¿Cómo visualiza el impacto de un TLC con China para el sector? ¿Han tenido contacto con las autoridades al respecto?Si. Lo mejor que nos puede pasar es que Uruguay acceda a tratados de libre comercio con muchos países, con todos los que sea posible.Desde el 2017, la industria frigorífica, que es parte de la junta del Instituto Nacional de Carne (INAC), participa de una comisión multidisciplinaria donde estamos integrados el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Ganadería, el INAC y las cámaras frigoríficas, en la que se analizan y evalúan las estrategias y los mercados. China, por supuesto, es uno de los países que encabezaba la lista de países donde, a nuestro juicio, hay que celebrar tratados de libre comercio. China tiene un arancel del 12% para la carne vacuna y del 25% para las menudencias. No es de los más altos del mundo, pero es relevante dado los volúmenes que vendemos nosotros a ese país. El año pasado la carne uruguaya y las menudencias pagaron a las aduanas chinas US$ 107 millones en aranceles.Si se piensa que Uruguay faenó dos millones de cabeza de ganado, entonces esos US$ 107 millones representan un poco más de US$ 50 por cabeza. El objetivo de la industria frigorífica es mejorar el acceso a los diferentes mercados y en este caso estamos hablando de China porque está probado que todo lo que se mejora en materia de precios o de acceso a los mercados compradores llega al productor rural. Es una cadena que está íntimamente relacionada y funciona en forma muy aceitada; tanto es así que todos los análisis que se han hecho demuestran que el precio de venta de exportación es una línea paralela al precio de la hacienda.Entonces, eso nos permite probar y comprobar que todo lo que se mejora de afuera llega al criador, al recriador y al invernador.Por supuesto también llega a nuestros trabajadores, que tienen más trabajo, y también a los frigoríficos, que ganan más eficiencia en la medida que producen más.Lo de China es trascendente, pero nosotros, en este grupo que se llama Procarnes, hemos impulsado el TLC con la Unión Europea y el tratado de libre comercio con el EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio, por sus siglas en inglés). A su vez, hemos impulsado también que Uruguay sea parte del Acuerdo Transpacífico. Y da la impresión que ahora se podría llegar a transitar ese camino. Pensamos que lo de China es el primer paso en la dirección de abrirnos al mundo.Siempre hemos sentido que el Mercosur es un problema muy serio para Uruguay porque el tamaño de nuestro mercado interno no nos permite ser verdaderamente competitivos y eficientes. Para lograr esto tenemos que colocar en el resto del mundo todo lo que es excedente, que en el caso de Uruguay es mucho más que lo que se consume adentro. Esa circunstancia no se dio durante 30 años porque estábamos atados a un Mercosur que en sus políticas de sustitución de importación, en sus políticas ideológicas, de proteccionismo, y de control de mercado, a veces Brasil, a veces Argentina determinaron que no haya una verdadera evolución de la economía.Hoy estamos encontrando que Brasil está transitando un camino de apertura, Uruguay, por suerte, está liderando desde el punto de vista intelectual este movimiento. Tenemos que ir para adelante y tomar este comienzo con China como el primer paso. No se puede olvidar nunca que lo que nos obliga a hacer esto son nuestros principales competidores, que han apostado a la excelencia, como Australia y Nueva Zelanda, que tienen, entre los dos, más de 50 tratados de libre comercio; prácticamente nivel de arancel 0% para la venta de todos los productos agropecuarios. ¿De cuánto se espera que sea la faena en 2021 y cuáles son las perspectivas para los próximos años?Asumiendo que los temas logísticos se solucionen vamos a superar los dos millones, trescientas mil cabezas, que sería el nivel más alto en los últimos cinco o seis años.“Siempre hemos sentido que el Mercosur es un problema muy serio para Uruguay”.