Globalización, logística y puertos

Por Juan José Olaizola (*)

 @juanjoolaizola

Es frecuente escuchar hablar del proceso de globalización, pero pocas veces se encuentran referencias específicas a su impacto sobre el sector transporte, y en particular sobre los puertos. Nuestro país, si aspira a un futuro de desarrollo y prosperidad, debe reflexionar acerca de este fenómeno y los impactos que produce.

No es ajeno a nadie que hay cambios en el comercio y en la integración internacional, que introducen una nueva racionalidad que nos desafía y presiona. Estamos insertos en una escala global que impone un nuevo orden espacial,  vinculado a una concepción de espacio global logístico.

Este espacio global, genera un espacio social y político constituido por un conjunto de conexiones, comunicaciones, redes y circuitos, de alta complejidad de comprensión,  diseño,  implantación,  manejo y  operación. Los territorios juegan un rol más o menos importante, según su valor económico y estratégico. El valor económico y estratégico de un territorio, deriva de la velocidad en pasar a la nueva forma de producción, de comercio y de logística que el mundo global demanda.

Cabe entonces preguntarnos ¿todos los territorios presentan los atributos requeridos por las nuevas formas de producir, de comerciar y de conexión origen-destino que la globalización demanda? ¿Uruguay está preparado para insertarse en  esta nueva realidad?

La intensa velocidad y articulación armónica que la economía y la vida de los países demandan en un mundo globalizado, requieren sin duda un “funcionamiento territorial inteligente”.

La logística da la respuesta a esa demanda de velocidad y de articulación armónica de los suministros, de la producción, del comercio, del transporte y de la distribución, ya que integra al conjunto de las actividades que tienen por objeto la colocación al menor costo, de una cantidad de producto en el lugar y en el tiempo donde una demanda existe.

Se necesita contar con una dotación óptima de sistemas de transportes e infraestructuras ajustadas a la intensa velocidad y articulación armónica inherentes a ese nuevo “funcionamiento territorial inteligente”. Debemos visualizar que estamos ante una fase que supera y subordina a la estrategia tradicional, ya que la logística es selectiva y genera una geopolítica territorial de inclusión – exclusión, y esto desafía y presiona a los países y también a las regiones para que se adecuen al nuevo funcionamiento.

Pero esta adecuación es compleja, ya que las organizaciones gubernamentales y los sectores públicos, nacionales o regionales, con estructuras pesadas y rígidas, y los sectores sociales carentes de medios económicos y de información, encuentran dificultades para operar la logística.

Es el sector empresarial el que lleva la delantera en la adecuación necesaria al nuevo funcionamiento, aunque aún resta mucho por hacer. Una logística eficiente les reduce los costos de transporte y de distribución, y maximiza el aporte de la infraestructura de transporte, mejorando la productividad y competitividad.

En este marco general descrito, podemos decir que no habrá desarrollo económico y social sin condiciones de eficiencia, de conectividad y de competitividad. La intersección de la logística, el transporte y la infraestructura son claves en la viabilidad del desarrollo económico y social del país.

A nivel de puertos, el mundo se encamina hacia la consolidación de una nueva jerarquía portuaria. Vamos hacia  una reconfiguración de las redes y una menor cantidad de “puertos atractivos” debido al creciente tamaño de las naves y la consolidación (fusiones y alianzas) en la industria marítima (operadores, terminales, navieras). El diseño de las rutas comerciales que pasan por los puertos estará expuesto a los cambios de los grandes acuerdos globales y de las exigencias logísticas. Adviene una nueva jerarquía portuaria en la que, posiblemente, algunos puertos principales de la actualidad pasen a ser secundarios, servidos desde puertos “hubs”, y ya no con servicios directos.

Esta nueva jerarquía portuaria deber ser atendida con detenimiento por la comunidad portuaria nacional, para replantear nuestro sistema portuario y su inserción en el sistema regional y mundial, de manera que nuestros principales puertos logren alejar el riesgo de pasar a ser secundarios, o ser impactados en forma negativa.

La globalización impulsa la especialización portuaria y una competencia tridimensional: dentro de cada puerto, entre puertos y del modo marítimo respecto a otros modos de transporte. A su vez, se afianza la competencia entre cadenas logísticas. En la nueva realidad, la actividad portuaria estará cada vez más presionada para responder al dinamismo y exigencias del resto de los actores de la cadena de suministro. Será un eslabón que deberá funcionar de manera eficiente al igual que el resto de los sistemas que conforman la cadena de suministro. El perfeccionamiento de la integración logística en el territorio es y será una exigencia creciente. Como  país debemos tener en cuenta estos aspectos, si aspiramos que nuestros puertos sigan jugando un rol en las cadenas logísticas regionales y globales. Su desempeño se evalúa dentro del  desempeño global de los corredores logísticos, sus clientes han pasado a ser de la cadena logística, y  el desempeño logístico no es ajeno a los puertos, y pasa a ser considerado una tarea propia del “puerto extendido” o “comunidad portuaria logística”

Debemos comprender que la cadena logística demanda menor costo logístico integrado, fiabilidad y previsibilidad, bajos tiempos de tránsito y control (documental y físico) en tiempo real. De nada servirá un puerto eficiente si el transporte terrestre tiene un elevado costo y es lento. Una cadena logística es eficiente si todos sus componentes lo son.

La Ley de Puertos de 1992 abrió un camino de desarrollo, dotando a nuestros puertos de herramientas modernas, favoreciendo la inversión privada y haciéndolos atractivos a escala regional y mundial. Hoy debemos profundizar ese camino, ajustando la infraestructura y los equipos portuarios a las nuevas exigencias de la tecnología y eficiencia de los buques, desarrollando sistemas y proyectos que faciliten la interacción y coordinación de los distintos actores de las cadenas logísticas.

(*) Diputado del Partido Nacional – Lista 404. Integrante de la Comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas de Diputados. Presidente de la Comisión Departamental del PN Montevideo.