Exante es “optimista” por las oportunidades que el hidrógeno verde traerá para el país

La socia de la firma, Priscilla Pelusso, se refirió a los principales desafíos de la energía del futuro

El hidrógeno verde se ha convertido en un tema central cuando se habla de la segunda transición energética. El actual gobierno ha profundizado una serie de medidas que lo posicionan como una fuerte apuesta, estableciendo la hoja de ruta del hidrógeno verde. En este contexto, el grupo de asesoramiento económico-financiero Exante presentó un informe donde analiza las diferentes vicisitudes que rodean a esta fuente energética. Para profundizar al respecto, CRÓNICAS dialogó con Priscilla Pelusso, socia de la firma.

La ruta del hidrógeno verde fue impulsada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y presenta objetivos con miras a 2040, estableciendo ponderada la potencialidad de los recursos, una producción que podrá acercarse a un millón de toneladas por año, marcando, por su parte, una facturación aproximada de US$ 2.100 millones anuales. Por el momento, en el país se han establecido programas piloto, algunos de los cuales cuentan con el apoyo del Fondo Sectorial de Hidrógeno Verde, respaldado por el MIEM, el LATU y la ANII.

La contadora Pelusso explicó que el hidrógeno como elemento es muy abundante, está en la naturaleza y ya es una fuente energética utilizada hace aproximadamente 20 años. Sin embargo, teniendo en cuenta la particularidad del hidrógeno verde como aquel que es producido a través de fuentes de energía renovables, la entrevistada recordó que este energético ha ido tomando relevancia producto de la preocupación por el cambio climático. En ese contexto, luego del Acuerdo de París del año 2016, como parte de la búsqueda de la reducción de gases de efecto invernadero, el mismo se ha posicionado como una de las piezas que conforman las metas de descarbonización en el mundo.

La socia de Exante agregó que la guerra entre Rusia y Ucrania ayudó también a poner de manifiesto la necesidad de los países europeos de lograr la soberanía energética. Durante el conflicto, la industria pesada y el transporte se vieron económicamente afectados, por lo cual se fortaleció la imagen del hidrógeno verde como una alternativa. La guerra, en ese sentido, se ha convertido en la explicación de por qué muchos de los proyectos que hay en el mundo se están desarrollando de forma concentrada en Europa.

La contadora apuntó que, según el medio británico The Economist, en todo el mundo hay 1.000 proyectos. Sin embargo, la particularidad que esconde esta cifra está en que alrededor de un tercio de ellos se anunciaron durante 2022. En este mismo año se habla de una inversión global de US$ 8.000 millones, y en esa línea se proyecta una inversión de US$ 320.000 millones de aquí al 2030.


Uruguay y la apuesta del hidrógeno verde

Partiendo del análisis realizado por su grupo, Pelusso señaló que el país está en un excelente momento para encarar la segunda ola de transición energética dado que, a su entender, “consolidó con mucho éxito la primera ola de inversiones de energías renovables”. Recordó además que para la consolidación de la energía eólica y fotovoltaica fue clave la inversión de los privados, y en esa línea también lo será con el hidrógeno verde en esta nueva etapa.

El panorama es alentador puesto que el país cuenta con los recursos naturales y la infraestructura para la producción de energías renovables. Sin embargo, la analista agregó como fundamental el hecho de que Uruguay tiene una importante estabilidad económica, social y jurídica, lo que permite contar a nivel internacional con un relevante respaldo para atraer inversiones con un porte significativo.


Los grandes desafíos

Pelusso comentó que aparecen algunas interrogantes que son propias del hidrógeno a nivel mundial y otras que se vinculan más bien al contexto específico del Uruguay. En relación a las primeras, aparece la incertidumbre de qué puede pasar con la evolución de la tecnología en los próximos años y, junto con esto, cómo pueden ir variando los costos de producción. Hoy el factor costos encuentra un respaldo en los subsidios, herramienta que se está utilizando en muchos de los programas piloto que se desarrollan a lo largo del mundo.

Según la especialista, algunos señalan que cuando estos desaparezcan, los costos serán muy elevados, por ende, no se sabe si teniendo en cuenta los precios será rentable desarrollar esas inversiones.

En cuanto a los desafíos locales, aparecen los vinculados al transporte y al almacenamiento. La socia de Exante subrayó que, si el país quiere posicionarse como explorador, necesita desarrollar toda la cadena de abastecimiento y distribución. Apuntó a que es necesario que esté aceitado fundamentalmente el transporte fluvial para que el producto pueda ser enviado a los mercados que lo van a consumir, fundamentalmente el europeo. Concluyó que es necesaria una política de Estado a nivel micro para que se apliquen las inversiones necesarias relativas a cada uno de los objetivos.

Por último, puntualizó que por el momento y en comparación con el resto del mundo, Uruguay se encuentra en una buena posición. De hecho, remarcó que desde Exante son “muy optimistas sobre las oportunidades en las que va a derivar el hidrógeno verde para nuestro país”.