Crónicas de fin de año

Por Conrado Rodríguez (*) | @Dip_ConradoRod

Estamos culminando un año donde una vez más el coraje de los uruguayos estuvo a prueba. Lamentablemente, tuvimos que vivir los efectos más nocivos de la pandemia, que tan bien sorteamos durante el 2020. La primera gran ola de contagios en Uruguay se dio al mismo tiempo que había comenzado la vacunación. Allí los casos se multiplicaron, y con esto la cantidad de internados en CTI y luego de fallecimientos.

El trabajo del gobierno fue formidable. En ningún momento colapsaron los servicios de salud, ni los CTI, como el Sindicato Médico del Uruguay y el Frente Amplio auguraban. Se siguieron ampliando las camas y los respiradores, se trabajó fuerte en la atención y en un sistema de vacunación que nos permitió llegar en poco tiempo a la mayoría de la población con una dosis y luego con dos dosis. Eso posibilitó ir bajando los casos, lograr la inmunidad e ir controlando la pandemia.

Concomitantemente desde el Parlamento se seguían aprobando leyes para poder paliar los efectos negativos en lo económico y social, sosteniendo actividades, ampliando el seguro de paro para miles de trabajadores, gastando todo lo que hubiera que gastar para sostener a las familias.

El gasto de este año en el Fondo Coronavirus fue de alrededor de US$ 1.000 millones.

Todo eso nos permitió salir mucho antes, que muchos países –incluso que los más desarrollados- del estancamiento que significaba la pandemia, apuntalando primero la salubridad y luego el crecimiento del país, y con ello el empleo.

En este 2021 se recuperaron 42.000 empleos, situándose el desempleo en los mismos guarismos que en abril de 2019.

A nivel parlamentario, entre muchas iniciativas en la Rendición de Cuentas, aprobamos un aumento de los recursos presupuestales destinados a atender la primera infancia. Se aprobó una dotación de US$ 50 millones por año aplicados a un programa especial, con un trabajo interdisciplinario con la coordinación de la OPP, para ejecutar a través de convenios con objetivos y metas.

Los niños de cero a tres años de edad componen la franja etaria más sensible en cuanto a la importancia en el desarrollo posterior, así como también la más castigada en términos de pobreza. En Uruguay, el 60% de los niños de estas edades nacen y viven en hogares ubicados en los dos quintiles inferiores de la distribución del ingreso, con problemas de alimentación, vivienda, educación y necesidades básicas insatisfechas.

Las inversiones de calidad durante la primera infancia tienen un alto impacto en el desarrollo infantil, revirtiendo los determinismos socioeconómicos, dando oportunidades en la vida.

En esa instancia, como batllistas, dimos una gran pelea para dotar al Plan CAIF (Centros de Atención a la Infancia y a la Familia) de la mayor asignación de recursos. Su institucionalidad e historia nos permiten proyectar una mayor inserción a nivel territorial en todo el país, para dar respuesta a las demandas de la sociedad, no solo en alimentación y educación, sino también en cobijo a las familias que más lo necesitan.

La otra gran innovación fue la creación de un Fideicomiso de Integración Social y Urbana para comenzar la regularización de asentamientos. Más de 650 asentamientos irregulares con más de 200.000 uruguayos que viven en condiciones indignas, necesitan soluciones.

El gobierno, con el impulso decidido de nuestra bancada (Batllistas), apoyó un financiamiento que tuviera un flujo económico permanente, que le permitiera su sustentabilidad futura. Esta es una tarea que excede un período de gobierno, por eso es necesario que esta política de Estado sea apoyada, para modificar una triste situación donde la dignidad de las personas está en juego.

En esos momentos de discusión parlamentaria, dijimos que la Rendición de Cuentas sentaría las bases para el crecimiento de toda la economía, y con ella un mayor empleo, y afortunadamente esto es lo que está sucediendo.

La campaña por la derogación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y su defensa, insumió gran parte de la discusión del año. Las opciones quedaron definidas. El Sí y la papeleta rosada significan el statu quo, el trancazo, el inmovilismo. La opción por el No, con la papeleta celeste, simboliza la reforma, el cambio, la legitimidad que las urnas le dieron a un gobierno que propuso un programa de modificaciones, para dar soluciones a las problemáticas de los uruguayos.

La campaña avanza. Unos tergiversan y falsean los contenidos de la ley, como lo hicieron durante la recolección de firmas; otros hablan de su contenido, reflexionan sobre las soluciones que estos artículos traen en materia de seguridad, educación, empresas públicas, manejo responsable de los recursos públicos, libertad financiera, creación de derechos como la portabilidad numérica y acceso a la vivienda para miles de familias que no podían obtener una garantía de alquiler, entre otros.

Nosotros seguiremos hablando de su contenido, pero no vamos a desatender la verdadera intención de los promotores del Sí, que pretenden erosionar y desgastar al gobierno, y trancar y obstaculizar cualquier cambio.

El próximo 27 de marzo, no solo nos jugamos que se mantengan 135 artículos de una ley, sino también el ánimo de cambio de la sociedad uruguaya.

Este No se tiene que hacer inmenso, para que venza nuevamente la república, la voluntad de los uruguayos para seguir cambiando, para que se respeten sus derechos, para crear nuevos derechos y para que nadie detenga el cambio.

La LUC simboliza eso, el ánimo de una sociedad que quiere seguir avanzando en libertad, equidad social y progreso.

Votando por el No, estamos votando futuro

Sobre fin de año, Cabildo Abierto nuevamente arremetió para que se aprobara en el Senado una ley que modifica la ley de 1987 (Ley 15.939) en materia forestal, y que tantos buenos resultados generó para nuestra economía.

Fue una verdadera política de Estado instaurada en la primera Presidencia del expresidente Julio María Sanguinetti, con un amplio consenso político que llevó a que las distintas administraciones de distinto signo político apoyaran este desarrollo.

Presionar, cuando no hay consenso, cambiar reglas de juego, violentando derechos consagrados en la Constitución, que pueden acarrear reclamos contra el Estado, no parece justamente fomentar el diseño de una política de Estado.

Esto llevó a que el Poder Ejecutivo vetara la ley, en algo que ya había sido anunciado un año atrás por el presidente de la República. Es una sombra que genera espesos nubarrones en la antesala de un referéndum que necesita del concierto y la cohesión de la coalición de gobierno.

La afectación de la cadena productiva forestal, con impacto en la economía nacional, provocaría consecuencias complicadas para nuestro país. El Partido Colorado, fiel a su tradición de respeto al ordenamiento jurídico y al verdadero progreso, acompañará con convicción el veto del Poder Ejecutivo.

Entre luces y sombras se va el 2021, con la esperanza de que el país continúe por la senda del crecimiento, con políticas que le permitan mejorar la calidad de vida de nuestra gente, y se afiance el espíritu de cambio que se inició con la LUC, para que las fuerzas conservadoras no detengan el progreso, ni nos lleven a dar saltos al vacío, retrocediendo sobre experiencias que han demostrado el atraso que no queremos para nuestra sociedad.

Recibiremos el año que entra con nuevos desafíos para nuestro país, con el ánimo templado para trabajar con toda nuestra fuerza, para que sobre finales del 2022 podamos tener más luces que sombras con la renovada esperanza de unas positivas y transformadoras “Crónicas de fin de año”.

(*) Diputado del Batllismo – Batllistas – Partido Colorado.