Mizrahi: “En esta elección va a pesar el voto “anti” mucho más que en otras ocasiones”

EDICIÓN ESPECIAL 2018

Alain Mizrahi, director de Grupo Radar


En un escenario donde hay disconformidad por el sistema político y los precandidatos están alejados de los reclamos de la gente, será muy relevante el comportamiento de los votantes de los partidos menores.

¿Qué escenario político vislumbra de cara a un año electoral? ¿Qué considera tendrá más peso: el voto “anti” o el “programático”?

Percibo disconformidad por el sistema político en general, y que se quiere meter a todos los políticos en la misma bolsa. Lo que veo es que muchos precandidatos están muy alejados de lo que la gente está reclamando. Cuando la gente ve que los candidatos de un mismo partido están más preocupados por ganar la interna que por proponer soluciones, eso alimenta su enojo. Creo que la campaña va a ser bastante “sangrienta” porque están apareciendo noticias falsas –no digo que sean difundidas por los propios candidatos, pero es algo que se está dando-.

Del lado de los políticos, todavía hay muchas incógnitas. Por ejemplo, no está definida 100% la candidatura de Sanguinetti, por más de que todo indica que va a ser candidato. ¿Qué va a pasar con Juan Sartori? ¿Cómo va a incidir en la campaña? Todavía es algo que desconocemos. ¿Qué va a pasar con el Partido de la Gente? ¿Le va sacar votos al Frente Amplio (FA) o a la oposición? ¿Qué va a pasar ahora que el MPP dio su apoyo a Carolina Cosse? ¿Los exvotantes del MPP del 2014 van a hacer lo que dice su sector, o se van a seguir distribuyendo entre los distintos candidatos del partido? ¿Qué va a pasar con el grupo de los intendentes? En fin, son muchas incógnitas y un escenario bastante más complejo por la cantidad de piezas que tiene el puzzle, que no teníamos en el 2014. Es un escenario competitivo diferente.

Por otro lado, está el votante que no quiere que gane el FA, pero no se siente identificado con los blancos y colorados, ni con nadie. Se percibió cuando apareció Sanguinetti en escena, que se llevó a una parte de esos votantes. Entre las incógnitas está la del Partido Independiente (PI) y esta nueva alianza con el grupo de Valenti, el de Fernando Amado y el de Franzini Batlle. ¿Van a lograr captar más gente? ¿Pueden llegar a captar a los que no quieren votar al Frente pero tampoco a los partidos tradicionales? Ahí pueden llegar a pescar bastante. Yo creo que va a pesar el voto “anti” mucho más que en otras ocasiones, y que hay menos gente que vota habiendo analizado las propuestas específicas. El voto programático pesa en cierto segmento de población, muchísimo más informado y politizado, que ya tiene definido su voto.

¿Qué evaluación hace del espectro político uruguayo a medida que avanza la campaña? ¿Qué candidatos están interpretando mejor el “idioma electoral” y las demandas de la gente?

Veo bastante ausencia de propuestas concretas. La gente se está quejando de que no escucha propuestas que respondan a sus necesidades, salvo casos puntuales, como la iniciativa de Larrañaga de la reforma constitucional, que interpreta lo que pide la gente: seguridad. El segundo mayor problema del Uruguay es la educación. ¿Dónde están las propuestas sobre educación, que la ciudadanía no las percibe? Si uno lee el programa de un precandidato probablemente encuentre algunas propuestas, pero lo que se piensa es que no las hay.

Después, la gente está preocupada por el sistema de salud y no está escuchando propuestas. También aparece la corrupción como inquietud. ¿Hay ideas concretas contra eso? No. Los votantes de la oposición acusan al gobierno de corrupción, los votantes del Frente también perciben corrupción al nivel del gobierno, del Estado, pero menos que la oposición. Está el problema altamente percibido por la población del costo de vida, la inflación y los salarios bajos, y eso no parece ser un tema de campaña. Hay un desfase bastante grande entre lo que le está preocupando a la gente y lo que están haciendo los políticos.

¿Cree viable que la oposición lleve adelante, como estrategia, una política de alianzas para, de esa forma, hacerle frente al partido de gobierno? Si lo cree posible, ¿qué sectores ve con más posibilidades de sumarse en una iniciativa común?

¿Cuándo no hubo alianzas? Siempre, desde que existe el balotaje, se han unido. En el 99 todos los blancos votaron masivamente a Jorge Batlle, y en las elecciones siguientes los colorados votaron al candidato del Partido Nacional (PN). No sé qué podría haber diferente. ¿Alianzas para la primera vuelta? No lo creo. Para el balotaje se conoce que blancos y colorados suman votos. Hay que ver qué va a hacer Edgardo Novick en noviembre, si va a llamar a votar contra el FA a los votantes que consiga en octubre o no. ¿Cómo se van a redistribuir los votos del PI? Una cosa es que saque el 3% en primera vuelta y otra el 6%. Si esto último sucede y Novick saca otro 6%, por decir una hipótesis, son 12 puntos, y con eso se da vuelta la elección para un lado o para el otro. Por tanto pasa a ser muy relevante cómo se comporten los votantes de los partidos menores.

¿Qué papel le tocará desempeñar a quienes pierdan en la elección presidencial? ¿Puede ser la defunción política de alguno de los candidatos que quede por el camino?

En la elección pasada, por ejemplo, todo el mundo predijo la muerte política de Larrañaga, y aquí lo vemos como precandidato del PN. ¿Quién hubiera imaginado que Sanguinetti podía volver al ruedo y además hacer crecer al Partido Colorado? Yo no creo en las defunciones políticas, a esta altura ni siquiera creo en la muerte política de Raúl Sendic. Me he llevado tantas sorpresas que no me atrevo a decir nada.