En diálogo con CRÓNICAS, la directora en Derechos Humanos del Codicen indicó que, desde la ANEP, se trabaja en el abordaje de la salud mental en el ámbito educativo. De esta manera, Gloria Canclini explicó que se elaboró una guía que contempla los aspectos socioemocionales para orientar a los docentes, así como también brindarle al estudiante “todos los soportes posibles” para “evitar que se caigan en situaciones de angustia o depresión”.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
A fines de marzo, Unicef aseguró que el confinamiento voluntario u obligatorio supone un riesgo para la salud mental y estimó que uno de cada siete niños lo han experimentado durante este año. En el informe, la ONG asegura: «Debemos salir de esta pandemia con un mejor enfoque de la salud mental de los niños y los adolescentes, y eso empieza por prestar al tema la atención que merece».
En este contexto, la profesora Grado 5 de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar), María José Bagnato, subrayó el impacto de la crisis sanitaria en la población joven. Se trata de niños, niñas y adolescentes, que están en una etapa de desarrollo y vieron interrumpida su presencialidad en clases y ámbitos comunes esa oportunidad para poder compartir. “Evidentemente, eso tiene un impacto negativo en el desarrollo, justamente cuando se produce la necesidad de procesos de socialización”, manifestó la experta en diálogo con CRÓNICAS.
Así, Bagnato insistió en la importancia de que este tema se aborde en la vuelta a la presencialidad. “No se puede volver como si nada hubiera pasado”, enfatizó.
Según continuó, ha observado que hay “mucha preocupación” por el retraso académico, pero además debe considerarse “lo que hace al impacto emocional”, que también influye en el desarrollo escolar. Por lo tanto, la salud mental en este nivel es un desafío para los centros educativos de todos los niveles, expresó Bagnato.
Al respecto, CRÓNICAS se comunicó con la directora de Derechos Humanos del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Gloria Canclini. La experta afirmó que ya se ha comenzado a trabajar en esta área; es más, este año, al comenzar las clases, se hizo una guía que contempla los aspectos socioemocionales para orientar a los docentes en la temática.
“Esta pandemia nos puso a todos a abordar todos estos emergentes (…) la salud mental tiene varias dimensiones. Por ejemplo: contemplar los aspectos socioemocionales y cómo abordarlos y cómo acompañar al estudiante”, sostuvo la funcionaria. Otras iniciativas realizadas por la ANEP incluyen una experiencia piloto de acompañamiento a los docentes en una orientación psicoemocional, o generar desde los centros educativos “todos los soportes de protección que pueda brindar el sistema educativo para evitar que se caigan en situaciones de angustia o depresión”, indicó.
Estas cuestiones están incluidas en la guía previamente mencionada, además de ser trabajadas a nivel multidisciplinario, señaló Canclini.
Asimismo, la representante del Codicen hizo hincapié en que se pone un énfasis “muy grande” ya desde la formación docente. De acuerdo con Canclini, “no basta con transmitir contenidos al alumno, tampoco basta con que el maestro o docente de educación media se forme en contenidos; también tiene que tener esa parte de estar atento a las señales, de generar climas de convivencia adecuados”.
En este sentido, la especialista en Derechos Humanos recalcó que no se trata de una tarea fácil y que hay mucho por hacer. Dicho eso, “también consideramos que esta es una dimensión insoslayable”, afirmó.
Modo de trabajo
Consultada al respecto, Bagnato opinó que efectivamente hay abordajes relativos a la salud mental en el ámbito educativo, “lo que no sé es si serán suficientes”.
De esta manera, incitó a que “lo que hace al componente psico-socio-emocional” es un tópico que “hay que empezar a pensar”, ya que “es parte de la reconstrucción del tejido social, que impacta en las vías en desarrollo, y ese desarrollo requiere de lo comunitario”.
Por otro lado, la experta en psicología hizo especial énfasis en que no se debería atender a todos los niños de manera individual.
“Hay que dar un espacio para poder asimilar todo esto y que no quede como un trauma instalado”, instó Bagnato.
Habrá casos que requieran una atención específica, pero esta es una cuestión colectiva, por lo que el abordaje en el ámbito educativo tiene que serlo también, argumentó la experta. Además, instó a no patologizar: “Esto es parte de algo de lo que nos pasó que puede ser traumatizante en algunos aspectos, dependiendo mucho de los contextos, pero creo que hay que incorporarlo a la experiencia que nos toca vivir, y en ese sentido ofrecer herramientas para poder resolver situaciones que en muchos casos puede haber atacado situaciones personales familiares, de enfermedad por covid-19 de fallecimiento en el seno familiar”, expresó.
Por ello, destacó la posibilidad de trabajar esto a nivel colectivo como una fortaleza del sistema educativo. A esto se le suma un aspecto crucial, y es que “no podemos seguir mirando las consecuencias desde un mundo adulto sin dar espacio a los procesos de cada niño”, profundizó Bagnato.
La experta sostuvo, además, que se trata de un proceso en donde “no hay que perder la oportunidad de aprovechar” los espacios presenciales -en la medida que la situación sanitaria lo permita-.
A modo de conclusión, la Grado 5 en Psicología puntualizó que el punto de vista de la salud mental debe ser necesariamente incorporado en la cotidianeidad. “Hay que darle un espacio para la comunicación, para expresar qué nos pasa, para poder asimilar todo esto y que no quede como un trauma instalado, que a su vez afecte los desarrollos y las relaciones interpersonales”, reflexionó Bagnato.