Planes distintos

Por Walter Cervini (*) | @Wcervini

Desde antes de asumir el nuevo gobierno de coalición, el Frente Amplio (FA), que se transformaría en la nueva oposición, tiene un plan muy claro que comienza a desarrollar utilizando una herramienta que les rinde y han perfeccionado: el relato.

Durante la gestión del presidente Tabaré Vázquez, el Ejecutivo modificaba los precios de los combustibles a comienzos de año, pero siguiendo el plan, en el 2020, con el petróleo al alza, decidió no hacerlo.

A los pocos días de asumido el gobierno de coalición nos alcanzó el coronavirus, la pandemia que cambió el paradigma del mundo, y la oposición empezó a usar su herramienta, en este caso, en la versión de copiar acciones que realizan otros gobiernos según su afinidad ideológica. Es así que empezaron a pedir la cuarentena obligatoria, en el entendido de que sería el único camino para salir adelante y cualquier otro sería equivocado e irresponsable. Se cuestionaba sistemáticamente la operativa de ASSE para el armado de camas de CTI, poniendo en duda la capacidad para atender pacientes graves con el virus.

Ya en la etapa de negociación para obtener las vacunas, seguían con el relato copiado de sus amigos políticos argentinos y anunciando que si nuestro país no se acoplaba a las negociaciones del gobierno argentino para adquirir las vacunas Sputnik y a la participación en el sistema Covax, no tendría vacunas en tiempo y forma.

También es bueno aclarar que su plan debió cambiar de rumbo parcialmente durante la parte más dura de la pandemia, ya que el relato que rendía en ese momento era el de que estaban siendo una oposición responsable. Era común que usaran relatos alternativos para atacar al gobierno, como por ejemplo utilizar y apropiarse de la solidaridad de los uruguayos que realizaron muchas acciones para apoyar a los compatriotas que lo necesitaban, como las ollas populares. Y en ningún caso se hicieron responsables de muchas cosas que no pudieron solucionar en sus 15 años de gobierno.

En el capítulo de la LUC el relato fue fantástico y vaticinaba prácticamente el apocalipsis de nuestro país. En la etapa de discusión interna y con uno de sus brazos políticos, el PIT-CNT, el FA se demoró mucho, y sumado a que pasaba el tiempo y todos los desastres que anunciaban que pasarían con la LUC no llegaban, se vieron en la necesidad de usar el relato de que el gobierno no les quería dar más tiempo para juntar firmas, siendo que el plazo está establecido en la Constitución, y que la campaña de recolección de firmas se debía convertir en una “patriada».  Como estrategia para mover a la militancia, se anunciaba que no se llegaba a las firmas necesarias, lo que cultivaba ese ánimo de patriada. El resultado de la campaña fue festejado como un “maracanazo” pese a que las adhesiones fueron una parte de los votos que alcanzaron en las últimas elecciones.

Una vez que los números mostraban una mejora significativa con respecto al combate a la pandemia, el plan del FA volvió a encauzarse a su versión original. Empezaron los ataques políticos al gobierno de coalición, desgastando canales democráticos como las interpelaciones en el Parlamento sin importar el tema y la dimensión. Un ejemplo claro es el llamado a sala al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, por la fuga de un privado de libertad que fue recapturado unos días después. Un ataque frecuente que realiza sistemáticamente el FA en distintos temas es que este gobierno de coalición no tiene un plan para llevar a cabo.

Desde la coalición fuimos armando el plan desde antes de las elecciones. Fue así que en noviembre de 2019 se redactó el Compromiso por el País, con trece puntos sumamente importantes para lograr cambios en la realidad de Uruguay.

A los pocos días de asumir el gobierno, la coalición se enfrentó a la pandemia y fue necesario sacar lo mejor de cada integrante para salir de una situación única, desconocida y nociva. Se desplegaron planes en distintos sectores para brindar atención a quienes lo necesitaban. ASSE extendió, como nunca, la capacidad de camas de CTI en todo el país, siendo tan efectivo que ni en los picos máximos de pacientes internados llegó a colapsar el sistema. Desde el Mides se reforzaron sin precedentes los recursos para atender a los sectores más vulnerables. Desde el Ministerio de Economía y Finanzas, y a través de medidas específicas, se buscó atender las necesidades de los sectores más afectados y las empresas que sufrieron el mayor impacto.

En lo que respecta a la negociación para adquirir las vacunas, Uruguay elaboró su propia estrategia para contactarse con los distintos laboratorios del mundo, consiguiendo en tiempo récord vacunas Sinovac y Pfizer, que permitieron desarrollar el plan de vacunación en todo el país, con reposición constante de dosis. El plan fue tan exitoso que se llevan suministradas más de seis millones de dosis y más del 25% de la población cuenta con una tercera dosis de refuerzo. Uruguay es visto en el mundo como ejemplo en la lucha contra la pandemia, con números tan alentadores que llevamos más de 30 días sin registrar más de 200 casos diarios.

En simultáneo, la coalición instrumentó la LUC, una ley justa y popular que nos ha permitido realizar cambios sustantivos en la gestión de políticas. Los resultados obtenidos en seguridad son uno de los principales logros de esta ley. La reforma que se viene realizando en la educación ha tenido resultados esperanzadores, y los centros María Espínola son rayos de luz en este nuevo amanecer de la educación, que ya no es dirigida por los sindicatos. También cabe destacar la posibilidad de garantizar el derecho al trabajo, donde la ocupación ya no es considerada como una extensión al derecho de huelga.

Son tantas las mejoras proporcionadas por la LUC que estamos preparando una campaña de gran impacto en el territorio para trasladar toda la información a los ciudadanos, sin el sesgo del relato construido por el FA.

Si se comparan los resultados obtenidos por el FA y los resultados que viene logrando el gobierno de coalición, es evidente que tenemos un plan, que lo estamos llevando a cabo y que genera los cambios que necesitábamos. Es evidente que la LUC es buena y necesaria.

De este breve resumen comparativo entre el plan del FA y el plan de la coalición de gobierno, se desprende que el plan de la oposición es nada más y nada menos que “mientras peor mejor”, ya que su único objetivo es que no logremos mejoras en el país para que puedan volver lo antes posible al poder.

 

(*) Diputado por el Partido Colorado – Ciudadanos.