Andre Gailey: “El desafío es preparar al banco en su transformación y estar a la vanguardia en el desarrollo del mercado financiero uruguayo”

Andre Gailey, gerente general de banco Itaú Uruguay y CEO regional para Argentina, Paraguay y Uruguay


Por Oscar Cestau | @OCestau

Aunque estudió Derecho, fue el sector financiero el que atrapó su interés y donde desarrolla su actividad desde hace más de 20 años.

Pasó por todas las áreas del negocio bancario, primero en Unibanco, y luego de la fusión, en Itaú. Con una visión integral de la operativa, fue nombrado primero CEO de Itaú para Paraguay, y posteriormente sumó a esa conducción las operaciones de Argentina y Uruguay. Instalado en nuestro país, pretende transformar culturas y formas de trabajar dentro de la organización.

¿Cuáles son los planes del banco bajo su gestión? ¿Dónde está la competencia de la banca tradicional hoy? ¿Qué puede hacer el país para mejorar la competitividad? ¿Tiene impacto en la industria y en el negocio bancario la iniciativa del gobierno para desarrollar el mercado de valores?

Sobre estos temas, entre otros, el ejecutivo brindó su opinión, en una extensa charla con Empresas & Negocios.

AndreGailey nació en la ciudad de San Pablo, Brasil. “Crecí allá, soy un paulistano nato”, dice con cierto orgullo.

Su madre es profesora y su padre ingeniero eléctrico. “Trabajaba con la parte de telefonía. Por muchos años llevó a cabo la construcción de las centrales telefónicas en Brasil”, añadió sobre su progenitor.

Andre realizó sus estudios primarios en una escuela privada. “Era una escuela moderna, constructivista, enfocada en el desarrollo del pensamiento y del raciocinio.Mi madre era coordinadora técnica de ese centro y una referente en esa metodología, muy enfocada en el método constructivista de Jean Piaget, que fue uno de las fuertes tendencias de enseñanza en Brasil”, explicó.

La etapa universitaria la cursó en la Universidad de San Pablo, la más importante de Brasil. “Me fui a estudiar Derecho… En la duda entre estudiar economía y derecho, elegí la segunda opción, pero al final me fui a trabajar en economía. Por lo visto, la mezcla de las dos carreras era realmente el mundo ideal”, dice.

Cuando estaba en el tercer año de facultad surgió la chance de empezar a trabajar en un banco, como pasante. “Lo elegí porque fue el único lugar donde no entendí nada de lo que iba a hacer”, dice entre risas. Ese llamado era para desempeñarse en el área internacional de Unibanco.

Permaneció en el área jurídicapor 10 años. Fue a estudiar a la Universidad de Standford, Estados Unidos, donde realizó una maestría, luego pasó a desempeñar funciones en Nueva York, y retornó a Brasil.

En 2009, tras la fusión entre Itaú y Unibanco, fue invitado a ser parte del Banco mayorista de ITAÚ, el banco ITAÚ BBA.“Quedé en el banco ITAÚ BBA un año en el área jurídica, como responsable por el área de tesorería y operaciones internacionales y el banco mayorista, y a finales de 2020, Milton Maluhy, que es el actual CEO del banco, junto con su antecesor, Candido Bracher que al momento era el presidente del banco ITAÚ BBA, me invitaron para ser el director del área de Productos del banco, cambiando completamente de función. Yo ya tenía un MBA que estudié en Brasil, en Insper (una de las grandes escuelas de negocios de Brasil), pero fue como morir y renacer, porque necesitas cambiar por completo tu manera de ver el mundo, de pensar los negocios. Fue salir de un área de riesgos y pasar a un área de negocios; y así me quedé en el área de Productos por siete años. Después de muchos proyectos y de ser responsable por el área de Productos de toda la banca mayorista para el mundo, tuve la oportunidad de irme al área comercial y trabajar directamente en la atención a los clientes corporativos en Brasil. Y como director responsable por el corporate, tuve clientes en todo el país. Eso me dio la chance de visitar empresas de diversas dimensiones, de conocer sus historias, de saber sobre los diferentes rubros de la industria, de estar con los principales empresarios, con los principales ejecutivos, desde el norte, el nordeste, el centro y el sur de Brasil.Fue un proceso muy rico, que me dio la chance de aprender mucho más sobre crédito y desarrollar una visión más amplia del mercado como un todo”, relató sobre esta etapa laboral.

Posteriormente, fue invitado a ser el CEO de Itaú en Paraguay.“Fue un cambio gigante de vida.Había pasado por riesgos, por negocios, por la parte interna del banco, por toda la construcción de productos, estrategias, ventas y después por el área comercial; entonces era la chance de tener una visión de todo eso junto, integrado, desde la banca minorista, banca mayorista, tesorería, tecnología, operaciones… Para mí fue una tremenda oportunidad porque Itaú es muy relevante en Paraguay. Es un banco que tiene una importancia muy grande, tanto como banca minorista, como banca mayorista y como un gran negociador de los títulos del gobierno”, explicó.

Seis meses después de arribar a Paraguay tuvo que enfrentar la pandemia provocada por el covid-19, lo que le exigió acelerar los procesos de cambio y la transformación del banco, además de brindar el mayor apoyo a los clientes y a la sociedad durante esa crisis sanitaria.

Más acá en el tiempo, a finales de 2020, con el retiro de César Blaquier en Argentina y de HoracioVilaró en su momento en la operación de Uruguay, Gaileyfue invitado por el nuevo CEO del banco, quien había sido su jefe en el pasado, para asumir funciones como el CEO regional, responsable por Paraguay, Argentina y Uruguay, lo que fue aceptado por el ejecutivo.

“Elegí quedarme también con Uruguay por varios motivos.Primero, porque es un país hermoso para vivir; segundo, por la importancia del banco en Uruguay; y tercero, porque está cerca de Argentina y Paraguay, entonces era el mejor ubicado para ayudarme a conocer mejor toda la región. A su vez, como quedamos muchísimos años sin cambio de liderazgo en Uruguay, era la chance también de traer alguien de afuera, con una visión diferente a una institución que estaba muy consolidada con el liderazgo anterior.Entonces, era una forma de romper culturas y maneras de trabajar de la organización”, reflexionó sobre el proceso de arribo para dirigir la operación local de Itaú.

¿Cuáles son los desafíos que se marcó para su gestión al frente de Itaú en Uruguay?

Partimos de un punto muy bueno, y es que el banco tiene una excelente atención al cliente, procesos muy eficientes, muy buen nivel tecnológico, y niveles de satisfacción muy altos de parte de los usuarios. 

Es una operación rentable, diversificada, y entre minorista, mayorista y tesorería también un muy buen posicionamiento de marca. A esto se le suma una operación con un nivel muy alto de digitalización de transacciones, de nuevos clientes y de ventas por canales digitales.

Entonces la idea, la oportunidad, es construir sobre este punto de partida ya consolidado. 

¿Y cuáles son los cambios? El sector bancario está en un cambio profundo en el mundo, donde tenemos la presencia de nuevos jugadores, de las fintech y las BigTech que están entrando, de algunos jugadores de nicho que empezaron a aparecer en el mercado especializados en pagos, en operaciones específicas y claramente con un nivel de digitalización mucho más grande que el de la banca tradicional.

Mi gran desafío es preparar al banco para poder ser líder en esta transformación, y también estar a la vanguardia en el desarrollo del mercado financiero uruguayo. Este es mi gran objetivo, y para eso necesito claramente que el banco por dentro esté listo. Esto significa cambiar la cultura, y que esta sea cada vez más dinámica, más integrada, de trabajo en equipo, de desarrollo y mejoría constante, de una centralidad aún más grande en el cliente. Todo con la mirada puesta en la tecnología, y que esta no sea solo transformadora del negocio actual, sino también como un viabilizador de nuevos negocios, de nuevas formas de atención y de nuevas formas de estar con los clientes.

¿Qué opina de la cantidad de bancos que hay en el país? ¿Diez es un número adecuado o son muchos para el tamaño del mercado?

Uruguay tiene un gran desafío de escala y de costos. Claramente es necesario mantener la competencia, pero no deberíamos mirar solo los bancos actuales, sino también la nueva competencia que está entrando; necesitamos pensar en todas las financieras, en todos los nuevos negocios, las fintech que están empezando.

Creo que la respuesta del número adecuado de bancos va a depender de la cantidad de empresas financieras que el país pueda soportar en términos de escala.

Yo no lo sé decir hoy, porque es un mercado que está cambiando mucho y muy rápido.

Hablando de banca digital, antes el cliente hacía las gestiones en la sucursal, y ahora es el banco que llega al cliente a través de una aplicación al celular o a una computadora. Eso ocurre con todos los bancos, en realidad, y ha llevado al cierre de sucursales. En el caso de Itaú, ¿ya se alcanzó la estructura de locales proyectada?

La estructura del banco es determinada también por el cliente. Los cambios en el número de sucursales es en respuesta a la nueva forma de relacionamiento de los clientes con el banco.

Personalmente veo un gran valor en la atención humana, en la presencia física y creo que el número de sucursales que tenemos hoy es bastante eficiente, y cada vez más se comportan más como centros de negocios y menos como centros de transacciones. En nuestro caso, vamos a mantener su importancia para el cliente final.

Creo que el futuro está más centrado en cómo hacer crecer al banco en términos digitales, en cantidad de clientes, y coordinar cada vez mejor una atención que varía desde el 100% digital a algo que es intermedio, que es la atención remota, pero sigue siendo humana, a la atención física propiamente dicha.

Yo creo que hay un cambio del tipo de atención para más negocios, para más cercanía, para los momentos más importantes de la vida de las personas y que vamos a seguir necesitando de los espacios de las sucursales para que esto pase.

Pero va a depender mucho de cuál vaya a ser la demanda de los clientes al futuro. Estamos mirando mucho más la satisfacción del cliente que la eficiencia en sí.

¿Cuáles son las líneas más dinámicas hoy en el negocio del banco?

El desafío más grande está pasando en la banca minorista y enfocado muchísimo en los cambios de los medios de pagos y de las cuentas.

Cada vez más hay distintas opciones de tipo de cuentas, con diferentes beneficios y diferentes tipos de pagos disponibles en el mercado. Creemos que esto solo va crecer con el tiempo, y que el banco tendrá la necesidad de estar listo para ofrecer diferentes opciones a los clientes. 

En el mercado local hay una lucha importante a nivel de tarjetas de crédito. ¿Cómo se posiciona Itaú y qué ideas tiene para seguir creciendo en ese mercado?

Hay un solo camino: ofrecer siempre más y lo mejor para el cliente. Creemos que la posición de Itaú es una consecuencia de ofrecer una atención diferenciada, muy buena experiencia por los canales digitales, buena información y un conjunto de beneficios diferenciados.

El enfoque siempre será cómo generar el máximo de valor posible para nuestros clientes.

Itaú ha forjado una fuerte presencia en el agro. ¿Cómo está en ese segmento? ¿Está conforme con la cuota de mercado oapunta a más?

¡Apuntamos a más! Tenemos una presencia muy fuerte en agricultura, también en ganadería, pero creemos que podemos ser aún más fuertes en el Interior y muy importantes para el pequeño y mediano productor y el pequeño y mediano ganadero. 

Queremos ampliar la presencia del banco allí y, al mismo tiempo, tener más productos y más opciones para este público específico, que es parte importante de la economía del Uruguay.

¿Cómo evalúa el banco la herramienta SiGa Emergencia y la medida de diferir pagos por un tiempo determinado sin afectar la categoría crediticia de las empresas?

Fue muy importante. Percibimos que los programas fueron bien hechos y resultaron muy importantes para los clientes y para el banco.

Dado la situación de la pandemia fue necesario ajustar el flujo de caja de los clientes a la nueva realidad, y para esto la banca, dada la excepcionalidad de la situación, tenía la responsabilidad de ayudar a los clientes a enfrentar esta situación específica.

Con eso los ayudamos a mantener sus negocios y sus actividades durante un momento de cierre temporal de la movilidad y, al mismo tiempo, por parte de la banca fortalecemos la relación y minimizamos las potenciales pérdidas a futuro.

¿Qué pasa con el crédito al consumo?  

A partir del segundo semestre empezamos a percibir no solo un repunte de la actividad en general, volviendo a los niveles de transaccionalidad que existían antes de la pandemia, con un repunte de la demanda por crédito por parte de las personas físicas y jurídicas.

Por parte de las personas físicas percibimos un interés en volver a invertir en compras de autos, de viviendas y en tomar crédito para el consumo.

Creemos que el crédito va a crecer en el segundo semestre, en especial en estos dos últimos meses, con más actividad del turismo, más movilidad y más entretenimiento. Ojalá siga de esta forma para 2022. 

¿En qué niveles está la morosidad?

Bastante bajo control; en el mismo nivel histórico.

La participación del crédito al sector privado del sistema bancario en relación al PBI es de las más bajas en la región (24% a 26%), y se mantiene allí desde hace años. ¿Qué explicación tiene?¿Inciden otras fuentes de financiamiento como emisiones de deuda privada, fideicomisos, mayor participación de las AFAP en sus colocaciones al sector privado, avance de las fintech…?

El volumen de crédito, en general, de la economía está directamente relacionado al nivel de inversión de las empresas. 

Hay una parte del crédito que está relacionado al giro de las compañías, a su necesidad operativa, pero es el crecimiento de la economía lo que hace que la necesidad operativa se incremente y que sean necesarias nuevas inversiones. Y estas nuevas inversiones, a su vez, generan una demanda muy importante por el crédito.

Sabemos que dado el nivel de captación y de ahorro que hay en Uruguay, que tenemos crédito más que disponible, sea en términos de disponibilidad financiera, sea en términos de costos, de plazos y condiciones. La cuestión no es de oferta, sino que es una cuestión de demanda. Creo que tiene mucha correlación con un nivel de desarrollo y de crecimiento de la economía que se puede acelerar a futuro, y cuanto más se acelere el crecimiento, más importante será el crédito para apoyar, precisamente, este crecimiento.

El punto principal es cómo hacer que Uruguay crezca más y más rápido, y que con esto se incremente la demanda por el crédito.

Finalmente, hay diferentes formas de créditos, mecanismos, que pueden ser a través de la banca, del mercado de capitales, de operaciones offshore; todo eso sería la manera de atender esta demanda potencial, pero el punto sigue siendo generar la demanda a través del crecimiento.

Dicho crédito al sector privado se divide casi en partes iguales: 50% en pesos y 50% en dólares. Pero el crédito en pesos se dirige principalmente a las familias. A las empresas la mayor proporción es en dólares y en mucho menor medida en UI. ¿La pesificación del crédito a mayores plazos requiere de avances en la estabilización de precios?

Las personas físicas que toman pesos generalmente lo hacen a corto plazo, por tanto, la cuestión de la inflación es menos relevante. Las personas jurídicas generalmente toman en UI o en dólares y, por tanto, a plazos más largos, pero sin riesgos inflacionarios.

Para que el crédito a las personas jurídicas sea en tasa fija es fundamental un anclaje de la expectativa de inflación a largo plazo y de una política monetaria de tasa de interés muy consistente en el tiempo en relación a esto para que genere la seguridad para el tomador de crédito en tasas fijas. Creemos que sería una evolución natural del mercado uruguayo con el tiempo, junto con el crecimiento y un control más grande de la inflación a nivel país. 

A tales efectos, ¿ayudaría una nueva baja de los encajes a los depósitos a plazo en pesos?

Los encajes tienen una relación directa con la cantidad de moneda disponible en la economía y como una forma indirecta de control de liquidez. El punto de la inflación no está relacionado a esto y sí mucho másrelacionado al nivel de dolarización, de precios de la economía, incluso de una indexación –que existe muy fuerte en la economía uruguaya- a la inflación pasada, que genera un ciclo constante de reajuste de los precios, por inercia, dentro de la economía.

El gobierno impulsa el desarrollo del mercado de valores. ¿Esto puede impactar en la industria y en el negocio bancario?

Creo que va a impactar de manera positiva. Necesitamos siempre mirar desde la perspectiva de nuestros clientes. Para que el cliente pueda hacer cada vez más inversiones productivas es importante que pueda tener acceso a distintas formas de fondeo. La banca tiene la vocación de un fondeo de plazo más corto y quien tiene la vocación de fondeo de más largo plazo es el mercado de capitales. Cuando se unen estos dos factores se mejora la calidad del crédito, se mejora el apetito de la banca y reduce riesgo, al mismo tiempo que le posibilita al cliente crecer en sus inversiones, tener acceso a distintos costos y distintos plazos, y manejar su riesgo de liquidez de mejor manera.

Esto, al final, es bueno para todos. Para el cliente que puede acceder a costos mejores e invertir más, para la banca que tiene menor riesgo y puede ofrecer servicios de mercados de capitales y para el país porque se desarrollan diferentes mecanismos de apoyo al crecimiento económico.

¿Qué deberes debe hacer Uruguay para mejorar la competitividad?

Hay dos puntos importantes que veo de oportunidades de mejorías más estructurales. Lo primero es pensar cómo crear más competencia interna a través de menos restricciones a importaciones, a bienes de afuera. Cuanto más proveedores se puedan tener, o vendedores de los bienes de servicio, habrá más competencia; y esta ayuda a bajar los precios de manera importante.

En segundo lugar, la flexibilidad laboral. Uno necesita poder crecer, poder cambiar las diferentes estructuras y hacer que la economía sea más dinámica a través de una mayor flexibilidad de cambio y más facilidad de inversión. Esto depende de tener más riesgos y más retorno de la fuerza laboral como un todo.

Finalmente, ver si hay distorsiones en términos de costos fiscales, impositivos en relación a eso. Uruguay posee muy buena calidad de mano de obra, muy buen nivel de educación, muy buena infraestructura, tiene la calidad de ser un gran prestador de servicios, entonces con un poco más de flexibilidad para generar más competencia con el mercado externo, más flexibilidad para la reubicación de la fuerza laboral a las nuevas actividades, a las nuevas oportunidades. Si a esto se le agrega una visión de competitividad a nivel fiscal, creo que todo, en conjunto, podría ayudar a dinamizar mucho más la economía de Uruguay y hacer que sea cada vez más competitiva en términos de costos de vida y costos laborales, y así atraer mucha más inversión extranjera al país.

El gobierno tiene como meta un crecimiento de la economía del 3,5% del PIB. ¿Qué pasa si no se llega a esa meta?

Veo al gobierno en muy buena dirección. Hay intenciones importantes de crecer en inversión pública, sobre todo en obras; y continúan las inversiones privadas, en especial las vinculadas a la celulosa. Vemos muchas empresas extranjeras que vienen a Uruguay para tener su base de negocios acá. A eso se le suma un mercado de turismo y servicios que debe repuntar con la apertura de la economía al exterior y una pandemia que está bajo control.

Hay un ciclo de commodities que es muy positivo, que está a un buen nivel de precios y que favorece el carácter exportador de la economía uruguaya y, además, una muy buena percepción de la estabilidad de las políticas y del apoyo del gobierno.

Esto genera un ambiente muy favorable, y si bien depende de lo que va a pasar con el mundo, vemos a Uruguay muy bien posicionado para buscar un buen crecimiento cuando miramos para adelante.

¿Cómo califica al Banco Central (BCU)? ¿Su normativa es la apropiada o requiere de alguna flexibilización?

El BCU tiene el gran desafío del control de la inflación, del manejo dela tasa de cambio y de la modernización del mercado bancario. Al mismo tiempo, necesita enfrentar las reglas que fueron creadas pensando en una banca tradicional y poscrisis del 2002, y no necesariamente enfocadas en la nueva dinámica del actual mercado financiero, con todas las fintech, con mucha más apertura y un tipo de servicios de competencia diferente. Junto con la banca, que también tiene el reto de la modernización, el BCU tiene un desafío de flexibilización y modernización de las reglas mirando hacia adelante, en particular, enfocándose en las asimetrías entre la banca tradicional y los nuevos jugadores, que son las fintech.

¿Cómo ve la regulación de Uruguay contra el lavado de activos?

Todo lo que conozco de la regulación se ve muy bien a nivel internacional. Hay una constante evolución de la regulación, pero Uruguay está muy bien ubicado a nivel internacional.

¿El tema de las criptomonedasestá en la agenda de matriz de Itaú?

Itaú estudia las criptomonedas todo el tiempo. Creemos que serán parte del futuro, pero ¿cuál será el tipo de criptomoneda? ¿Cómo crear un ambiente para inversión con seguridad? ¿Cómo participar de algo que sea formal y aceptado por los reguladores? Son todas preguntas que aún nadie puede responder. En cuanto a medio de reserva de valor, algunas criptomonedas tienen lastre y otras no, entonces hay niveles de riesgo muy distintos entre ellas. En relación a medios de pago, hay una asimetría muy importante entre todas las reglas de pago y tipos de cambio y un activo que puede ser usado sin restricciones. Creo que hoy las crypto son mucho más un desafío para el BCU y los gobiernos por generar una asimetría muy grande entre el mercado formal y los mercados informales. Los bancos, como entidades reguladas, necesitan esperar la evolución y la decisión de cómo encarar esta nueva realidad por parte de nuestros reguladores.

De nuestra parte, lo vemos como un punto para evolucionar y de constante aprendizaje.

¿Estamos lejos de considerar la evaluación ambiental y social de los proyectos a la hora de otorgar un crédito?

¡Al contrario! Estamos en línea con los mejores del mundo. Somos suscriptores de pactos de evaluación ambiental y social. Hacemos los análisis previos a la concesión de los créditos y no solo no concedemos el crédito a los que no atienden a los niveles ideales, sino que preferimos los proyectos que generan impactos positivos ambientales y sociales. Creo que es una tendencia mundial que va a crecer e intensificarse en el mercado bancario uruguayo.


Más educación financiera y mejores opciones de inversión

Itaúse ha registrado en Uruguay como distribuidor de fondos de inversión del exterior en régimen de oferta pública ante el Banco Central del Uruguay (BCU). A su vez, inscribió once fondos de la firma Franklin Templeton para ofrecerlos a inversores uruguayos. ¿Cuál es el objetivo?

Vemos una gran oportunidad de crear una cultura de inversión en Uruguay. Aún se habla poco de inversión con los clientes; el público, en general, tiene un nivel de conocimiento sobre las opciones de inversión bastante limitado. La idea es el banco pueda ofrecer más educación financiera a los clientes con mejores opciones de inversión.

Para hacerlo es necesario que los instrumentos de inversión sean públicos. De esta forma, se puede hablar abiertamente sobre ellos por los diferentes canales y, en especial, para hacer un esfuerzo de educación y oferta a los clientes en general. Vemos esto como una innovación del banco, pero que mira el desarrollo de una cultura de inversiones en el mercado uruguayo con una diversificación muy grande de las opciones disponibles en beneficio de los clientes.


Estabilidad política y económica

Las perspectivas de Argentina y Brasil son de incertidumbre. ¿Cómo impacta eso a nivel local?

Uruguay tiene el desafío de estar con vecinos con alta volatilidad en sus monedas, en sus tasas de interés, en sus inflaciones e incluso en su relacionamiento político a largo plazo. Toda esta volatilidad claramente genera un reto para que el país pueda saber, en especial, en términos de sus tasas de cambio, cómo quedará su competitividad con los vecinos al futuro.

La parte buena es que Uruguay tiene mucha estabilidad institucional en materia política y económica. Además, tiene una situación de deuda que no debería crecer pero que se mantiene en niveles estables; y goza de una economía muy exportadora, que depende poco de sus vecinos, de forma que la volatilidad externa genera una presión que es más puntual relacionada al turismo y al comercio interno.

Vemos un impacto limitado de la volatilidad de los dos países vecinos en relación a Uruguay, pero que son puntos de atención importantes a monitorear, en especial, a lo largo del próximo año.


Sin posición política

¿El banco apoya a algún partido político específico?

El banco no tiene posición sobre personas o sobre partidos. La postura que el banco tiene son sobre políticas que van en el sentido de lo que se considera debe hacerse en materia de control ambiental, de desarrollo económico, de control de la inflación y de gestión fiscal. Tenemos opiniones sobre puntos de políticas públicas. Hay candidatos que coinciden y otros que no. El objetivo del banco es tener una opinión formada sobre temas que consideramos clave para el desarrollo de los distintos países, pero sin tomar partido por algún candidato o partido político.


Señas de identidad

Andre Gailey tiene 43 años, está casado y tiene una hija de 14 años y un hijo de 12.

Entre sus hobbies, los deportes están en primer lugar. “Me encanta la bici, el tenis y la lucha-el jiujitsu brasileño y el judo-. Es cinturón negro de ambas disciplinas de artes marciales. Otra de sus pasiones está vinculada al mundo de los vinos.

“Soy de los pocos brasileños que no saben nada de fútbol, ni tampoco soy hincha de ningún equipo. Cero fútbol, pero a mi familia sí le gusta”, acota al ser consultado si es “torcedor” de alguna escuadra.

¿Una comida?

Un buen ojo de bife

¿Una bebida?

El vino

¿Qué estilo de música le gusta?

Pop y rock.

¿Tiene algún precepto empresarial?

Creo que la fuerza está en el equipo, y que cuando hacemos las cosas enconjunto encontramos el camino.

 ¿Quién le dio las mayores lecciones o enseñanzas de vida que recuerde?

Aprendí mucho dentro del banco con mis jefes, sobre todo, cómo enfrentar los problemas. Un buen ejemplo para mí es el CEO actual del banco, Milton Maluhy, una referencia de ética personal y profesional. Es una persona que se esfuerza, que cree y no tiene miedo de buscar el futuro. Es el gran ejemplo de mi vida profesional.

En mi vida personal quien más me influenció fue mi madre, alguien que siempre buscó pensar distinto, hacer las preguntas que nadie hace, y con una inquietud y unas ganas de aprender, que es algo que me mueve hasta el día de hoy.

¿A qué personaje histórico le hubiera gustado conocer y tener la posibilidad de conversar con él?

A Churchill.

¿Su lugar en el mundo?

“José Ignacio. Lo que más me encanta es mirar la playa del lugar abrazado con mi esposa tomando un buen vino y pensando en las próximas vacaciones”, dice entre risas.

¿Qué características lo definen?

Soy un soñador, me encanta la idea de que podemos hacer un mundo mejor. Soy extremadamente comprometido, lo que creo lo vivo al 200%, con mucha intensidad. Y soy respetuoso. Considero que si no hay respeto entre las relaciones, entre las personas, no hay como tener lo más importante, que es el intercambio de opiniones y de sentimientos. El respeto es la base de todo para mí.