Siguiendo el perfil que lo ha destacado durante el actual periodo legislativo, el senador Sebastián da Silva tiene claro que en la próxima campaña como dirigente político oficialista espera encabezar “la resistencia a la cancelación que va a intentar hacer el Frente Amplio (FA)”. El representante por el Partido Nacional (PN) se detuvo en las distintas etapas del gobierno y analizó, en entrevista con CRÓNICAS, el papel de la oposición. Por otra parte, brindó detalles de la situación que enfrenta el campo uruguayo, sector que, según expresó, ocupa desde un principio su “hoja de ruta”.
-Se ha convertido en una de las caras más visibles del oficialismo en el parlamento, ¿a qué atribuye el hecho de estar ocupando ese rol?
-Es uno y las circunstancias. Cuando asumí en el senado en mi hoja de ruta siempre estaba la defensa del campo, de la gente de campo, poner en la agenda la ruralidad. Después las circunstancias nos fueron enfrentando a una oposición muy rastrera, frente a la que hay que poner la cara, enfrentarla, no dejar que avance su narrativa; es un rol que algunos que no le tenemos miedo a la cancelación lo debemos hacer.
-Hace unos días dijo para radio Montecarlo «estamos un poquito cansados de atajar penales todos los días». ¿El caso Marset y todas las derivaciones fue el penal más difícil que tuvo que atajar este gobierno?
-No, no. Este gobierno tuvo momentos reales de complicaciones, la pandemia y la sequía para definirlo gráficamente, que fueron momentos muchos más delicados. Es mucho más difícil enfrentar una crisis sanitaria en la incertidumbre que remover ministros.
-¿Qué le pareció la movilización que organizó el PIT-CNT al respecto?
-Es una forma de justificar las prebendas de los sindicalistas. El tema de salario real no lo pueden discutir, el tema de la creación de empleos no lo pueden discutir, tampoco la inversión social la pueden discutir, entonces la forma que tienen de justificar sus prebendas es movilizándose; aunque por lo visto ya ni los afiliados les creen, porque fueron muy poquitos.
-Desde la oposición se señala la posibilidad de que en el fondo se pueda encontrar el vínculo del narcotráfico con la política. ¿Hay que tomar medidas para acortar las posibilidades de que esto pase?
-El vínculo del narcotráfico con la política siempre es un peligro, menos con este gobierno; lo acusan de estar vinculado, pero paradójicamente es el que más éxito ha tenido en el combate al narco. Si hay alguien que no nos va a votar van a ser los narcotraficantes, los hemos combatido en el microtráfico y en el macrotráfico como nadie en el Uruguay.
-¿Qué opina de la ley de financiamiento de partidos políticos en discusión? ¿Cree importante que pueda ser aprobada antes de las próximas elecciones?
-Es una ley en donde los políticos pretenden pasarle a empresas privadas gran parte de los costos de su campaña; ahí es donde tengo la mayor discrepancia. Además, no es enfática en analizar los vínculos de los aportantes. Hoy Uruguay tiene una ley de financiamiento de los partidos políticos, estamos muy regulados; los contadores de cada agrupación cada vez que presentan los balances se queman las pestañas. Ahora hay un nuevo intento de trasladarle al canal de cable de Mariscala el costo de la política, cuando nada tiene que ver el periodista que está trabajando ahí, que puede ver disminuido su sueldo, porque la pauta la ocupa un candidato político.
-¿Cómo observa los movimientos que se vienen dando hasta el momento en la interna blanca?
-El partido tiene un equipo probado para las malas y es una garantía de que no va a despilfarrar en las buenas, esa es nuestra mejor carta de presentación sea cual sea el candidato. Somos ejemplo en el mundo, salimos airosos de lo peor que nos podía pasar y ese equipo va a estar puesto a consideración de la opinión pública en la próxima elección. En oposición de eso, el FA cada día más es parte de una izquierda que deambula entre la cuarentena obligatoria y la renta básica universal; esos fueron sus aportes en este periodo, entonces a la hora de enfrentarlos nos tenemos mucha fe.
-¿Cómo definiría el momento actual del FA?
-El FA actual es una sumatoria de hechos que entrarán en la historia por lo lamentables. Todos los dirigentes frentistas, con la sed de poder que tienen, han promovido acciones desde el 13 de marzo de 2020 que vamos a recordarlas en la próxima elección. Tienen que hacerse cargo de lo que hubiera sido el Uruguay si se hubiese seguido parte de su voluntad. Lo más claro es la promoción de la renta básica universal; si se les hubiera hecho caso, Uruguay hoy estaría con la misma inflación que Argentina, y eso no se dice. Hay que preguntarse qué hubiera pasado en el Uruguay si nosotros no hubiésemos hecho todo para ganar el referéndum de la LUC. En esa campaña quedan de manifiesto por lo menos 20 o 30 mentiras que son recordables para la gente. Es a través de la mentira que han querido imponer un estado de mal humor en la población.
-Toda estas sumas de hechos que han sucedido, ¿cree que le ponen las cosas muy cuesta arriba de cara a la próxima campaña?
-Dado lo que hoy puede estar pesando en la militancia, es nuestro deber como dirigentes salir a encabezar la resistencia a la cancelación que va a intentar hacer el FA. Todos los años el PN reivindica a Aparicio Saravia y su entrega por la libertad, y nosotros hoy, en pleno siglo XXI, tenemos el deber de seguir esa mística contra la mentira. Si cantamos hasta sucumbir a los cuatro vientos, rememorando hechos históricos, en esta elección es hora de poner a prueba esa capacidad. Yo espero encabezar la resistencia.
-Queda un año de gobierno. ¿Qué falta por hacer?
-Falta concluir todos los temas que se iniciaron; la población va a ver a partir del mes de enero de forma tangible la acción de gobierno con obras, bien ejecutadas, con altísima sensibilidad social. Son cosas que hablan de una visión descentralizadora, que cuida la plata de la gente, una visión absolutamente pensando en las personas, no en los colectivos. El puente del Paso del Gordo que une Cerro Largo con Durazno, por ejemplo, era un puente de madera que tenía como 100 años, donde la gente quedaba absolutamente aislada. Este gobierno prometió y lo va a inaugurar, probablemente beneficie a 60 familias, las cuales consideramos que son iguales de uruguayas e importantes que algunas que viven en un complejo de viviendas en Colón. Antes no estaban en el mapa, este gobierno sí las consideró.
-Ha habido muchos cambios de ministros, ¿eso debilita el desarrollo de la gestiones en las distintas carteras?
-No, por el contrario, atornillar a ministros por caprichos o vanidades de poder es uno de los peores virus de la democracia; moverlos habla bien del sistema. Considero que hubo un recambio grande en el gabinete y el Uruguay sigue caminando para adelante.
Manini y la polémica en la fundación de Cabildo Abierto
-Recientemente en un libro publicado por Fernando Amado, Manini Rios admitió que participó en la fundación de Cabildo Abierto en 2018, cuando aún era comandante del ejército. ¿Qué opinión le merece eso?
-La constitución prohíbe actividad política pública tanto a militares como a directores de empresas públicas y en todos los partidos han habido directores de empresas públicas que en el ejercicio de su función también pensaban en política y planifican cosas. Hay miles de ejemplos… Raúl Sendic, siendo presidente de Ancap, no resolvió abrir la su agrupación de un día para el otro. Mientras no sea público no está vedado por la constitución, me parece que es un tema menor. El sentido común indica que nadie organiza un partido político en 24 horas.
El campo y años que “han sido una montaña rusa”
-Es conocido su vínculo con el campo. ¿Cómo analiza la situación actual de este sector?
-El campo está pasando la post sequía, estos años han sido una montaña rusa. Tuvimos momentos excepcionales, y después, de un día para el otro todo se vio en contra: baja de precios, baja del dólar y la sequía más importante de los últimos 90 años. A nivel agropecuario hay un consenso de que el sector es importante para el gobierno, que siempre están los temas productivos en la Torre Ejecutiva. Actualmente estamos a la espera de recomenzar la liquidez del sector agropecuario con las cosechas de trigo y de cebada; también a la espera de una siembra grande de soja. Por otra parte, debe decirse que las consecuencias de la sequía van a durar por lo menos tres años más. El productor tiene en su planilla de costos el de la deuda que lo va a acompañar, por lo menos, tres años más.
-¿Que le deja el reciente conflicto del combustible?
-Me deja la desazón de tener que postergar el tema en aras de evitar un mal mayor. En estos momentos no se puede permitir que la campaña se paralice, hay una visión claramente ruralista, estamos con las cosechadoras en las chacras y cualquier tipo de conflicto iba a generar males mayores. Los gobiernos se recuerdan por lo que hacen y por lo que evitan, en este caso fuimos por la parte de evitar un mal mayor.