Uruguay debería desarrollar una política pública “muy fuerte” en educación sobre DDHH

Terrorismo > debe ser enfrentado en base a la legislación

Foto gentileza de Fundación Konrad Adenauer

La representante del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Soledad García, señaló que nuestro país debe educar a la población en materia de derechos humanos para ratificar los tratados internacionales. Por otra parte, Álvaro Garcé apuntó a que estos derechos están sufriendo una “crisis de afirmación” que contrasta con los avances jurisprudenciales y que los Estados continúan siendo sus principales violadores.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

La fecha del 9 de noviembre parece posicionarse en el mundo trascendiendo pasado, presente y futuro. Por un lado, un 9 de noviembre de 1938 tuvo lugar en Alemania la denominada Noche de los Cristales Rotos, donde ocurrieron una serie de linchamientos y ataques hacia ciudadanos judíos.

Más cercano en el tiempo, el 9 de noviembre de 1989 sucedió un hecho que simbolizó el derrumbe de un mundo y el reencuentro de un pueblo: la caída del Muro de Berlín. Ya en el presente, aunque la elección fue el martes 8, el resultado que consagró  a Donald Trump como presidente de los Estados Unidos se conoció el miércoles 9. Una de sus principales promesas fue la deportación de tres millones de inmigrantes y la construcción de un muro que separará su territorio con el de México.

En base a este contexto internacional, el Palacio Legislativo fue sede de una conferencia denominada “Los Derechos Humanos después de la caída del Muro de Berlín”, organizada por la fundación Konrad Adenauer y el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal).

El evento contó con la presencia de Soledad García Muñoz, representante en Sudamérica del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y Álvaro Garcé, excomisionado parlamentario para el sistema carcelario y asesor en seguridad de Luis Lacalle Pou.

En diálogo con CRÓNICAS, García señaló que es “importantísimo” que Uruguay desarrolle una política pública “muy fuerte” en educación en derechos humanos para ratificar los tratados internacionales firmados vinculados a esta materia.

Según explicó García, el IIDH dirige sus esfuerzos para formar a los países acerca de los derechos humanos. En esta línea, son conscientes de las dificultades que posee tanto nuestro país como otros de la región y que son “especialmente urgentes”, como lo son la violencia contra las mujeres, la situación de las prisiones y la educación en derechos humanos.

“Son muchísimas las necesidades que hay en materia de derechos humanos en Uruguay y en la región, y lo que puede ayudar más a que se prevengan violaciones de derechos humanos y se mejoren los niveles de cumplimiento de los Estados, es precisamente la educación”, reflexionó al respecto.

Asimismo, añadió que los Estados “amigos de los derechos humanos” deben demostrar su compromiso, y que países como Uruguay “que tienen mucho que decir en el contexto regional” se deben animar a levantar su voz “alta y clara” para defender los avances que ha habido hasta el momento.

Redistribución del poder

La sorpresa que generó el resultado de las elecciones en Estados Unidos se suma al rechazo colombiano en su reciente referéndum por la paz con las FARC y a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea a través del Brexit. Estos sucesos, para García, demuestran que la humanidad está transitando hacia una redistribución del poder menos acorde a lo que la doctrina de los derechos humanos aconseja. “Todo lo que está pasando en la historia son posibles retrocesos frente a grandes avances”, describió. A la vez, hizo énfasis en que quienes tienen el poder “no les gusta” que el mismo se redistribuya.

Para la representante de IIDH el mundo actual no está dividido en dos bloques -como sí lo estaba antes de la caída del Muro de Berlín– sino en varios. Estos son integrados por actores estatales cuya igualdad “es tan soberana como relativa”,  figuras no estatales como empresas multinacionales,  que tienen un fuerte impacto en las poblaciones donde se desarrolla su trabajo; y actores que sí tienen como meta la violación a los derechos humanos, como lo son organizaciones del crimen organizado y la trata de personas, según describió.

Movilidad

García aseguró que uno de los grandes desafíos de los derechos humanos es la movilidad de la humanidad. En este sentido, argumentó que un millón de personas a la semana viajan de un hemisferio a otro, 850 millones de individuos cruzan anualmente fronteras internacionales y más de dos millones de seres humanos son inmigrantes.

Respecto a la victoria de Trump y a la construcción del muro entre Estados Unidos y México, dijo que para ninguno de los dos países sería bueno que se concretara y que de hacerlo, significaría un gran retroceso, no sólo para esas naciones, sino para el mundo. Al mismo tiempo, apuntó que sólo en Estados Unidos viven poco más de 33 millones de mexicanos.

La crisis de los derechos humanos

Por su parte, Garcé señaló que el mundo está asistiendo a una crisis de derechos humanos que no es necesariamente terminal, sino que es la antesala a la afirmación.  “Si vamos 27 años para atrás y vemos la situación entre la realidad y las normas, la distancia que había probablemente fuera menor a la distancia que hoy hay entre el deber ser y el ser. Hoy la distancia entre lo que ocurre en el mundo y lo que nos dicen las normas que deberían ser los hechos, es mayor que en 1989”, observó.

Garcé señaló que el gran desafío en esta crisis de afirmación es enfrentar al terrorismo en el marco de la ley y de la vigencia de los derechos humanos. “No nos sirve de nada un terrorismo que sea contestatario o pendular a la acción de los terroristas. El desafío es ser efectivo en la lucha contra el terrorismo sin parapoliciales, sin tortura, sin dictadura y sin terrorismo de Estado”, declaró.

Igualmente, hizo referencia al “claro progreso” en lo concerniente a legislación en derechos humanos y que contraste con los niveles de agresión a los mismos. “Por un lado, crecen los derechos humanos y mejoramos normativas jurisprudencialmente, pero, por otro, las agresiones son cada vez más terribles”, reflexionó.

Respecto a los agresores, señaló tres grupos. En un primer lugar, ubicó a los Estados, quienes “continúan siendo fuertemente agresores de los derechos humanos”. En un segundo escalón, colocó los ataques entre los propios ciudadanos. ”La cantidad de homicidios en el mundo está en el orden de los 500.000 por año. Eso es un holocausto por año entero. Además, un tercio de ellos ocurren en América Latina”, confirmó. Por último se refirió a los grupos terroristas, los cuales “están teniendo un poder de agresión cada vez mayor”, calificó.