Juan Opertti: “Las zonas francas de Uruguay tienen ADN propio de transparencia”

EDICIÓN EMPRESAS & NEGOCIOS Nº 100

Juan Opertti, gerente de Logistica de Katoen Natie y director de la Cámara de Zonas Francas de Uruguay (Czfuy).


Las zonas francas son la nueva generación de tratados de libre comercio de Uruguay con el mundo e impulsan al país a integrarse a nuevas cadenas de valor made in the world, apuntan desde la cámara.

¿Cómo imagina que será el rol de las zonas francas en Uruguay en el mediano y largo plazo?

Las zonas francas, constantemente, están sometidas a un proceso de transformación por su posicionamiento como nodos elegibles y activos estratégicos para las empresas internacionales, para la radicación de la centralización de sus procesos claves o centrales. Ya no se miran como un centro de “exoneraciones fiscales”, sino como “centros de excelencia”.

En los próximos años, a su vez, las zonas francas están llamadas a liderar nuevas modalidades de negocios y “generación de prosperidad”, integrándose a cadenas globales de valor como lo establece la World Free Zone Organization (WFZO).

Uruguay cuenta con un portfolio de zonas francas diversificadas  en las cuales se encuentran localizadas empresas internacionales con centro de operaciones internacionales en logística, servicios globales de exportación y manufactura con foco en celulosa y ciencias de la vida, que integran a Uruguay al mundo. Se puede decir que son la nueva generación de tratados de libre comercio (TLC) de Uruguay con el mundo. Hitos como UPM 2, por ejemplo, reactivara la multimodalidad ferroviaria y convertirá a Uruguay en el quinto productor de pasta de celulosa del mundo, respaldado por un marco legal sustentable (Ley Nº 15.921 y Ley Nº 19.566). Dicho modo ferroviario irradiará competitividad logística hacia otras cadenas agroindustriales exportadoras, como ser la carne, soja y arroz en territorio no franco.

Las zonas francas de Uruguay tienen ADN propio de transparencia y en algún punto no están siendo sometidos a regulaciones excesivas que pueden desestimular o enlentecer procesos de inversión. Estos puntos y sus usuarios son hoy empresas con amplios controles y estándares de transparencia aplicados por los desarrolladores y usuarios que operan en las mismas, así como por políticas de know your customer -conozca a su cliente- que se somete a cada empresa por parte de las zonas francas, previa a ser enviada la aprobación de un contrato de usuario y plan de negocios al AZF del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

¿Qué tareas fundamentales debería impulsar el próximo gobierno de forma prioritaria pensando en el desarrollo del sector?

En una política internacional de Uruguay tendiente al regionalismo abierto y búsqueda de nuevos TLC, incluir en dichos tratados a las zonas francas es absolutamente clave para integrarse a los proyectos made in the world.

En esta línea, se debe jerarquizar y promoverlas, ya que la inversión extranjera directa de alta gama en términos cuantitativos, así como integradora de nuevas tecnologías, tiende en el mundo a arribar a las mismas, ya no por ventajas fiscales, sino por las tecnologías disruptivas, fenómenos como el Blockchain, y compatibilización con los estándares de la Organización Mundial del Comercio en el acuerdo de facilitación de comercio y certificaciones de sostenibilidad presentes en las zonas francas 4.0.

Estas, a su vez, permiten ser nodos claves en la optimización e integración a cadenas globales de valor a través de cadenas logísticas agiles, para que, desde las mismas, países como Uruguay, se sumen a los denominados proyectos de encadenamiento productivo denominado made in the world.

¿Cuáles son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?

Uruguay debe trabajar en la educación, alineada a su matriz y propuesta de valor, así como en la reconversión de la matriz de empleos existentes hacia la nueva generación de empleos. Sobre todo, dotar a nuestra gente y jóvenes de una formación muy flexible y adaptable a las nuevas tecnologías, levantando rigidices y creando formas de pensar que generan no solo empleos para el futuro, sino capacidades de “empleabilidad”.

La integración de centros de capacitación, municipios, comunidades, sindicatos y empresas es esencial en estos procesos irreversibles de reformulación laboral. Tengamos en cuenta, por ejemplo, lo que estamos enseñando a nuestros estudiantes de ingeniería en su primer año; el 70% de los empleos en los cuales desarrollaran su vida laboral aún no han sido creados, por cual se debe enseñar saberes y capacidades de adaptación a nuevas realidades globales. Ingeniería y logística serán de los sectores con mayor demanda laboral.

Como reflexión final, no perdamos de vista que, de acuerdo al reciente congreso en mayo en Dubái de la WFZO, el 15% del comercio mundial se realiza a través de impresión 3D, y se estima que el 40% del comercio mundial sería gestionado al 2040 por impresión 3D, reconfigurando las matrices de flujo de comercio, logística y servicios, en las cuales las zonas francas serán actores claves y Uruguay podrá posicionarse como un “Hub 3D”.