Comercio y Servicios espera una caída de 18% para su actividad en 2020, y una recuperación lenta en 2021

Problema > de fondo es lograr mayores niveles de crecimiento a largo plazo

Tras varias modificaciones en sus pronósticos de cierre de fin de año, finalmente la Cámara de Comercio y Servicios (CCSU) espera culminar el 2020 con una caída de 18% en su actividad, según los integrantes del Departamento de Estudios Económicos de la gremial empresarial. Asimismo, argumentaron que la recuperación en el año entrante será “muy lenta y moderada”, y recién se obtendrían resultados positivos a partir del segundo semestre del año.

“No quedan dudas que el impacto de la pandemia en el frente económico ha sido sin precedentes, en especial en el sector Comercio y Servicios”, dijeron, en diálogo con CRÓNICAS, los integrantes del Departamento de Estudios Económicos de la Cámara de dicho rubro.

Durante los últimos días de diciembre, la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU) realizó un relevamiento en 663 empresas para medir el impacto económico del covid-19 en el sector durante el año 2020. Según los resultados obtenidos, es posible establecer que el 55% de los encuestados indicaron registrar una caída en sus niveles de venta respecto a 2019. Con relación a la cantidad de personal ocupado, el 36% de las empresas redujo su plantilla de trabajadores durante el año pasado, mientras que el 57% la mantuvo. Asimismo, el 31% considera que en la actualidad la situación de su empresa es “mala” o ”muy mala”; otro 31% expresa mantener una situación “buena”; y sólo un 3% “muy buena”.

En términos de cantidad de empresas, el rubro cuenta con “aproximadamente 900 menos” en la comparación interanual a agosto de 2020 respecto a agosto de 2019 (último dato disponible del Banco de Previsión Social). Así, se destaca la “significativa menor cantidad” de negocios en los sectores Transporte y Almacenamiento (-1.120 empresas), Restaurantes y Hoteles (-433), Actividades Profesionales (-69), y Actividades de Entretenimiento (-217), según el análisis de los expertos.

Este impacto en diferentes frentes “no solo se traduce en menores niveles de venta de las empresas, sino también en restricciones relevantes en materia de puestos de trabajos generados”, indicaron los economistas (ver recuadro “Empleo”).

Asimismo, señalaron también que “la gran incertidumbre” ocasionada por el virus pandémico ha provocado que la CCSU haya modificado sus proyecciones a lo largo del 2020.

“Específicamente a mitad del año, cuando se creía que el mayor impacto había sucedido durante el segundo trimestre, las estimaciones del Indicador Adelantado del sector Comercio y Servicios que se elabora en la Cámara arrojaba una caída del PIB del sector de aproximadamente -10% al cierre de 2020 en términos interanuales”, observaron. Sin embargo, a principios de diciembre (luego de comenzar a registrarse un aumento de casos positivos de covid-19), se produjo una corrección a la baja en esta estimación, siendo la caída estimada para el sector del -15% para el cierre del año 2020.

Mientras tanto, a fines de año la perspectiva bajó otra vez, con una nueva estimación de cierre en -18% en términos interanuales. En esta estimación afectó principalmente el mal desempeño del consumo durante las fiestas de fin de año, la restricción de algunas actividades (como el límite horario en el sector gastronómico), y el cierre de fronteras que tuvo un fuerte impacto en el sector turístico, además del avance de los contagios y de la disminución de la actividad económica debido al confinamiento voluntario, reconocieron desde la gremial empresarial.

Esta profundización en la baja del cierre de año tendrá repercusiones en el proceso de recuperación que se estimaba para 2021, que “sin duda, sucederá de forma más lenta”, precisaron.

Y sigue, y sigue…

En este sentido, específicamente para el sector en cuestión, el escenario de contracción mencionado “se mantendría”, y recién se lograría alcanzar “cierto repunte” a partir del segundo semestre del año. Esto es, sin embargo, sin alcanzar los niveles de actividad prepandemia; eso recién se alcanzaría a finales de año para la mayoría de los rubros que componen al sector.

“El motivo es una lenta recomposición de la demanda y de las expectativas de los empresarios”, explicaron.

Por encargo de la CCSU, la encuestadora Equipos Consultores realizó un estudio de demanda. En el mismo se establece como “bastante probable” que el primer semestre de este año se mostrará similar al anterior en términos de consumo, especialmente con debilidad de la demanda por servicios y algunos bienes, mostrando preferencias de las familias similares a las del año 2020. Por tanto, “no deja de ser altamente probable” un escenario donde los consumidores continúen mostrando austeridad y actitudes conservadoras durante todo el año, consideraron desde la gremial.

Por otro lado, en lo que refiere a las expectativas empresariales -es decir, cómo se comportarán los niveles de venta, rentabilidad, empleo e inversión en las empresas-, en la encuesta realizada por la CCSU a fines de diciembre se puede observar que en casi la totalidad de los rubros analizados predomina la respuesta “se mantendrá incambiado” con respecto a 2020. El empleo es el que presenta el escenario más pesimista, dado que sólo un 9% de las empresas encuestadas estima contratar nuevo personal en su empresa durante este año, consignaron los expertos del Departamento de Estudios Económicos.

En la medida que no se deteriore la situación sanitaria, se logrará “una relativa estabilidad económica” en la segunda mitad del año, según los expertos.

A modo de conclusión, determinaron que se confirma un escenario de recuperación económica para 2021, aunque “lento” y “con altos niveles de incertidumbre”. En la medida que no se deteriore aún más la situación sanitaria, con implicancias de impactos de magnitud en la actividad comercial, se logrará “una relativa estabilidad económica” en la segunda mitad del año.

En cambio, si se da este escenario pesimista de profundización de la crisis sanitaria, “podría observarse cierto retroceso de la actividad similar al del segundo semestre de 2020”, advirtieron. Esto llevaría a un repunte para finales de año, o recién en 2022. Bajo esta probabilidad, “es notorio que los sectores más impactados por la pandemia enfrentarán dificultades severas para mantener la continuidad de sus negocios”, afirmaron.


Empleo, en mejora “lenta y moderada”

Según datos del Banco de Previsión Social citados por el Departamento de Estudios Económicos, los beneficiarios del seguro de desempleo para el sector registraron, a noviembre, casi 50.000 personas. Esto marca una baja desde el mes de mayo, y significa que del total de personas en seguro de paro, el 64,6% pertenece a Comercio y Servicios.

“Si bien estas cifras podrían estar evidenciando cierta recuperación del mercado de trabajo bajo el contexto de pandemia, aún se presenta muy lenta y moderada”, observaron los economistas. A modo de ejemplo, se refirieron a la última cifra de desempleo disponible (octubre 2020), la cual asciende al 11,2%, lo que se traduce en 198.400 personas que buscan empleo pero no lo encuentran.


El problema de fondo

Más allá de los análisis numéricos y de corto plazo, según los economistas de la Cámara, el principal desafío que enfrenta la economía nacional es lograr mayores niveles de crecimiento en el largo plazo, sostenidos por mayores niveles de inversión y por una mejora en la competitividad de las actividades privadas. Esto “no cambia sustancialmente” respecto a la situación prepandemia, opinaron.

“Reformas y acciones concretas en aspectos claves como el funcionamiento del sector público, educación, relaciones laborales, desarrollo de infraestructura, estrategia de política internacional, entre otros factores, se tornan cada vez más urgentes y esenciales para incrementar la competitividad de la economía uruguaya y, por lo tanto, de sus empresas privadas”, puntualizaron desde el Departamento de la Cámara. En este sentido, este gran reto implica un trabajo en conjunto de empresarios, trabajadores y gobierno; tanto para salir “de forma inmediata” de la “difícil” situación sanitaria, pero también “para pensar en el después”, expresaron.