Por Edward Holfman (*) | @EdwardHolfman
El «Tren de Aragua» (TdA) es una organización criminal venezolana real y no solo es un mito urbano. Surgió en el estado Aragua, Venezuela, y ha ganado notoriedad en los últimos años debido a sus actividades violentas y su expansión hacia otros países de Latam. Sin embargo, existe especulación y rumores en torno a su tamaño, alcance y modo de operar, lo que lleva a una confusión entre lo que es real y lo que son mitos amplificados por el temor social, los medios de comunicación, y de la manipulación con fines políticos migratorios.
El TdA fue fundado por un grupo de prisioneros en la cárcel de Aragua, Venezuela, y ha tenido varios líderes a lo largo del tiempo, como Héctor «El Niño» Guerrero, uno de los fundadores y líder original; José «El Gato» Pérez, otro líder importante, involucrado en la expansión de la banda y en su diversificación de actividades criminales. El TdA ha evolucionado y adaptado su liderazgo en función de las circunstancias y las presiones internas, lo que complica la identificación de un liderazgo centralizado.
El TdA ha incrementado su presencia en países como Colombia, Ecuador, y Perú, donde se involucran en el narcotráfico y la extorsión. En Brasil también han establecido redes aprovechando la frontera porosa y el contexto de criminalidad en algunas regiones. En México, aunque no están tan arraigados como otras organizaciones, han hecho incursiones, con poco éxito especialmente en el tráfico de drogas. En Estados Unidos, algunos miembros han sido identificados en comunidades con alta población venezolana.
El crecimiento del TdA resalta la complejidad del crimen organizado en la región y su capacidad para adaptarse y expandirse, representando un reto tanto para las fuerzas de seguridad locales como para las agencias de seguridad internacionales.
La expansión del TdA en América Latina presenta una mezcla de mito y realidad, existe una línea muy tenue que se amplifica con cuestiones de índole políticas, migratoria y racismo, que son utilizados por diversos actores políticos de toda América Latina con fines electorales. Los mitos, la propaganda, la desinformación y la utilización con fines electorales son una constante para referirse al TdA.
Aunque el TdA tiene presencia en ciertos lugares, regiones o zonas, no controlan completamente esos territorios, ni tienen dominio de nuevas rutas. Enfrentan la competencia de otras organizaciones criminales transnacionales, mucho más poderosas, como el Cartel de Sinaloa CDS (México), Cartel Jalisco Nueva Generación CJNG (México), el Primer Comando de la Capital PCC (Brasil) o con La ‘Ndrangheta Mafia Calabresa (Italia), organizaciones que tienen presencia en toda América desde hace años.
Se dice que la capacidad de infiltración es absoluta por parte TdA, si bien tienen conexiones. Por tanto, la idea de que pueden infiltrarse sin oposición en todos los países es extremadamente exagerada.
La posible relación entre el TdA y el régimen de Nicolás Maduro es un tema complejo y delicado, aunque no hay evidencia contundente de vínculos directos y oficiales entre el grupo criminal y el gobierno venezolano. En Venezuela, los “pranes” son líderes criminales que controlan internamente muchas cárceles y operan en paralelo al sistema penitenciario formal. Algunas investigaciones sugieren que ciertos miembros de las fuerzas de seguridad han estado involucrados, directa o indirectamente, en actos de corrupción que benefician al TdA. Esto podría incluir desde el tráfico de influencias hasta permitir que sus líderes mantengan comunicaciones y operaciones desde la cárcel. Sin embargo, estas acciones tienden a ser de carácter individual y no necesariamente implican una colaboración oficial por parte del gobierno.
La crisis socioeconómica en Venezuela ha creado un contexto de inestabilidad y desesperación, que ha facilitado el crecimiento de bandas organizadas como el TdA. La permisividad hacia el TdA puede estar vinculada a una estrategia pragmática del gobierno de Maduro para mantener la estabilidad dentro de un contexto de crisis, aunque esto no constituye una alianza formal.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, junto a el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado, ha catalogado a la banda criminal venezolana conocida como «Tren de Aragua» como una «organización criminal transnacional”. Esta designación permite al gobierno de Estados Unidos implementar sanciones financieras y legales más estrictas contra sus miembros y colaboradores, así como ofrecer recompensas de hasta US$ 12 millones por información que lleve a la captura de los líderes de la organización.
Las autoridades federales de Estados Unidos han confirmado la presencia de miembros del TdA, aunque en su mayoría los esfuerzos han sido preventivos y orientados a vigilancia e identificación en la frontera. Hasta el momento se ha arrestado a unas 100 personas con vínculos “sospechosos” con esta organización en el país.
Sin embargo, las autoridades indican que, más allá de los arrestos, aún no existen pruebas contundentes de que el TdA opere como una organización coordinada o que mantenga células activas con vínculos jerárquicos en Estados Unidos como sucede en América Latina.
Los detenidos han sido procesados principalmente bajo acusaciones de delitos aislados y no en el contexto de cargos federales que prueben actividades estructuradas o controladas desde la organización en Venezuela. Además, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional no ha encontrado evidencia concluyente de dicha estructura en Estados Unidos.
La presencia del TdA en América Latina es real, pero a menudo se exageran sus capacidades y el grado de control que ejercen en nuevos territorios y países, con actividades del crimen organizado transnacional, es sus diferentes modalidades.
*Analista en crimen organizado y terrorismo