Oddone destacó la importancia de “repensar la matriz de protección social” para ser un país desarrollado

Ciclo de charlas “Entendiendo un país”

El pasado miércoles, en las instalaciones del auditorio del World Trade Center, se desarrolló el ciclo de charlas “Entendiendo un país”, organizado por la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu). En la segunda conferencia del día, que se tituló “Cómo Uruguay podría ser un país desarrollado”, participaron el exministro de Economía y abogado Ignacio de Posadas, y el economista Gabriel Oddone.

El espacio de diálogo comenzó con la oratoria de Oddone, quien se ocupó de tratar de definir aquellas cosas que convierten a un país en desarrollado. En primer término, mencionó el acceso al confort material de sus habitantes. Luego, hizo referencia a la cohesión social, concepto que asoció a la igualdad. Y al final, presentó como último elemento a la sostenibilidad ambiental, al respecto de la que explicó que se trata de una característica que se ha incorporado en los últimos años como necesidad.

El economista, en el análisis conjunto de estos tres factores, aclaró que de la mano de un crecimiento en el acceso al confort en los últimos 40 o 50 años, se ha ido generando un deterioro en el elemento recientemente incorporado, la sostenibilidad ambiental. 

Pasando al caso uruguayo, el especialista explicó que el mismo se encuentra en la franja baja de los países de renta alta, y en la franja superior de los países con renta media. 

A continuación, caracterizó al desempeño en los últimos 40 años como “relativamente positivo”, señalando, por ejemplo, que se logró duplicar su PIB per cápita en ese lapso de tiempo.

Las cosas que faltan

En definitiva, Oddone subrayó que las condiciones en las que Uruguay se encuentra lo ubican como una economía con potencialidad para convertirse en un país más desarrollado. Sin embargo, explicó que a pesar de ese escenario favorable, restan aún una serie de aspectos pendientes a trabajar.

Entre otras cosas, el expositor se detuvo en el hecho de que el país debe crecer más rápido, ya que si lo hace al 2% como lo ha hecho en promedio, esto terminará siendo insuficiente para sostener el modelo de convivencia que hoy tiene la sociedad. Comentó que la cohesión social como tal demanda muchos recursos y limita ciertas bondades que poseen las economías de mercado. 

El otro punto que consideró como necesario es tener en cuenta un núcleo de pobreza que representa el 9% de una población mayormente integrada por niños y adolescentes. Este, desde la perspectiva del economista, es un gran problema que hasta el momento se está dejando pasar. 

Realidad, igualdad y democracia

De Posadas, para comenzar con su análisis, pidió escapar de las comparaciones regionales, para más que nada hacer foco en comparaciones con el pasado y el potencial del país. En cuanto a la comparación con el pasado, el abogado señaló que se han perdido algunas cosas como consecuencia de que el mundo se ha movido más rápido, y el país, en un problema que caracterizó como endógeno, se ha cerrado.

Explicó este mal como un “sustrato de falta de realidad” que ataca a la cultura y a la política uruguaya, y que se expresa en opiniones como las que, por ejemplo, se oponen a la reforma educativa por el hecho de formar a los jóvenes para el mundo del trabajo.

Agregó que el país se ha incorporado a un fenómeno mundial donde la igualdad se ubica muy arriba en la escala de valores, lo cual en este caso particular, va unido a un exceso de estatismo. Paralelamente, detalló a la discusión a nivel nacional sobre el Estado como “muy impregnada de ideología” y “susceptible a lugares comunes”. Contrario a eso, destacó que hay una realidad que marca que hace mucho tiempo el Estado ha entrado en una etapa de rendimientos decrecientes.

Para el exministro, esta dinámica lleva indudablemente a una insatisfacción frente a la democracia, la cual tiene que ver con que la gente no distingue Estado de democracia. Los Estados ineficientes generan rechazo contra la democracia, lo cual termina en el presente con un proceso de erosión y parálisis, donde se ha generado una lejanía de parte del ciudadano.
Oddone se sumó a la reflexión y agregó que las tecnologías han permitido una fragmentación de las demandas, lo que lleva a darles lugar a las más pequeñas. Por parte de esas demandas individuales o de grupos pequeños se generan, según el economista, amenazas sobre los sistemas democráticos, lo cual significa un agregado a la falta de liderazgos globales. 


“Repensar la matriz de protección social”

Volviendo sobre uno de los deberes planteados en el comienzo de la exposición, Oddone apuntó a que para poder reincorporar a ese núcleo duro que se encuentra por fuera del sistema, se debe “repensar la matriz de protección social”. El economista apuntó que el país se encuentra lleno de ejemplos donde el gasto público se destina a subsidios, transferencias o garantías que se dedican a una población que no las necesita. Terminando el razonamiento, comentó que el redireccionamiento de esos fondos supone revisar el sistema educativo, la salud y los mecanismos de transferencias en las áreas periféricas donde hay una mayor vulnerabilidad.