Capurro: “Aspiramos a que el país tenga una burocracia estatal que no responda a un partido político, sino a la función pública”

EDICIÓN ESPECIAL 2018

Gabriel Capurro, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU)


El directivo de la gremial rural se mostró con pocas expectativas en cuanto a que el año entrante se implementen soluciones a los reclamos que el sector del agro solicita reiteradamente. La competitividad, en tanto, continúa siendo el mayor debe.

¿Cuáles son las expectativas que tiene el sector rural para 2019, sin perder de vista que es un año electoral y que todos los anuncios apuntan a una desaceleración de la economía?

Tenemos pocas exceptivas en cuanto a que haya medidas de fondo para el sector. Por el contrario, seguiremos tratando de plantear la realidad que vivimos y esperamos que durante la campaña política los distintos partidos políticos puedan tener presente las dificultades que atravesamos y las posibles soluciones para que el agro contribuya al desarrollo del país. Esto último es lo que, en definitiva, buscamos.

No obstante, tenemos presente que durante el año electoral los políticos están distraídos, y somos conscientes de que hay pocas posibilidades de que se realicen cosas. Normalmente, las medidas que hay que tomar implican costos políticos. En este sentido, hemos escuchado que los temas trascendentales –como la seguridad social o la adecuación fiscal, por ejemplo- quedarán para el próximo gobierno.

En ese contexto, ¿cuáles son los desafíos que tiene por delante el sector  y cuáles son los temas de preocupación?

Básicamente, tratar de poner los temas importantes del país en la agenda de los partidos políticos y que se aborden en forma rápida y se solucionen.

¿Qué le pediría al próximo gobierno?

Creemos que el país tiene problemas de competitividad importantes. En la medida en que se solucionen, el país crecerá y mejorará el nivel de vida de toda la población. Por lo tanto, preferiría que se atiendan los problemas de competitividad. El punto de partida debería ser el tipo de cambio, seguido por el gasto -que es excesivo-, y que se continúe por el déficit fiscal. Además, tenemos el tema de la seguridad social, que es una prioridad arreglarlo, porque cuanto más se demora, más traumáticas son las soluciones y menos margen de maniobra da. No hay que dejar de lado la inserción internacional, que debe mejorar.

Aspiramos a que el país tenga una burocracia estatal profesional bien entendida, que entre por la puerta y no por la ventana, que no responda al partido político sino a la función pública que debe realizar y que la haga de forma eficiente, y que eso no sea una promesa electoral que siempre se hace y nunca se cumple, porque ya lo hemos visto a lo largo del tiempo, en reiteradas oportunidades.