Es mucho más que 135 artículos

Felipe Schipani. Foto: Diego Lafalche

Por Felipe Schipani (*) | @FelipeSchipani

El próximo domingo 27 de marzo estamos convocados a pronunciarnos sobre la derogación de 135 artículos de la LUC. Pero lo que está en juego es mucho más que la vigencia de esos artículos. La LUC es el programa de gobierno de la coalición, muchos de los aspectos que regula estaban incluidos en el “Compromiso por el País”, el acuerdo programático de los cinco partidos de gobierno (Partido Colorado, Partido Nacional, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido de la Gente). Otros tantos asuntos formaron parte de los programas de gobierno de los partidos para la elección de octubre del año 2019.

Por tanto, lo que desde el Frente Amplio y el PIT-CNT se está impugnando es el programa de cambios que votó la gente y que el gobierno está llevando adelante. Por eso decimos que estamos frente a un referéndum contra el gobierno. No caben dudas de que al pretender derribar el buque insignia de la coalición como es la LUC, lo que se busca es desgastar y deslegitimar al gobierno, pero fundamentalmente impedir que se sigan llevando adelante los cambios y las transformaciones a los que nos comprometimos con la ciudadanía.

La LUC está vigente hace 20 meses, y ninguna de las fatalidades que se anunció que iban a ocurrir con su vigencia acontecieron. Se dijo que con la LUC se iba a desatar el gatillo fácil por parte de la policía, que los ciudadanos poco menos que íbamos a estar esquivando las balas. También se señaló que con la LUC iban a producirse desalojos masivos de inquilinos. Otra falsedad. Que se privatizaba la educación pública llegaron a afirmar. También vaticinaron que con la portabilidad numérica pretendíamos privatizar Antel, y lo que ha ocurrido es que la empresa estatal ha sido la única que ha ganado clientes.

En fin, la propia realidad se ha encargado de desmentir las mentiras y falsedades que a diario se arrojan al viento sobre los efectos de la LUC. Lo único claro es que la ley ha traído cambios positivos. Los trajo en materia de seguridad, donde ha contribuido a la baja drástica del delito después de 15 años en los que no paró de crecer. Desde el mismísimo sindicato policial se expresa que a partir de su vigencia los policías se sienten mucho más seguros y amparados para el combate del delito. Del mismo modo, la LUC generó cambios trascendentes en materia de educación, estableciendo una nueva gobernanza de la ANEP que busca hacerla más dinámica y ágil. Estos cambios son fundamentales para llevar adelante la impostergable transformación educativa que se viene impulsando.

La LUC es una muy buena ley, que no le ha generado perjuicios a ningún uruguayo. Es una ley que consagra derechos. El derecho a ser dueños de nuestro número de teléfono, el derecho a alquilar sin garantía, el derecho a elegir cómo cobrar el sueldo, el derecho a una mejor seguridad y educación.

Estamos frente a una ley que favorece a los que más lo necesitan, pues la inseguridad no la sufren los que pueden pagar seguridad, ni el estado lamentable de la educación lo padecen quienes envían a sus hijos a la educación privada.

En suma, el próximo 27 de marzo vamos a estar eligiendo qué país queremos: si anhelamos volver al pasado, cuando la policía no tenía apoyo, campeaba el delito o la educación retrocedía, o si, por el contrario, queremos mirar hacia el futuro y permitirle a este gobierno que siga llevando adelante los cambios a los que se comprometió con la ciudadanía. Es simple, se trata de mirar hacia adelante o volver atrás.

(*) Diputado del Partido Colorado.