Uruguay “viola” acuerdos comerciales con el Mercosur al aumentar la tasa consular

“Impuesto al consumo” > importadores trasladarán el incremento a precios

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El aumento de la tasa consular implica una violación a los acuerdos del Mercosur, va contra las recomendaciones de la OMC y le quitan credibilidad al país, según los expertos en comercio internacional Ignacio Bartesaghi y Pablo Labandera. Aún así, descartan reclamos a la interna del bloque porque “existe un pacto de recíproca complacencia”.

Ricardo Delgado | @ricardo_dl

La tasa consular aumentó desde el pasado primero de enero de 2% a 3% para las importaciones provenientes de países del Mercosur, y de 2% a 5% para los países de extrazona. La excepción es México, que no debe pagar ese tributo gracias al acuerdo de libre comercio vigente.

Para Ignacio Bartesaghi, Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales y Director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, la primera consecuencia del aumento de la tasa consular será su traslado a los consumidores. A su entender, conllevará una suba en los precios de los bienes de consumo, como alimentos, textiles y vestimenta, que son “productos que ya abonamos de forma bastante costosa”. “La tasa no afecta a los insumos agropecuarios, los bienes de capital, no afecta a los exportadores que traen las cosas en régimen de admisión temporaria. Afecta al consumidor”, explicó. Es “un impuesto al consumo” ya que “es difícil pensar que el importador de estos bienes va a pagar tres puntos más de impuestos y no los va a trasladar”.

Una visión similar, aunque con algún matiz, mostró el experto en Política y Comercio Exterior, Pablo Labandera, que si bien coincidió respecto al impacto directo sobre los consumidores, también interpreta que habrá una incidencia directa en el sector exportador. “Salvo aquellos exportadores que trabajan y elaboran sus productos ingresando en régimen de admisión temporaria, quienes tienen que importar esos insumos primarios o intermedios ven mermada su competitividad cuando se tienen que enfrentar al incremento del arancel”, explicó. Respecto a los importadores, sostuvo que “inevitablemente van a trasladar los costos” y “el perjudicado final –como tantas veces- es el consumidor”.

Pésimo mensaje

Pero más allá de quien pague el tributo, ambos expertos evaluaron que hay un efecto negativo en la imagen internacional de Uruguay, ya que con el aumento de la tasa se “pierde credibilidad”.

Para Labandera hay dos efectos: uno a la interna del Mercosur y otro externo al bloque. “En el caso del Mercosur implica violentar de manera unilateral lo que tanto ha cuestionado Uruguay respecto a las decisiones de Argentina y Brasil, (…) porque se están violentando acuerdos que están establecidos”, señaló.

“Si estás violando un tratado, ¿Con qué justificativos vas a plantearle a tus socios la eliminación de otras barreras restrictivas?” | Ignacio Bartesaghi

Respecto al impacto con los países de extra Mercosur, estimó que “si bien es cuestionable que (la tasa consular) esté dentro de los aranceles consolidados de la Organización Mundial del Comercio (OMC), implica un pésimo mensaje comercial”.

Labandera señaló que este arancel solamente tiene una finalidad de recaudación: “Es impuesto puro y duro”.

Estimó que Uruguay “objetivamente se expone a un reclamo porque está incumpliendo de forma unilateral los acuerdos del Mercosur” mientras que en el caso de la OMC representa “un pésimo mensaje, pero no es un incumplimiento que lo lleve a la aplicación de los mecanismos de resolución de controversias”.

Sin embargo, descartó que en el Mercosur vaya a haber algún reclamo. “En el Mercosur existe un pacto de recíproca complacencia entre todos, un marco en el cual yo país perdono tus incumplimientos a cuenta de los incumplimientos que yo estoy haciendo y estoy programando que voy a hacer”, explicó.

Bartesaghi coincidió en que el aumento de la tasa consular implica “una violación de los tratados internacionales” y particularmente el tratado de Asunción que dio vida al Mercosur. “Es doble el ataque al Mercosur, ya que no solo aumenta, sino que se la cobrás a los socios comerciales pero no se la cobrás a México”.

“En el Mercosur existe un pacto de recíproca complacencia entre todos, un marco en el cual yo país perdono tus incumplimientos a cuenta de los incumplimientos que yo estoy haciendo” | Pablo Labandera

Asimismo, evaluó que con la resolución se le “da margen a los otros países de aplicar medidas similares” y se pierden argumentos al momento de reclamar. “Si estás violando un tratado, ¿Con que justificativos vas a plantearle a tus socios la eliminación de otras barreras restrictivas?”, opinó.

También indicó que “es difícil demostrar un incumplimiento en la normativa multilateral” de la OMC, pero de todas formas “es claro que se desconoce una resolución del organismo”. “En el caso del Mercosur, directamente es una violación. Si quisiera activar el sistema de resolución de controversias el laudo sería a favor del país que reclama, pero no se hace porque en el Mercosur todos los miembros lamentablemente tienen este tipo de medidas que distorsionan las normas”.

“Uruguay es un país que se jacta de respetar las reglas de juego, de no cambiarlas, acá se están cambiando”, agregó Bartesaghi, concluyendo que la decisión “parece un error a todas luces”.


Sin impacto en negociaciones con la UE

Ambos académicos descartaron que la decisión de elevar la tasa consular impacte en las negociaciones comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea. “En las economías pequeñas este tipo de medidas tienen distorsiones menores, porque somos muy chicos”, evaluó Bartesaghi, quien de todas formas analizó que “el antecedente es muy malo”. “Para un país que quiere abrirse como Uruguay y que quiere discutir otras cosas en el Mercosur, este es un tipo de medida que por supuesto que no van a ser aceptadas en esos nuevos acuerdos”, subrayó.

Por su parte, Labandera valoró que “no es un buen mensaje ni desde el punto de vista comercial, ni político”, pero sin embargo, estimó que la incidencia sobre la negociación global “es absolutamente residual”. “Sinceramente, más allá de que no es un buen ejemplo y que no es el ideal, no creo que tenga la potencialidad para trancar, frenar, frustrar o impedir que se cierre la negociación por una cuestión de estas. No tiene una trascendencia tan importante”, resumió.