Al respecto, detalló que para algunos este esfuerzo excesivo puede conllevar un fortalecimiento de la salud mental, mientras que para otros “toca zonas débiles o frágiles que suelen traer las consecuencias de estrés agudo o crónico”.Variables y puntos positivosPor su parte, la profesora Grado 5 de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (UdelaR), María José Bagnato, se refirió, en conversación con CRÓNICAS, a la importancia de la salud mental, y cómo toma distintos focos según las poblaciones.“Hay una mayor oferta o preocupación (sobre el tema), pero creo que esto no puede dejarse de analizar diferenciando los contextos sociales”, reflexionó, y agregó que “es importante pensar” que la sociedad uruguaya es muy diversa, por lo que “hay repercusiones en distintos contextos”. Por esta línea, instó a que, al momento de realizar estudios sobre el caso, no deben de ser totalizantes de la población uruguaya, sino más bien dirigidos a distintos sectores.“Una cosa es Montevideo y otra el Interior; una cosa son las áreas urbanas y otra las áreas rurales; un aspecto son los distintos sectores sociales y otro son las edades de las personas. El desafío mayor para quienes investigamos cuando hablamos de los impactos en la salud mental tiene que ser el poder diferenciar y clarificar en qué sector de la población nos estamos refiriendo”, apuntó la académica.En tanto, Bagnato reconoció dos principales factores que ayudan a prever un panorama positivo para la salud mental de cara al año que empieza.En primer lugar, el desarrollo que se dio desde la facultad en la que trabaja para generar una experiencia de teleasistencia que puede dar un sostén y posibilidades de una oferta que hasta ahora no existía, según explicó. De esta manera, “se democratiza un poco el acceso a la psicología en áreas de salud mental, y creo que es un desafío poder sostenerla de esa manera, y en ese sentido es positivo”, señaló.El segundo punto a favor es el cambiar los paradigmas y atender la salud mental, la cual, hasta ahora, había estado relegada al contexto de los trastornos mentales, consideró la docente. La pandemia, entonces, permitió ver “que la salud mental es parte de la salud, y que no es indisociable una de la otra”.En materia de salud mental, a las personas mayores, adolescentes y personal de la salud “se les está ejerciendo un sobreesfuerzo”, según Bernardi.