Científicos encuentran primera evidencia que asocia el consumo de almendras con la resistencia de la piel al sol

Los científicos descubren cada vez más cómo la dieta puede beneficiar la apariencia de la piel, confirmando así el viejo proverbio de «somos lo que comemos».

Al ser el órgano más grande del cuerpo, la piel es la primera y última línea de defensa contra el mundo exterior.

Las elecciones alimentarias pueden influir en la protección intrínseca que brinda la piel contra el daño a la exposición solar. Un nuevo estudio publicado en enero de 2021 en el “Journal of Cosmetic Dermatology”, denominado: “Consumo de almendras incrementó la resistencia contra rayos UVB en mujeres asiáticas saludables”, encontró la primera evidencia clínica que indica que consumir almendras puede ayudar a la resistencia de la piel contra las quemaduras solares.

Los investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) estudiaron si el consumo diario de almendras podría aumentar la resistencia a la luz UVB (la principal fuente de daño dermatológico por exposición solar) y mejorar la textura de la piel.

Inscribieron a 29 mujeres (de entre 18 y 45 años) con tipos de piel identificadas como: «se quema y no se broncea fácilmente», hasta: «se quema un poco y se broncea fácilmente», técnicamente clasificadas como tipos de piel II, III o IV en la escala de Fitzpatrick (estándar internacional que categoriza los distintos tipos de piel de las personas).

Se asignó a las mujeres aleatoriamente dos grupos por un periodo de 12 semanas. El grupo 1 ingirió 42 gramos de almendras por día, que aportan 246 calorías, durante 12 semanas.

El grupo 2, por su parte, comió 51 gramos de pretzels de harina por día, que aportan 200 calorías, durante 12 semanas.

Los investigadores midieron la respuesta dermatológica de cada participante a los rayos UVB, el tipo de rayos que causan quemaduras solares, al inicio y al final del estudio mediante la cuantificación de la dosis de eritema mínima (DEM) individual.

La eritema mínima es la dosis más baja de luz UVB necesaria para causar un ligero enrojecimiento en la piel en un lugar específico del cuerpo. En este caso, se eligió la parte interior del brazo porque tiene poca exposición a la luz solar.

El enrojecimiento es el primer indicador de fotodaño dérmico, por lo que una mayor DEM indica mejor protección y resistencia al daño UVB.

Al inicio del estudio no hubo diferencias en la DEM entre los grupos, Pero después de la intervención de 12 semanas, hubo un aumento tanto en DEM (-20%) como en tiempo de exposición necesario para alcanzar enrojecimiento mínimo en mujeres del grupo que comió almendras en comparación con el grupo que comió pretzels.

El estudio concluyó entonces que: Comer almendras puede ser una forma de ayudar a la piel desde adentro, junto a otras prácticas conocidas, como usar protector solar para proteger la piel contra los rayos UVB.

Como pasa con todos los estudios, hubo algunas limitantes que habrá que tomar en cuenta: una población más pequeña que la planeada debido a la exclusión de las participantes que eran resistentes a la luz UVB a una dosis y tiempo de exposición específicos. Este estudio no investigó el efecto de la exposición a la luz solar en general ni exposición a luz UVA (tiene mayor longitud de onda y está más asociado con el cáncer de piel).

Los hallazgos se limitan a protección contra radiación UVB (rayos con menor longitud de onda están asociados con quemaduras en la piel).

Este estudio también se enfocó en una población más joven. Se necesitan más investigaciones para conocer los efectos que tiene el consumo de almendras en personas de más edad con piel con fotoenvejecimiento de moderado a severo y para otros tipos de piel en la escala Fitzpatrick.


Nutrientes benéficos para la piel que se pueden encontrar en un saludable puñado de almendras (23 unidades)

• 50% de la ingesta diaria recomendada (IDR) de Vitamina E: un antioxidante que puede ayudar a proteger las células contra los efectos dañinos de los radicales libres por contaminación, rayos UV, humo de cigarro y otros factores ambientales e intrínsecos.

• 32% de la IDR de Cobre: desempeña un papel importante en la pigmentación de la piel y el pelo.

• 25% de la IDR de Riboflavina y 6% de la IDR de Niacina: dos vitaminas B que contribuyen con el mantenimiento de piel normal.

• 8% de la IDR de Zinc: contribuye con la integridad de una piel saludable.

• 3.5g Ácido linoleico: un ácido graso esencial que ayuda a prevenir la resequedad de la piel.