Murara: “El gobierno debería tomar medidas urgentes para mejorar la competitividad, aunque eso pueda generarle costos políticos”

Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU)


El presidente de la CIU señaló en entrevista con CRÓNICAS que la actividad de la industria este año será peor que la del 2019, por lo que el gobierno debería tomar medidas urgentes, priorizando la situación del país frente a los posibles costos políticos.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

-A fines del año pasado, en entrevista con CRÓNICAS, usted afirmó que la CIU no contaba con argumentos “para pensar que la actividad privada no siga estancada como desde 2014”. Casi finalizado el primer trimestre del año, ¿se mantiene con la misma visión?

-Si se mira en perspectiva los últimos tres meses, la situación no ha mejorado nada, ni respecto a la actividad ni en lo concerniente a la competitividad. De hecho, esta última ha continuado deteriorándose. Tenemos una inflación bastante alta respecto a varios costos del Estado, principalmente generada por el déficit fiscal. La actividad ha tenido un golpe grande de tendencia a la baja en diciembre, y por los primeros números que tenemos, también en enero; y en febrero no notamos ningún indicio de mejora.

El índice de volumen físico el año pasado cayó alrededor del 2,1% y este año no va a ser mayor a eso por diferentes factores. Uno de ellos son las exportaciones, las cuales hace cuatro meses que registran una tendencia a la baja. El turismo, además, no ha sido tan bueno como el año pasado. Esto va a generar muchas dificultades en empresas, sobre todo pequeñas, que son las más vulnerables a sufrir estos casos.

-¿Entonces en el presente año se registrarán más dificultades que en 2018?

-Sí. Por cómo arrancó el año, no se ve en el horizonte ningún cambio que le haga a uno pensar que estaremos igual o mejor que el año pasado.

-¿Tiene alguna incidencia en la actividad el hecho de que este sea un año electoral?

-Para la industria manufacturera no existen los años electorales, porque seguimos el día a día, con una competitividad que ya hace muchos años que viene en deterioro. Debemos comenzar a pensar en algún cambio de rumbo leve para empezar a dar señales de mejora de competitividad. Yo sé que eso puede arrastrar costos políticos, pero de alguna manera todo lo que dejemos pasar en el tiempo –y que las decisiones para las mejoras se atrasen- desemboca en que se perjudique también a quienes asuman el año próximo.

De alguna forma, debería haber un consenso en algunos puntos para manejar la competitividad y que no sea un costo electoral para ningún partido, sino, por el contrario, que se lleven adelante medidas consensuadas que den una señal de mejora para que las empresas no sigan pensando en transformarse y producir menos. En definitiva, esto lo único que hace es generar menos empleo de, además, peor remuneración salarial, y problemas a futuro en cuanto a la seguridad social, porque tendremos menos aportantes.

-¿Es decir que el gobierno aún está a tiempo de tomar las medidas necesarias para mejorar la competitividad?

-Siempre está a tiempo. A este gobierno le queda todavía un 20% del período por el que fue elegido. Tiene que trabajar más para lograr mejoras en el gasto y en el tipo de cambio, por ejemplo. No estoy hablando de saltos bruscos ni una medida de shock, sino de decisiones que mejoren una situación de aquí a tres o cuatro años.

-¿Opina que si el actual gobierno toma alguna decisión al respecto puede tener costos políticos importantes?

-Puede ser que los tenga, pero de otra forma será más importante el costo país y la situación de la gente y el empleo. De no tomar ninguna medida, se perderán empresas, Es mínimo el costo político frente a lo que se puede profundizar de no tomar las medidas necesarias.

De alguna forma, los partidos tendrían que comenzar a juntarse y empezar a decidir qué es lo que se debería realizar ya, y no esperar a tener un 5% de déficit.

-¿Qué peso tienen los costos del Estado dentro de los factores que inciden en la pérdida de competitividad de las empresas industriales?

-Es el Estado en general el que tiene peso. Primero, por el déficit fiscal que obliga a que todos los años se deban pedir cerca de US$ 2.500 millones. Este dinero llega al país, los dólares se venden, se compran los pesos, y hace que el tipo de cambio esté más bajo. Esta es una de las variables que en los últimos 13 años ha tenido más incidencia.

Por otro lado, se encuentra la inflación, que en la mayoría de estos últimos años ha estado fuera del rango meta y que ha hecho perder competitividad. Además, vemos que muchos de los productos que se están exportando están teniendo una competencia muy importante en el exterior, con países que venden lo mismo que nosotros, como Paraguay, Argentina y Brasil, en el rubro de la carne y otros productos, y que tienen mejores costos para competir.

Tenemos que tener presente que competimos con países más lejanos de la región, que poseen convenios y no pagan aranceles. El hecho de lograr algún acuerdo comercial para los productos que exportamos es una manera de mejorar la competitividad.

-¿La situación que vive la industria uruguaya hoy no está, de alguna forma, vinculada a una tendencia regional o mundial?

-No. Nosotros tenemos problemas y debemos hacer los deberes por nosotros mismos. En la región y otras zonas del mundo hay países que siguen creciendo a buen ritmo, pero tienen mejor competitividad que nosotros. Debemos hacer cambios porque cada vez vamos a poder venderle menos al mundo, porque somos muy caros.

-Teniendo en cuenta este panorama, ¿aumentarán este año las empresas que lleven adelante una reestructuración?

-Con todos los números que han venido con tendencia a la baja, hay muchas empresas que ya están en un proceso de reestructura, y otras –muy notorias- que en los últimos meses dejaron de producir y pasaron a importar, pero eso está atado a la competitividad. En muchos casos se llevan a cabo decisiones corporativas para tomar desde otros orígenes los productos más baratos. De esta forma, el único que pierde acá es el país, además de todos los colaboradores de la empresa y la compañía en sí.

-¿Tienen alguna estadística respecto de cuántos empleos se pueden perder este 2019?

-No lo queremos ni pensar. Todos los días nos levantamos con el ánimo para seguir y mejorar lo que podamos, pero ya estamos viendo que hemos perdido mucho en los últimos cuatro años, por lo menos en la industria. Tal vez algunos sectores hayan crecido, pero para nosotros, el déficit es negativo tanto en la empresa como en el empleo.

Se debe recordar que la industria tiene una participación en el PIB muy importante y que paga de los mejores salarios en muchos sectores. Además, es el que genera más riqueza y valor agregado, junto con la tecnología.


Las inquietudes de los industriales en la campaña electoral

-La CIU ha mantenido reuniones con los precandidatos a la Presidencia. ¿Qué se ha logrado con ello?

-El año pasado tuvimos reuniones con varios referentes políticos y precandidatos. En los últimos meses se irán agregando varios. En todas estas instancias transmitimos los problemas que veíamos, que son los mismos, además, que venimos denunciando hace mucho tiempo y los cuales, en vez de ir mejorando, han empeorado, llegando al punto en que perdemos empleo, mano de obra y trabajo.

-¿De qué tratarán las nuevas reuniones planeadas para este año?

-Contarán con más información y nuevos datos actualizados, pero seguramente se desarrollen después de las elecciones internas, ya que hoy son muchos. Lo concreto es que los problemas que tenemos ya han sido transmitidos y todos los conocen.

-¿Hay algún precandidato que incorporó las preocupaciones de la CIU en su discurso?

-Sí, hay al menos dos o tres, pero no los voy a nombrar.


“Los precios de las tarifas de las empresas públicas no son competitivos”

-¿Qué papel ocupan las empresas públicas en este panorama y cómo afectan a las empresas industriales privadas?

-Las empresas públicas, obligadas por el déficit fiscal, están teniendo tarifas que no son competitivas ni a nivel regional ni mundial. Tenemos el combustible más caro de América Latina, tenemos una energía más cara que en Argentina y Paraguay. Repito: los precios de las tarifas de las empresas públicas no son competitivos. Si eso mismo pasara con una empresa nacional privada que no tiene un arancel de protección, y tuviera que competir, estaría cerrada, pagando un 20 o 30 por ciento más, pero como son tarifas monopólicas, se deben sostener de alguna manera.