-Estamos teniendo mayor presencia policial, estamos haciendo una inversión muy importante en la instalación de 2.100 cámaras nuevas en las zonas 3 y 4 de Montevideo, que es donde se registra mayor cantidad de homicidios. Eso nos va a permitir recabar evidencia para poder aportar a la fiscalía sobre los delitos que suceden en esas zonas, lo cual hoy no siempre es posible. Con esto, sumado al incremento del patrullaje, queremos dar una señal fuerte en esas zonas de que no le vamos a dar ninguna ventaja ni tregua a la delincuencia.

-Si hay un mapeo de las familias y de las bandas que trabajan en el narcotráfico, ¿qué hace falta para desarticularlas?

-Sabemos quiénes son, pero estamos en un Estado de derecho, hay que reunir pruebas, la fiscalía pide un montón de evidencias. Por ejemplo, para desarticular una boca de pasta base necesitás por lo menos 10 testigos y no es fácil. Las operaciones llevan mucho tiempo, hay que hacer vigilancia, seguimiento de movimientos, investigación; pueden llevar semanas o meses. A veces arrojan resultados, otras veces no, y otras veces, por determinados motivos, una operación que lleva mucho tiempo se ve truncada por algún episodio y tenés que volver a empezar.

-¿A qué atribuye el avance del narcotráfico?

-Hay un aumento del narcotráfico a nivel mundial, son organizaciones muy bien equipadas y armadas con una enorme logística internacional. Como gobierno, es mucho más complicado obtener tecnología a la velocidad que la pueden obtener los narcotraficantes. Eso hace que muchas veces la corras de atrás.

-¿Ve un aumento en la violencia?

-Ahí se enfrentan dos posiciones filosóficas distintas de cómo entender la vida. Una es la de Hobbes, “el hombre es el lobo del hombre”, acuñada por el expresidente Mujica, que decía que el hombre es malo por naturaleza. La otra es la de Rousseau, que dice que el hombre es bueno por naturaleza y hay elementos en la sociedad que lo pueden corromper. Esa es la posición del actual presidente Lacalle Pou. Es cierto que la teoría de Hobbes ha predominado durante el siglo XX, pero últimamente ha habido revisionismos históricos que nos llevan a concluir que no es tan así, que el ser humano no es el lobo del hombre y que la sociedad hoy no es más violenta que antes. La sensación de que hay más violencia se puede atribuir a la globalización de las redes sociales y de los medios. Por ejemplo, hoy aparece una persona descuartizada y obviamente que todos nos preocupamos y horrorizamos, pero esas cosas pasaron siempre, solo que antes no se publicaban las noticias con la inmediatez de ahora, y probablemente había muchísima gente hace 150 años que cuando pasaba eso ni se enteraba. Hoy pasa y te enterás en el momento. Eso genera la sensación de que somos más violentos, yo no creo que sea así.

-El fiscal general, Juan Gómez, ha contado que antes el ajuste de cuentas era disparar en una pierna y que hoy directamente le quitan la vida a la persona. ¿Usted no percibe esa escalada de violencia?

-No sabemos lo que pasaba hace 200 o 300 años, capaz que era muy común degollar gente, sin embargo, hoy no lo vemos en la sociedad. Las guerras eran mucho más frecuentes y hoy son mucho más esporádicas. Hay conflictos, por ejemplo, lo que está pasando en Ucrania con Rusia, pero son conflictos “controlados” y suceden con menos asiduidad y letalidad que antes.


Caso Astesiano: “La urgencia por dar las noticias lleva a que medios o periodistas no tengan tiempo para verificarlas”

-No puedo dejar de preguntarle por Astesiano. Usted estuvo trabajando en Presidencia, en la Torre Ejecutiva. ¿Nunca tuvo sospechas de ningún tipo?

-Yo lo conocí en la campaña política. Mi rol era más técnico, por lo que no participaba de las giras. No tenía una relación con él tan fluida, pero por supuesto que lo conocía. Creo que él fue reclutado por una organización vinculada a los pasaportes, que, según la fiscal del caso, por lo menos operaba desde el año 2013. Esto quiere decir que operó con total y absoluta impunidad durante los dos últimos gobiernos del FA y que fue este gobierno, con esta gestión, con esta policía, el que logró investigar y descubrir que existía esta banda, y hacer la denuncia en fiscalía. Después, el trabajo de la policía liderado por la fiscal terminó en la captura de los integrantes de esta banda. Es decir que fue gracias a esta policía y al trabajo serio que hizo, que se logró desbaratar a una banda que venía operando hace al menos nueve años, quizás mucho más.

-¿Usted nunca vio ningún movimiento llamativo?

-Personalmente, no.

-¿Cómo ha visto el tratamiento de la prensa con respecto a este tema?

-Algunos medios han transformado supuestos en verdades. Todo lo que se está diciendo sobre el caso son supuestos, porque hay un principio de inocencia que hay que respetar y porque hay una fiscal que está trabajando en el caso. Por lo tanto, cuando uno saca en los medios una noticia que es un supuesto y lo da como una verdad absoluta, es un error y puede tener consecuencias para las personas implicadas, que a veces no tienen nada que ver.

Entiendo que la urgencia por dar las noticias lleva a que determinados medios o periodistas no cuenten con el debido tiempo para verificar que sean verdaderas o llamar a las fuentes y corroborarlas. En esa carrera por ganarle al otro medio y dar la noticia antes, se están cometiendo estos errores de dar hechos que son supuestos, por verdades. Además, cuando uno publica un chat vinculado a una causa, tampoco sabemos si no fue alterado.

-¿El caso Astesiano influye en la trasparencia del Ministerio del Interior?

-No. De hecho, este tema no ha tenido un cambio en lo que opina la gente sobre el gobierno y sobre el presidente. La gente está preocupada y ocupada en otras cosas. Quizás el micromundo del Twitter en el que nos movemos algunos, hace que este tema tenga mucha más relevancia de la que tiene para la sociedad.

-¿Cómo vio la renuncia del subdirector de Policía después de que se hicieran públicos los chats con Astesiano?

-Fue una decisión personal que respeto. Nosotros hicimos una investigación interna sobre los chats y no surgieron irregularidades. En cuanto a su trabajo no tengo nada que objetarle. Le deseo lo mejor en lo que disponga de su vida de acá en adelante.