Fabricantes de pinturas y afines piden mayor apertura comercial y más controles a la mercadería importada

Es necesario un apoyo más equilibrado de toda la cadena empresarial, según representante del sector

Luego de sobrellevar la pandemia con cierto alivio, el sector de pinturas e industrias afines pone las expectativas en el año que comienza. El rubro emplea a 600 personas, aproximadamente, en forma directa. 

Un sector de los menos afectados por la pandemia fue el de las ferreterías y todas sus ramas afines, ya que al estar más tiempo en casa -o directamente todo el tiempo-, la gente tendió a dedicar más tiempo y recursos a reparar sus hogares.

Como consecuencia, en algunas partes, hasta se vio favorecido el rubro con las abundantes compras pequeñas pero continuas de particulares.

En diálogo con CRÓNICAS, Carlos Barreira, presidente de la Asociación de Fabricantes de Pinturas e Industrias Afines (Afpia), recordó que la vinculación directa del sector con el rubro de la construcción resulta un factor muy positivo para su desarrollo.

Actualmente, en Uruguay el sector está compuesto por 21 fábricas de distintos tamaños y más de 20 importadores directos, lo que totaliza más de 50 marcas en el mercado.

“Es un sector dinámico y de un volumen de más de 15 millones de litros anuales, donde compiten y conviven desde las principales multinacionales hasta pequeñas empresas. Lamentablemente, hay un porcentaje de informalidad que persiste en el tiempo”, reflexionó Barreira.

En cuanto al empleo, unas 60 personas están vinculadas de forma directa con este segmento industrial.

Piedras en el camino

El ejecutivo se refirió a los principales obstáculos del sector como “los mismos que deben afrontar la mayoría de las industrias de nuestro país”, refiriéndose a las relaciones laborales con los trabajadores que, muchas veces, impiden la contratación de más personal.

A su vez, dijo que las empresas están sujetas a un marco normativo muy regulatorio e inflexible, así como a exigencias y criterios de controles ante una misma norma sin importar el tamaño de la fábrica.

También se refirió como limitantes en su desempeño a los monopolios y a los problemas con los sindicatos.

En el caso de los monopolios, se vinculan directa -y únicamente- con Alur, para abastecerse de aguarrás.

Respecto a los temas sindicales, el principal punto de ruptura pasa por aspectos salariales. “El mercado es muy heterogéneo en cuanto a sus componentes empresariales, pero los salarios pretenden estar igualados, ya sea una multinacional o una fábrica pequeña”, explicó el entrevistado.


Lo justo y necesario

El empresario expresó que los reclamos que le hacen desde la gremial al Gobierno vienen prolongándose en el tiempo. Entre estos se encuentra el pedido de mayor apertura comercial y más controles a la mercadería importada, y que estos se igualen a los que se aplican a la fabricación local.

También piden “aggiornar el marco normativo en el que se desarrollan las relaciones laborales”, porque terminan desembocando en los problemas anteriormente mencionados. Además, creen que es necesario dar más valor a quienes invierten y emprenden, con la eliminación de los aportes patronales.

En suma, creen que más allá de los beneficios para atraer a grandes inversiones, es también importante alentar de cerca el desarrollo de las pymes, lo que podría surgir de un apoyo “más equilibrado” de toda la cadena empresarial.

“El que está empezando no tiene mayores recursos, pero se apuesta a que los tenga y genere empleo. La multinacional ya tiene los recursos y se la estimula para que derrame en nuestro mercado, generando empleo. Quienes están en el medio ya generaron empleo y luchan por mantenerlo, en tanto sus recursos, por las dificultades de competitividad, agravado todo por la pandemia, menguan. Estos también merecen ser parte de la ecuación a través de la cual se pretende la generación y sostenibilidad del empleo para los uruguayos”, concluyó Barreira.