Las perspectivas económicas para el 2025 en Uruguay mejoran con respecto a lo que se podía esperar meses atrás, fundamentalmente por el impacto regional positivo, así como por mejores perspectivas climáticas, aseguró el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), el economista Ignacio Munyo. Asimismo, destacó la importancia de “mejorar la calidad del sector público, agilizar los trámites y, sin debilitar las normativas, hacerlas más eficientes para no ahuyentar a los inversores”.
“Es determinante tener claro cómo llegamos a donde estamos, qué funciona bien y, especialmente, qué es lo que hay que cuidar, para que Uruguay pueda seguir avanzando”, sostuvo Munyo durante una conferencia en la que abordó diversos temas del contexto regional y mundial que enfrenta Uruguay y hacia dónde debería dirigirse el país.
Entre las lecciones aprendidas destacó “la importancia de comprender el contexto económico global y regional para el Uruguay”, y evaluó necesario “escuchar el despertador global que surge del resultado de las elecciones en EEUU”. Si bien valoró que es difícil tener certezas, Munyo cree que “hay señales positivas, que habrá que ver cómo podemos aprovechar, en materia de inversiones”. También estimó cierto impacto positivo desde la región debido a la equiparación de precios de Uruguay con Argentina, lo que favorece el comercio local y el turismo.
“A pesar de la incertidumbre en torno al costo del financiamiento global y los precios de los commodities para Uruguay, las perspectivas económicas para el 2025 en Uruguay mejoran con respecto a lo que se podía esperar meses atrás, fundamentalmente por el impacto regional positivo, así como por mejores perspectivas climáticas”, comentó.
La clave para avanzar
La segunda lección aprendida, explicó, es la importancia de “mejorar la calidad del sector público, agilizar los trámites y, sin debilitar las normativas, hacerlas más eficientes para no ahuyentar a los inversores”. Además, ofrecer un trato de “calidad al emprendedor y al inversor por parte del sector público no solo es necesario, sino que a estas alturas se ha convertido en una obligación”. A su vez, destacó que, tras el rechazo a la papeleta blanca del PIT-CNT, que buscaba derogar el actual sistema de seguridad social, Uruguay “consolida su posición global como un país serio, donde se respetan las reglas de juego y los contratos, lo que brinda confianza al inversor”.
También enfatizó en que “es necesario invertir más en la atracción y capacitación de capital humano del sector público”, calificándolo como un aspecto “vital y necesario en Uruguay, donde el sector público es clave para el desarrollo”. “Debemos atraer a los mejores”, añadió.
Respecto a la tercera lección aprendida, y que “es la clave para avanzar”, se refirió al “empuje de la inversión privada con visión de largo plazo, con el apoyo necesario, pero sin las trabas que, muchas veces, sin quererlo, impone el Estado”.
Para Munyo, los factores comunes para el éxito muestran que, para que el sector privado pueda liderar el desarrollo —“único motor posible” — se requieren determinadas condiciones: “Acceso a mercados externos relevantes, con promoción proactiva; y tendencia y perspectivas de demanda futura sostenida”.
También es un requisito relevante “la capacidad productiva, que se traduce en la necesidad de recursos naturales y humanos suficientes y adecuados, con empresarios que interactúan en un entorno competitivo con estándares globales y con un ecosistema local integrado”.
Por último, destacó un aspecto clave: la rentabilidad. “Es necesario asegurar los incentivos tributarios adecuados para fomentar la inversión privada, con seguridad jurídica sostenida y alineada internacionalmente”, como forma de mostrar un país moderno que entiende las reglas de juego del mundo.
“Uruguay puede avanzar hacia el desarrollo; ya conoce el camino”, sintetizó el director de Ceres.