Se esperan unas dos semanas más de ascenso de casos de covid, para luego entrar en una meseta

MSP actualizó políticas de testeo

El pasado martes se anunciaron los nuevos parámetros para el testeo por covid, donde se intenta dejar de lado la sobrecarga y masividad con la que venía trabajando la primera línea de atención. Respecto a la cantidad de casos, teniendo en cuenta la realidad de otros países, según un especialista entrevistado por CRÓNICAS, en Uruguay podríamos estar próximos a la meseta, aunque no se sabe exactamente cuánto pueda durar la misma.

Hace poco más de dos semanas comenzó a crecer exponencialmente el reporte diario de casos detectados de covid, y por ende, la cantidad de testeos.

Según autoridades del Ministerio de Salud Pública (MSP) y de Presidencia, la situación se debe a la circulación de la variante Ómicron en nuestro país.

Los datos de los últimos días generaron conmoción en la población, principalmente al ver la alta tasa de positividad. Sin embargo, si nos remitimos a los picos de mayo y junio de 2021, la cantidad de enfermos graves y fallecidos apenas alcanza la quinta parte de los porcentajes entonces registrados.

En este sentido, expertos nacionales e internacionales insisten que esto se relaciona directamente con la vacunación.

En diálogo con CRÓNICAS, Julio Pontet, presidente del Sindicato Uruguayo de Medicina Intensiva (SUMI), catalogó la situación actual como “comprometedora” sobre la primera línea de atención.

Según el especialista, existe “una sobredemanda inducida por el sistema”, refiriéndose a la gran cantidad de solicitudes de testeos que están recibiendo. “Cuando querés hacerte un test porque fuiste contacto, se requieren líneas telefónicas, personal para un call-center, un médico, una prescripción, recomendaciones, etc. Eso genera una sobrecarga tanto clínica como administrativa, y tenemos que empezar a cuestionarnos si está justificado”, reflexionó Pontet.

En medio de este escenario, el pasado martes, en conferencia, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y autoridades del MSP anunciaron los nuevos parámetros para el testeo de covid, que intenta dejar de lado la sobrecarga y masividad con la que venía trabajando la primera línea de atención. 

En este sentido, y en sintonía con las manifestaciones de Pontet, se anunció que se harán testeos únicamente a quienes presenten síntomas, aunque se haya mantenido un contacto estrecho confirmado. Además, las cuarentenas continuarán dentro de los parámetros que fueron actualizados en los primeros días de diciembre.

Vacunación

Basado en estadísticas -y su experiencia de primer término-, el entrevistado confirmó que a pesar de que los síntomas han ido diferenciándose con cada variante, los casos que derivan en medicina intensiva siguen siendo los mismos.

“Ómicron no genera anosmia ni trastornos del gusto, pero en CTI eso es irrelevante. Los síntomas graves son insuficiencia respiratoria o bajo nivel de oxígeno en sangre por inflamación pulmonar. Y eso es un común denominador de cualquier variante”, argumentó el especialista.

En cambio, el aumento de casos asintomáticos o con síntomas leves se relaciona con la inmunización por vacunas. Tanto para el portador como para quien recibe el virus, hay reportes que muestran menos posibilidad de llegar a síntomas graves.

“Se está viendo que el vacunado tiende a necesitar menos soporte respiratorio en CTI y crece el porcentaje de personas que están por otros motivos, aunque cursan un covid leve”, señaló Pontet.


En la cresta

En otros países donde la nueva variante se propagó antes, como Dinamarca, Irlanda o Islandia -países pequeños, con buen nivel de vacunación-, el ascenso de casos duró entre tres y media o cuatro semanas, y ya se ven mesetas.

Teniendo este ejemplo, Pontet cree que podríamos estar próximos a la “meseta”, aunque no se sabe exactamente cuánto pueda durar esta.

“Las olas parecen ser bastante simétricas; así como suben rápido, se podría suponer que bajan de la misma forma. Hipotéticamente, podríamos tener dos semanas más en ascenso de casos”, estimó.

En otra perspectiva, los países antes mencionados han registrado ingresos a terapia intensiva por Ómicron equivalentes al 20-25% respecto a olas anteriores.

“La diferencia es que en marzo no había nadie vacunado, cuando nos atacó la P1. Ahora tenemos un escudo, que no es perfecto, pero ha cambiado claramente los números en cuanto a formas graves de la enfermedad”, concluyó el especialista.