Mario Bergara: “El Banco Central está actuando como debe, que es ayudando a la reactivación económica”

EN PANINI’S

Mario Bergara, senador del Frente Amplio


La estrategia que está llevando adelante el Banco Central (BCU) es la correcta, de acuerdo con el expresidente de la entidad reguladora, dado que “se toman decisiones de política monetaria consistentes con ver de manera equilibrada los temas de inflación, crecimiento de la economía, nivel de actividad y competitividad”. En un extenso diálogo con CRÓNICAS, el senador y líder de Fuerza Renovadora explicó la importancia de revisar el funcionamiento interno del Frente Amplio (FA) y opinó que los presidentes de la fuerza política han tenido un apoyo débil de sectores y, por consiguiente, una conducción debilitada, por lo cual es fundamental lograr una candidatura con fuertes apoyos de cara a las elecciones.


 El menú  En la cava de Panini’s, el legislador degustó carpaccio de lomo de entrada, y como plato principal optó por risotto de camarones, zucchini, zest de lima, cream cheese y langostinos grillados. A la hora del postre, eligió helado artesanal de frutilla. Acompañó el menú con agua mineral.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-En enero del año pasado, usted dijo a CRÓNICAS: “Ojalá que la coalición con Cabildo Abierto (CA) dure poco, por el bien del Uruguay”. Ha pasado un año y medio. ¿Cómo ha visto su funcionamiento?

-Los partidos de la coalición han tenido discrepancias en muchos temas. En la LUC (Ley de Urgente Consideración), Presupuesto o Rendición de Cuentas, hay artículos que fueron hechos desde Presidencia y que ni siquiera habían sido conversados en el gabinete o entre los socios.

Un caso muy claro de la LUC fue el artículo que procuraba la desmonopolización de los combustibles, que no salió porque nosotros negociamos con el Partido Colorado, el Partido Independiente, y se sacó. O el acuerdo del puerto con Katoen Natie, que legisladores del Partido Nacional dijeron que se enteraron el mismo día que todos los demás. Está claro que los proyectos no llegan al Parlamento como fruto de un proceso de diálogo.

En el caso del puerto, hubo intervenciones muy incómodas y críticas que llevaban a pensar que había partidos de la coalición que estaban en contra y que no iban a votar la satisfacción de las explicaciones del ministro (Luis Alberto Heber) en la interpelación. Sin embargo, más allá de los discursos, a la hora de levantar la mano, la coalición lo hizo íntegramente.

-¿A qué lo adjudica?

-Hubo legisladores que dijeron que era eso o quedar afuera del gabinete, aunque tuvieran que votar cosas con las que no estaban de acuerdo. Uno escuchaba las intervenciones de los senadores de CA, por ejemplo, y decía: “Estos van a votar en contra”, pero no. La coalición va a seguir así hasta que se acerquen las instancias electorales. No hay acuerdos profundos. Lo que los unió fue sacar al FA del gobierno y esa motivación sigue estando presente.

-Este gobierno asumió haciendo una fuerte crítica a la situación económica que encontró, sobre todo, “complicada” por un déficit “elevado”. Usted integró el equipo económico anterior. ¿Qué responde ante esos comentarios?

-El FA dejó un país muchísimo mejor del que recibió. Aferrarse a un solo indicador no es una descripción integral de lo que se dejó en términos de fortalezas y perspectivas. Uruguay creció 16-17 años de corrido, mejoró la distribución del ingreso, aumentó el bienestar de la gente, logró buenos niveles de empleo e inserción externa colocando productos en 160 países, y una caída muy notoria de la pobreza. Es falso que dejamos un país quebrado.

El gobierno optó por priorizar el recorte de gasto y el ajuste en lugar de entender que el Estado tiene que tener un rol activo en momentos de crisis, como pasa en todo el mundo. Eso hace que hoy Uruguay sea de los países que menos ha recompuesto la situación con relación a lo que pasaba antes de la pandemia. En América Latina, la mayor parte de los países ya están en niveles de producción igual o por encima de lo que tenían, y Uruguay todavía está cuatro puntos abajo.

-Como expresidente del BCU, ¿qué opina de la estrategia actual de la entidad? ¿Cree que está yendo por el camino correcto?

-La estrategia del BCU es correcta y no tiene grandes variantes con respecto a lo que se hizo en los últimos años. Más allá del discurso de que su único objetivo era la inflación, sus acciones no dicen eso, sino que se toman decisiones de política monetaria consistentes con ver de manera equilibrada los temas de inflación, crecimiento de la economía, nivel de actividad y competitividad. O sea, cuando el BCU tuvo que intervenir en el mercado para que el dólar no se cayera, lo hizo, de la misma forma que se hacía antes; cuando tuvo que fijar tasas de interés muy bajas para ayudar a la reactivación, lo hizo, con lo cual dejó en claro que no es verdad que trabaja con un único mandato de inflación.

El BCU está actuando como debe, que es ayudando a la reactivación económica. Lamentablemente, una política monetaria expansiva como la que tenemos no está siendo acompañada con la misma tónica en la política fiscal. Ahí hay una inconsistencia clara, donde la política monetaria pretende ayudar a la reactivación, pero la política fiscal es súper restrictiva y recorta gastos, inversiones, y perjudica al mercado interno. Pero, en definitiva, el BCU está ponderando diversos objetivos, con una lógica de platitos chinos.

-Fuerza Renovadora es uno de los grupos seregnistas que busca generar un espacio de coordinación junto a Asamblea Uruguay y otras agrupaciones. ¿Cuál es la importancia de que el FA tenga una tercera ala fuerte?

-Es muy importante simplificar el panorama dentro del FA porque es como la gente lo ve. Hay tres o cuatro bloques relevantes, y ayudar a la convergencia de sectores que tienen una sintonía política muy grande, contribuye a fortalecer al FA. También es parte del proceso de renovación que tiene la fuerza política, que se está recomponiendo luego de haber perdido la elección, que fue una bofetada importante.

-Este nuevo espacio de coordinación ha anunciado su apoyo a Fernando Pereira para la Presidencia del FA. La candidatura ha recibido críticas de dirigentes oficialistas en el sentido de que eso demostraría la “alianza” que hay entre la coalición de izquierda y el PIT-CNT.

-Esa es una caricatura que no tiene sustancia. El movimiento sindical tiene su rol, así como lo tiene el FA. Nadie podrá decir que durante los gobiernos del FA no hubo enormes movilizaciones sindicales; la cantidad de paros generales que hubo fue muy grande, o sea que no se puede cuestionar la independencia de ambas organizaciones. Cuando había que tomar decisiones de gobierno no se hacía para tener la simpatía del PIT-CNT. Además, en el gobierno actual hay muchos dirigentes de cámaras empresariales y no se nos ocurre decir que son lo mismo, cada uno tiene su rol.

-¿Cuáles son las condiciones que tiene Pereira por las cuales definieron apoyarlo? ¿Qué necesita el FA de un próximo líder?

-Nosotros trabajamos para construir candidaturas que tuvieran amplios acuerdos, porque el problema no es ganar la elección, sino después conducir al FA con apoyos importantes de sectores y de bases. En instancias previas cada agrupación tiraba sus preferidos, se daba una disputa entre muchos, y luego quien resultaba presidente, en realidad, tenía un apoyo débil de sectores, entonces, había una conducción política más debilitada, en parte por cómo había sido el proceso de elección del presidente.

-¿Lo dice en general o puntualmente por la última elección?

-En general. La figura de Fernando recibe apoyos muy amplios y tiene las características que todos conocemos de él como presidente del PIT-CNT: capacidad de diálogo, de negociación, de búsqueda de acuerdos, todo lo que debe tener un presidente del FA.

-Pereira siempre ha destacado su buen relacionamiento con el presidente Lacalle, algo que no sucedía con Javier Miranda. ¿Cuán importante es garantizar ese diálogo?

-Siempre es importante que haya buen diálogo en el sistema político, que es una de las características que distingue favorablemente al sistema uruguayo. Fernando tiene ese talante de diálogo y eso es percibido desde el gobierno. Igualmente, para que haya buena relación se necesitan dos partes, y la mayor responsabilidad del trato difícil de Miranda con el gobierno venía del lado de este último, que por su propio rol es el que tiene que mantener los puentes abiertos con las fuerzas políticas.

En una reciente entrevista con CRÓNICAS, Danilo Astori enfatizó en la necesidad que tiene el FA de llevar adelante una renovación orgánica, dado que “tiene una organización de conducción política que se aleja mucho de la voluntad del pueblo frenteamplista”, puesto que “las bases han venido siendo absorbidas por algunos partidos del FA y han aumentado en una proporción no aconsejable su presencia de poder en las decisiones de la fuerza política”. ¿Qué opinión le merece?

-Así como es necesaria la renovación programática del FA, que se está haciendo con la autocrítica, y la renovación de los liderazgos, que se está dando naturalmente, también decimos que hay que revisar el funcionamiento orgánico de la fuerza política. Los comités de base históricamente han tenido un rol muy importante y lo siguen teniendo, pero entendemos que, después de ganar el referéndum, tenemos que hacer una revisión de las formas de funcionamiento del FA, para que sea más representativo.

Las bases son fundamentales y la militancia ha demostrado claramente que está latente. Otra cosa es el rol que tienen las bases en la estructura de la toma de decisiones. Ahí hay cosas para revisar. Por ejemplo, la representatividad de las bases en el Congreso del FA es el 90%, mientras que todos los sectores de la coalición pesan un 10%. Esas cosas hay que rediscutirlas.


“Hizo mal el presidente de Cuba en responder (a Lacalle) en función de procesos políticos internos de Uruguay”

-Astori ha sido enfático al referirse a Venezuela como una dictadura, a Cuba como un gobierno autoritario, a Nicaragua también, mientras que usted ha sido más cauto. El pasado sábado Lacalle Pou criticó dichos regímenes en la Cumbre de Celac, argumentando que no respetan los derechos humanos. ¿Cuál es su visión al respecto?

-Hay muchos regímenes en el mundo, incluidos los que tú decís, que tienen componentes autoritarios que reprobamos, y nunca creímos que se debiera replicar nada de eso en Uruguay, por algo luchamos contra la dictadura. Seleccionar de qué países hablo ya implica una cuestión de oportunismo o de visión ideológica que hace que se mida con diferente vara a distintos países. La represión de las movilizaciones populares en la calle de manera violenta es una práctica que desaprobamos en todas partes del mundo.

De todas maneras, si se puede hablar de Cuba, Nicaragua, Venezuela, ¿por qué no hablar de tantos otros países de todo el mundo donde se han violado derechos humanos, que son tan autoritarios como esos? Además, ir a la Celac a hacer ese show no es lo que corresponde, no está para eso, y es de una enorme arrogancia pararse en un pedestal y adjetivar a cada país.

-El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, le respondió refiriéndose al referéndum por la LUC.

-Las respuestas que recibió (Lacalle) no corresponden, o sea, hizo mal el presidente en hacer un discurso en ese tono en la Celac, como también hizo mal el presidente de Cuba en dar respuesta en función de procesos políticos internos de Uruguay. En ambos casos, meterse en la interna política de otro país no es correcto.

El gobierno usa estos temas para erosionar al FA, no en base a una lógica de inserción externa. Esto es para un juego político menor que no aporta demasiado. La sociedad uruguaya no está pendiente de estas opiniones, que se dan para la tribuna. Por otro lado, plantear que hay que erradicar la OEA (como propuso el presidente mexicano, López Obrador) tampoco me parece de recibo. Si alguien está disconforme, tiene el derecho de salir.