Proyecciones económicas se mantienen, pero indicadores adelantados plantean un panorama incierto

Uruguay verificó “una desaceleración generalizada en la economía” en el segundo trimestre

La economía local tuvo una importante contracción en el segundo trimestre de 2023, pero ello no cambió significativamente las expectativas de los expertos e instituciones consultados por el Banco Central (BCU), cuya mediana sigue esperando un crecimiento de 0,75% para este año. Sin embargo, “los indicadores vinculados a la actividad económica presentan movimientos dispares”, según advierte el informe de coyuntura de la firma Grant Thornton.

A pesar de la contracción registrada por la economía uruguaya en el segundo trimestre, según confirmaron los datos oficiales difundidos por el BCU, las expectativas de los expertos e instituciones se mantuvieron prácticamente sin movimientos. Ello se debe a que la caída del PIB ya estaba siendo anticipada por los distintos analistas, que de todas formas, siguen esperando una segunda mitad de año más benévola.

Sin embargo, los indicadores adelantados de actividad económica no muestran un panorama claro. Algunos continúan mostrando una tendencia contractiva, mientras que otros reflejan cierto dinamismo.

Perspectivas a futuro

El PIB de Uruguay crecería un tibio 0,75% en 2023, de acuerdo a la mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas del mes de setiembre, con respuestas extremas que fueron desde un estancamiento de la actividad (0%) a una expansión de 2%. Se trata de la misma estimación que el sondeo de agosto, aunque en esa oportunidad la respuesta más pesimista esperaba una expansión de 0,5%.

Para el año próximo, se proyecta una aceleración de la actividad económica a 3,1%, según la mediana, pero en 2025 se desaceleraría a un 2,5%. Sin embargo, cabe consignar que hubo una gran amplitud de respuestas. Para el 2024 las estimaciones van de un piso de crecimiento de 1,9% a un techo de 5,25%, mientras que para 2025 el rango va de 1,5% a 3,1%.

En cuanto al crecimiento esperado como promedio anual para los próximos cinco años, la mediana de la encuesta espera un crecimiento de 2,6%, con respuestas que van desde 2,1% a 3,1%.

Respecto al resultado fiscal, no se espera una mejora, y la mediana de la encuesta estima que el déficit se mantenga en un 3,5% del PIB, tanto este año como el próximo, mientras que para 2025 se estima una leve reducción a 3,2%.

En relación al mercado laboral, los analistas consultados no esperan grandes cambios, con una tasa de empleo manteniéndose en el entorno del 58% y un desempleo oscilando el 8%.

Donde claramente no hay unanimidades es sobre el valor que tendrá el dólar. La mediana de la encuesta espera que el billete verde cierre el 2023 en 39,40 pesos, con respuestas que van desde los 38 pesos a los 40 pesos. 

Más hacia adelante, la incertidumbre es mayor. Para el cierre de 2024 la mediana de la encuesta del BCU espera un dólar a 41,40 pesos, con respuestas que van de un mínimo de 38,50 pesos a un máximo de 44 pesos.

Un paso adelante

En otro orden, el informe de Coyuntura Económica elaborado por la firma Grant Thornton marca un panorama económico incierto para el futuro próximo.

Respecto al contexto internacional, se destaca el “crecimiento moderado” de EEUU en el tercer trimestre, con un mercado laboral “robusto”, mientras que las economías europeas presentaron “un crecimiento magro” y las expectativas económicas presentan movimientos dispares. ​Por su parte, las expectativas económicas de China en manufacturas aumentan levemente, pero no así las de los servicios.

En cuanto a la región, Brasil creció en el segundo trimestre un 3,4% en términos interanuales, y 0,9% frente al trimestre anterior, impulsado por los sectores de servicios. Sin embargo, la economía argentina “continúa debilitándose”. El primer trimestre del año registró una contracción de 1,4% en términos trimestrales, y para el futuro las proyecciones no son optimistas, esperándose una caída del 3% para 2023 y de 0,8% para 2024. En agosto la moneda argentina sufrió una devaluación considerable, la brecha cambiaria continúa creciendo en agosto ($ 322,1 el oficial y $ 675,9 el blue). Como consecuencia de esto, la inflación mensual se ubicó en 12,4% en agosto, la mayor tasa de los últimos años, y la inflación interanual se ubicó en 124%, y se proyecta en 140% para fin de este año.

En este marco, la economía uruguaya experimentó una contracción interanual de 2,5% y de 1,4% en términos desestacionalizados respecto al primer trimestre. “Esta contracción fue especialmente notable en el sector primario, pero también se manifestó en la mayoría de los sectores económicos, indicando una desaceleración generalizada en la economía”, describe el informe.​

En cuanto a las perspectivas, se sostiene que “los indicadores vinculados a la actividad económica presentan movimientos dispares”. En agosto la venta de combustibles y energía presentaron movimientos en sentidos contrarios. Por un lado, crecen las ventas de nafta (8%) y de gasoil (4%), y también las de energía industrial (15%). Sin embargo, paralelamente cayeron las ventas de energía a comercios y servicios un 1%. Por su parte, las exportaciones continúan cayendo en términos generales y la recaudación se contrajo en agosto (ver página 11). Por último, el mercado laboral se mantiene estable, aunque evidencia un deterioro interanual, mientras que el salario real continúa recuperándose y aumenta 4% en julio en términos interanuales.


Bajan las expectativas de inflación y le dan margen al BCU para volver a bajar la tasa de interés

Las expectativas de inflación volvieron a recortarse en el mes de setiembre, y según la mediana de la encuesta del BCU, el 2023 cerraría con un aumento del IPC de 5%, ubicándose así dentro del rango objetivo (de entre 3% y 6%). Las respuestas de los expertos e instituciones fueron desde un piso de 4,31% a un techo de 6,5%.

El descenso de las expectativas, aunque leve, podría ser considerado por el BCU como un elemento positivo en la evaluación de su política monetaria, lo que le brinda cierto margen para definir un nuevo recorte en la tasa de interés. De hecho, la mayoría de los expertos proyecta un recorte de medio punto porcentual, llevándola al 9,5% desde el 10% definido en agosto. 

No obstante, a futuro se sigue esperando que el nivel de precios en la economía continúe por encima del rango meta. Para el 2024, se espera una inflación de 6,5%, y para el 2025 de 6%, según el sondeo. Aun así, cabe aclarar que las estimaciones de los agentes son amplias, y para el año próximo van de un mínimo de 5,13% a un máximo de 7,6%, mientras que para el 2025 van desde 4,87% a 7,7%.

En su Informe de Inflación, el Cinve  estima que en setiembre la inflación será de 0,9%, manteniendo el dato anualizado sin cambios. Sin embargo, advierte que “se estaría observando un cambio en la tendencia de los últimos meses del IPC”. Aunque seguiría creciendo, la inflación interanual permanecería en el rango meta hasta julio de 2024, cerrando ese año en un nivel próximo a 7%.