El reto de descarbonizar el transporte de cargas por carretera

Columna | AIC Economía y Finanzas

El transporte de cargas por carretera representa una pieza fundamental en el funcionamiento de la economía, pero también conlleva importantes desafíos ambientales, especialmente en términos de emisiones de carbono y otros contaminantes. La descarbonización de este sector se ha convertido en una prioridad para abordar el cambio climático y avanzar hacia una movilidad más sostenible. Esta búsqueda de soluciones más limpias implica la adopción de tecnologías más eficientes y ecológicas, el desarrollo de nuevas infraestructuras y la implementación de políticas y regulaciones que promuevan el uso responsable de los recursos.

Por Diego Varela (*)

En este artículo de prensa, abordaremos la relevancia de la descarbonización en el sector del transporte de carga por carretera, examinando las tendencias recientes y los desafíos que conlleva su implementación.

¿Por qué descarbonizar?

El Acuerdo de París de 2015 marcó un hito al establecer el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C, con un esfuerzo adicional para limitarlo a 1,5 °C. Desde entonces, varios gobiernos y líderes empresariales han respondido a esta ambición, iniciando la adopción de objetivos y compromisos para reducir las emisiones de carbono.

El transporte por carretera juega un papel fundamental en las economías modernas, ya que es el modo de transporte más versátil y la principal vía para llevar mercancías a comercios y hogares. No obstante, es crucial tener en cuenta que su contribución al cambio climático es considerable. Aproximadamente el 9% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) provienen de este sector, y la mayor parte de estas emisiones se atribuyen a los camiones de carga medianos y pesados.

De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de CO2 por el tubo de escape de los vehículos pesados han aumentado rápidamente desde el año 2000, siendo los camiones responsables de más del 80% de este crecimiento.

Para cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, el sector del transporte por carretera enfrenta un desafío significativo: reducir la intensidad de las emisiones en más del 80% en menos de 30 años. Además, debe lograr una disminución del 30% en la intensidad de las emisiones antes de 2030. Si continúa en su trayectoria actual, es poco probable que se alcancen dichos objetivos, lo que hace necesario un cambio importante.

Desafíos de descarbonizar el sector

Los combustibles líquidos derivados del petróleo siguen siendo la opción dominante debido a sus ventajas. Son altamente transportables y almacenables, contienen una densa cantidad de energía en relación con su peso y volumen, y son compatibles con el uso de motores de combustión interna.

Precisamente por estas ventajas, es un desafío escalar de manera masiva el uso de alternativas de combustibles más sostenibles que puedan competir con las condiciones actuales.

El grado de dificultad en la descarbonización del transporte varía según el tipo de carga y distancia. La transformación es más simple para vehículos más pequeños que cubren distancias cortas y transportan cargas ligeras. No obstante, se presenta un mayor desafío en el caso de camiones medianos y pesados. Las distancias más largas y las cargas más pesadas plantean retos adicionales, especialmente relacionados con el peso de la batería y las altas demandas de potencia para una recarga rápida.

En términos generales, la discusión se ha centrado en las siguientes tres tecnologías, pero cada una con sus ventajas y desventajas:

  • Los camiones eléctricos de pila de combustible se enfrentan a importantes retos relacionados con el espacio necesario para almacenar el hidrógeno y la durabilidad de las pilas. Se necesita una red de estaciones de servicio de hidrógeno y la compresión del hidrógeno supone un coste importante.
  • Los camiones eléctricos de batería experimentan actualmente limitaciones basadas en el tamaño y el peso de la batería necesaria, lo que induce una pérdida de carga útil. Requieren largos tiempos de carga y tienen una autonomía limitada. Es necesaria una red de puntos de recarga de alta potencia que puede provocar cuellos de botella en la capacidad de la red.
  • Los camiones eléctricos catenarios, también conocidos como camiones eléctricos de trolebús o e-trucks con catenaria, operan de manera similar a los tranvías y trolebuses, con líneas eléctricas aéreas que se extienden a lo largo de rutas específicas. Si bien representan una opción sostenible para el transporte de carga, su adopción puede plantear algunos desafíos en términos de infraestructura y costos iniciales de implementación, lo que limitaría su viabilidad. No obstante, podrían ser una alternativa interesante para ciertos recorridos puntuales intensivos en cargas.

Como desafío común está la necesidad de un suministro adicional de electricidad renovable significativo, lo que puede requerir grandes mejoras e inversiones en la infraestructura de la red y generación de energía eléctrica de una región o país.

Cada una de estas tecnologías puede desempeñar un papel importante en el proceso de descarbonización del transporte de mercancías por carretera, pero su utilidad puede variar según el contexto y las circunstancias específicas de cada escenario. Por ejemplo, el hidrógeno es más adecuado para distancias largas, lugares remotos y cargas más pesadas, mientras que las baterías son más adecuadas para distancias cortas y cargas medias y las carreteras eléctricas para corredores específicos de gran volumen.

Otras opciones de tecnología también pueden formar parte del futuro set de alternativas, que como se ha visto pueden ser complementarias y no excluyentes, dentro de las que se encuentra la producción de biocombustibles o sintéticos similares a los que se fabrican a partir del petróleo. Podrían surgir más sinergias si la captura de carbono se convirtiera en una forma común de descarbonizar fuentes estacionarias difíciles de GEI, como algunos procesos industriales. El dióxido de carbono capturado puede combinarse con hidrógeno producido con electricidad renovable para fabricar combustibles sintéticos sostenibles.

En síntesis, la tecnología para descarbonizar el sector del transporte pesado existe, aunque muchas de estas son avanzadas, son caras y no están probadas a escala. El desafío para los formuladores de políticas será mantener alineados los avances tecnológicos y las políticas a medida que avanza la tecnología.

Las emisiones de los camiones tienen que alcanzar rápidamente su punto máximo y empezar a disminuir en la próxima década para alcanzar los hitos del escenario de cero emisiones netas y cumplir con los objetivos planteados.

(*) Economista en AIC Economía & Finanzas