“Sería útil que las empresas se puedan descolgar no solo ante una crisis, sino por la competitividad”

Santiago Madalena, abogado y socio de Guyer & Regules

En el marco de una nueva ronda de Consejos de Salarios, un informe de Guyer & Regules y Grant Thornton proyectó los posibles escenarios de negociación. “El ajuste por IPC más un correctivo ha sido el esquema más habitual”, señaló a CRÓNICAS el abogado Santiago Madalena. Si bien se ha manejado la opción de la desindexación, “parece que lo que va camino a reflejarse en las pautas son mecanismos parciales”, sostuvo. Además, consideró necesaria una modernización, ya que no se contempla la heterogeneidad de las empresas. Además, explicó por qué las pymes podrían ser las más afectadas.

Por Agustina Gómez

-¿Cómo sería el escenario de llevarse a cabo ajustes del IPC más un correctivo al final?

-En ese primer escenario lo que habría sería un ajuste por IPC, o sea, por la inflación que se espere. Y a su vez, al finalizar determinado período, se aplica un correctivo si es que la inflación que se esperaba fue menor a la real. Esto quiere decir que se realiza un ajuste por la diferencia que existió entre lo que se preveía y lo que terminó operando. Ese es el esquema más usual que ha sucedido en los últimos años, en el que se proyecta que la inflación va a ser de determinado porcentaje, y al final del convenio o al año del convenio se aplican esos correctivos por inflación.

-¿Qué se puede deducir de un escenario en el que se lleve a cabo el lineamiento de IPC más un crecimiento real para sueldos más bajos?

-Una cosa que ha trascendido es que se buscaría que los salarios más bajos, apuntando a los de menos de 25.000 pesos, tengan un aumento que sea por encima de la inflación, que tengan un crecimiento real. Si se ajusta solamente por la inflación, se mantiene el poder adquisitivo del salario; si se ajusta por encima de ella, el poder crece. Esa es una de las cuestiones que el Poder Ejecutivo dijo que iba a plantear, hay que esperar a que estén los lineamientos, pero es bastante probable que exista. Eso tuvo también un eco en el movimiento sindical, que está de acuerdo con la postura de que se den aumentos reales para los salarios más bajos. Es deseable que se gane más de 25.000 pesos, sabemos lo que son los costos en Uruguay, y con eso se puede hacer muy poco, pero también tenés el efecto que puede tener en las empresas, sobre todo considerando que las pequeñas y medianas empresas sean las que tengan salarios más bajos. Si se hace un aumento por encima de la inflación, las empresas chicas van a tener un impacto muy fuerte en los costos, lo que puede llevar a que se promueva la informalidad, que se genere un poco de desempleo, y que alguna empresa pierda competitividad. Es un equilibrio muy delicado entre las dos visiones.

-¿Cómo podría implementarse una indexación parcial y cómo vio las tensiones que ha generado esta propuesta dentro del gobierno?

-Por esta línea se generó una tensión entre el Ministerio de Economía y el Ministerio de Trabajo. El ministro de Economía dijo que se buscarán alternativas para pensar en una desindexación, o por lo menos en una desindexación parcial. Frente a eso, el Ministerio de Trabajo estuvo en desacuerdo, porque hablar de una desindexación puede llegar a generar una erosión en los salarios, una cuestión que no es buscada y que generó una oposición por parte del movimiento sindical. Todavía no sabemos cómo se va a resolver en las pautas, pero el ministro de Economía dijo que se va a incluir algún elemento de desindexación, pero no una desindexación total. Uno de ellos sería que hubiera determinados niveles salariales que no tengan una indexación automática y otros sí. Quizás podría suceder que, a partir de determinado rango salarial, la pauta los deje por fuera del ajuste. En ese caso, la empresa podrá definir frente a los salarios más altos si aplica un ajuste o un ajuste parcial, pero ya deja de ser algo obligatorio.

-¿Cuál sería el escenario frente a una desindexación total?

-La desindexación total sería que directamente no haya un vínculo entre el IPC y los salarios, que los salarios se ajusten en base a un porcentaje nominal que se defina, pero que no tenga ningún vínculo con una proyección, ni con la inflación, y a su vez, que no esté sujeta a ningún tipo de correctivo. Hoy en día, una desindexación total parecería ser lo menos probable. Más allá de que en un primer momento se habló mucho de la desindexación, parece que lo que va camino a reflejarse en las pautas son mecanismos parciales.

-¿Cuáles son las cláusulas nuevas y qué se espera de ellas?

-Los Consejos de Salarios pueden manifestarse en distintos tipos de decisiones. Una se refiere a la fijación de los salarios mínimos por categoría de empleado, otra a los ajustes de sueldo y otra a la fijación de condiciones de trabajo. Cuando se habla de que los Consejos de Salarios pueden fijar condiciones de trabajo, implica que ese acuerdo pueda tener cláusulas que refieran al pago de beneficios particulares, primas por antigüedad, por presentismo, por productividad, por licencias especiales. A diferencia de los ajustes de salarios, que se votan por mayoría, para que estas condiciones se puedan establecer, tienen que ser acordadas entre los representantes de los trabajadores y empleadores. Lo que se ha hablado en estos últimos tiempos son temas relacionados a licencias especiales para corresponsabilidad, en materia de cuidados, por ejemplo, para trabajadores con hijos menores, que se incorpore alguna licencia adicional a las que existen.

-¿Ve viable que se logre un equilibrio entre las metas del gobierno, las demandas del PIT-CNT y las preocupaciones empresariales?

-La mayoría de los Consejos de Salarios, en general, terminan celebrando acuerdos. Hay partes que están más conformes y otras más disconformes con el resultado de la negociación, también hay sectores en los que no hay acuerdo y en ese caso se toman decisiones por votación. Capaz que el gobierno vote junto con los trabajadores un ajuste y los empleadores voten en contra, o podría ser que el gobierno vote con los empleadores un ajuste y los trabajadores voten en contra. No siempre termina con un acuerdo, a veces se logra ese equilibrio y a veces no. A veces no se logra una mayoría y llegás al escenario menos recomendable, que el Poder Ejecutivo vote un decreto y establezca ajustes en un determinado período de tiempo. Ahí no hay un acuerdo. El acuerdo siempre suele incluir más elementos, más cláusulas de paz entre las partes. Es uno de los posibles resultados de la negociación.


Prepararse para el impacto

-¿Qué recomendaciones daría a las pymes que aún no tienen claro cómo les impactaría esta ronda salarial?

-El impacto de los ajustes de salarios, en general, es mayor en las empresas más chicas, porque son las que tienen más costos salariales y menos tecnología. Las empresas no negocian todas en los Consejos de Salarios, quienes lo hacen son los delegados o los representantes de los distintos sectores. Para las empresas es muy importante estar al día con lo que está sucediendo, informarse, comunicarse con sus representantes y ver cómo avanzó la primera reunión, qué se espera de cómo las partes van a negociar sobre los lineamientos, más allá de no participar directamente. También es importante, desde el punto de vista financiero y económico, generar las previsiones necesarias para ese ajuste. La negociación comienza en julio, capaz que se conoce el acuerdo final en setiembre u octubre y ese acuerdo es retroactivo. De esta manera, se genera un ajuste que hay que pagar desde julio y no todas las empresas tienen la disponibilidad en la caja como para hacerlo. En general se paga al contado, hay algunos convenios que te prevén la posibilidad de pagar esas retroactividades en cuotas, pero no son todos. Tienen que tener un colchón previsto para cuando se apruebe ese convenio, es una de las cosas malas de la demora en la negociación. Cuanto más se demora, mayor impacto genera en el pago de esa retroactividad, que a su vez genera aportes. No es solo el costo del ajuste en sí, sino también los aportes que vas a tener que pagar a la seguridad social sobre esa retroactividad. Entonces, estar al día con las negociaciones, estar informado y a su vez ir previéndolo desde el punto de vista financiero para cuando esto pueda surgir, es muy importante para todas las empresas, pero particularmente para las pymes.


“Hay oportunidades de mejora que estamos dejando pasar”

-Teniendo en cuenta que los Consejos de Salarios se crearon en 1943, ¿qué aspectos considera que han quedado desactualizados y deberían ser actualizados?

-Cada vez más se ven cuestiones que han quedado desfasadas y que deberían tener cierta modernización. Los Consejos de Salarios son una herramienta muy importante en nuestro sistema porque tienen una cobertura total, es decir, cualquier empleado de cualquier sector, todos van a quedar cubiertos por este mecanismo, todos van a recibir los beneficios, los ajustes, entre otros. Pero esa centralización tiene cuestiones que son negativas, ya que no cubre la heterogeneidad de las empresas. Las pautas aplicables a la farmacia, por dar un ejemplo, se aplican a todas las farmacias, a las que están en Montevideo, en el interior, a las que están en la frontera y están sufriendo por la diferencia de precios y la diferencia de tipo de cambio; a las farmacias grandes y a las chicas, a las cadenas y a las que no lo son. Entonces, al tener un lineamiento único para todos, hay empresas que seguramente se vean afectadas mayormente porque no se considera la heterogeneidad que hay en la práctica. 

-¿Qué otros aspectos creés que sería necesario modernizar dentro del funcionamiento de los Consejos de Salarios?

-Otra modernización que los Consejos de Salarios requieren es que las empresas tengan cierto grado de autonomía para negociar internamente, para adecuar algunas cuestiones que surgen allí, a su propia realidad. Y lo otro que suele surgir en época de problemas económicos es el famoso descuelgue. El descuelgue se refiere a cuando una empresa tiene problemas financieros y se presenta ante los Consejos de Salarios para contar su situación, para que les permitan aplicar los ajustes de salarios en un próximo período, ya que, de lo contrario, corren peligro de cerrar la empresa o tienen que despedir gente. Entonces, pueden ponerse de acuerdo y permitirlo. Esto en la práctica opera, pero no hay ninguna regulación, no hay ningún protocolo que diga qué información presentar, qué mayorías se necesitan para definirlo y en qué plazos, no hay un proceso. Por lo tanto, sería muy útil regularlo, permitir que las empresas se puedan descolgar, no solamente por una situación de crisis económica, sino también por una cuestión de competitividad. Estas cuestiones de modernización hay que tenerlas en cuenta, porque después de que se termina la ronda, sigue todo igual y hay oportunidades de mejora que estamos dejando pasar.