José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España, y Alberto Charro, presidente de la Cámara Española de Comercio de Uruguay
La relación entre España y Uruguay es profunda y se manifiesta con claridad en los estrechos vínculos sociales y culturales que los unen. Así lo entienden José Luis Bonet y Alberto Charro, representantes de la Cámara Española de Comercio, quienes, en entrevista con CRÓNICAS, destacaron la solidez institucional de Uruguay y su tradición democrática. Asimismo, subrayaron la importancia del Mercosur y la necesidad de generar cadenas de exportación e inversión de multinacionales en el país.
Por Mateo Castells | @teocastells
-Uruguay y España tienen una relación histórica y de larga data. ¿Cómo observan hoy en día este vínculo?
-José Luis Bonet (JLB): Potente. Está claro que Europa necesitará alianzas con África e Iberoamérica, principalmente España y Portugal. Por lo tanto, toda Iberoamérica, pero principalmente Uruguay, es una de las naciones privilegiadas de la región, salvo el problema demográfico que también tiene Europa. El tipo de cultura vigente hace de Uruguay uno de los países más adelantados y por eso creo que puede ser una base de ese puente que tiene con Europa, que es España. Somos países hermanos.
Alberto Charro (AC): Es una relación genética y creo que hay que mirar que el cariño siga generando relaciones personales y empresariales. Hay que mirar qué es lo que le interesa a España y a Uruguay, porque es una labor de dos. Uruguay es un país cuya ecuación productividad-costo de vida no cuadra en un mercado de tres millones y medio de habitantes y necesita constantemente generar un excedente comercial de atracción de dinero de afuera. Eso debe ser estructural, y esa estructuralidad se consigue entendiendo y aceptando que, como país, se debe atraer inversiones de forma continua. Eso es un entendimiento del Estado y la sociedad que en las últimas décadas, tanto de un gobierno como de otro, está muy claro que ese pacto social existe. Lo que se necesita es convencer al inversor extranjero de que invierta acá. Y al inversor extranjero se le empieza diciendo que Uruguay no es el lugar más barato para invertir, porque los costos son altos, pero que a su vez tiene el instrumento de la gobernanza y la Comap, que es un elemento e instrumental que todos los países chicos necesitan para cubrir sus ineficiencias fiscales. La gobernanza, por su parte, significa que históricamente aquí se cumplen los contratos, no hay corrupción y el país consigue tender políticas que trasciendan los gobiernos, y eso lleva a que el riesgo país sea bajo, lo que hace que la financiación sea más barata que en la región, con lo que se consigue compensar la parte de impuestos y coste de financiación. Además, esa gobernanza da previsibilidad y tranquilidad. Si esto no se respeta, se genera muy mala prensa y enseguida se sabe que un país no es serio para invertir, pero si existe ese compromiso social, es algo muy bueno.
-¿Qué hace la cámara para la internacionalización de empresas uruguayas en España y Europa?
-JLB: Hay una esperanza que es el Mercosur, y otra esperanza que es el Global Gateway, que va en la línea de esta alianza que Europa debe tejer con Iberoamérica. El Mercosur es muy importante, al momento se ha dado un paso después de muchos años, pero ahora se deberá ratificar y no será fácil. Hay muchos intereses en Europa que están poniendo el freno, pero hay esperanza y hay que trabajar para que funcione. Dicho esto, hay un plan b, que es bilateral. Esa alianza, más o menos, tiene que ser y, por tanto, si es Mercosur será más y si no es, será menos, pero, al fin y al cabo, tiene que ser. La inversión española en Uruguay tiene una ventaja muy importante, porque viene de la mano de empresas españolas que han hecho la globalización e incluso son líderes en el mundo en algunos sectores. Desde el punto de vista de arrastre de un país, es muy importante, sobre todo si son inversiones sólidas que están ahí para quedarse y para arrastrar. En cuanto a las cámaras, son una pieza clave. A veces se ha podido pensar que no lo eran, pero creo que era un error manifiesto. Hacia el futuro, creo que serán una pieza clave en ambas direcciones. En el caso español, la expectativa está aquí delante. El próximo salto de España creo que estará en la internacionalización del millón de pymes. Con prudencia, tienen que hacer los deberes y el sistema cameral debe acompañarlas y asesorarlas, que es lo que pensamos hacer.
-¿Qué pasos deberían dar ambos países para mejorar su relación y crecer en conjunto?
-AC: Uno tiene que ser la internacionalización de las empresas uruguayas, que es muy importante, porque dar ese paso hace que aquí se cree empleo de valor, que es algo que se ha visto en España. Las empresas españolas salieron a partir del año 82 y eso ha traído buenas cosas para el país, no solo en riqueza, sino en ideas y conocimientos de la mano de obra, lo que modernizó mucho a España. Y eso puede pasar en Uruguay, que es un país donde mucha gente estudia afuera. Entonces, la cámara siempre ha tenido como objetivo principal atraer inversiones españolas a Uruguay y nuestro plan para 2026 es que sea el lugar de networking de las empresas uruguayas que quieran entrar en España o en Europa. Lo tenemos que hacer por las dos vías y es un debe que tenemos y que vamos a trabajar en el próximo año.
-¿Qué oportunidades de inversión para España hay en Uruguay?
-AC: Es importante generar cadenas de exportación e inversión de multinacionales en Uruguay y creo que hay oportunidades en la agricultura. Desde la Cámara estamos atrayendo a empresas tecnológicas españolas para que den servicios en determinadas áreas a empresas uruguayas, lo que puede brindar más competencia y opciones al mercado tecnológico en Uruguay. También, el tema del hidrógeno verde es importante. Con el cambio de gobierno se ha perdido un poco el calor del tema, corremos el riesgo de que Uruguay se quede fuera de las cadenas internacionales de combustibles sintéticos y eso puede ser un problema y se corre el riesgo de que empresas españolas inviertan en otros sitios y no aquí. Lo que estamos viendo, en general, son conversaciones que son más propias de sobremesa o de café que técnicas, porque a veces se dice que Europa no está tan interesada en la sostenibilidad y esto del hidrógeno verde seguramente no salga, que creo es algo de un desconocimiento muy profundo de lo que está sucediendo. Uruguay tiene que empezar a jugar su partido en la utilización de combustibles sintéticos en dos sectores muy claros como la aviación y el marítimo. Eso no tiene nada que ver con los autos eléctricos y la sustitución del gas, sino con algo que está regulado en Europa desde 2023 y que tiene compromisos estrictos que acarrearán multas si no se cumplen. Hay aerolíneas europeas que están cerrando acuerdos con empresas para comprar ingentes cantidades de combustible sostenible y también hay navieras que están haciendo lo mismo.
-JLB: Yo tiendo al optimismo, salvo en la demografía, y por eso he dicho antes que veía un futuro potente en la relación de ambos países. Creo que la hermandad entre uruguayos y españoles se va a ver muy realizada en el futuro. Uruguay está especializado en el sector agroalimentario y tiene una proyección hacia adelante extraordinaria. En cambio, veo un riesgo, que es la demografía. Tanto España como Uruguay tienen una debilidad en este tema y van a necesitar fortalecerse, lo que significa inyectar una educación adecuada a las personas de los dos países, para que tengan los valores suficientes para hacer el trabajo que se necesita para lograr lo necesario. Y, segundo, donde no hay hijos, hay inmigrantes y hay que integrarlos a una gran velocidad. España tiene una ventaja, que es que una parte importante de su inmigración es iberoamericana y la política del gobierno español debe ser la de la integración rápida de la inmigración, apalancándose en Iberoamérica, que está más cerca del mundo español que otras, que evidentemente son válidas también, pero que no tienen la ventaja de la raíz profunda y el vínculo cultural.
“Si juntamos la velocidad y el ansia de cambio españoles con el equilibrio uruguayo, esa unión puede ser muy potente”
-¿Uruguay tiene ventajas con respecto a sus vecinos a la hora de abrirse a España y Europa?
-AC: Uruguay y España, junto con Mercosur y Europa, deben ser parte del mismo bloque de socios confiables. Creo que la gran oportunidad de Uruguay es convertirse en un socio confiable para Europa y que eso atraiga inversiones y conlleve más cercanía entre Europa y el Mercosur y entre España y Uruguay. En todos los sectores de los que hemos hablado, tiene una oportunidad con la educación y la inteligencia artificial, porque son sectores muy técnicos y no son intensivos en mano de obra. Y allí Uruguay tiene un muy buen posicionamiento para atraer y sustentar esa inversión que viene del exterior. Uruguay ha demostrado que se pueden llevar filiales o proyectos extranjeros, sin personal extranjero, lo que genera una gran educación. Si juntamos la velocidad y el ansia de cambio españoles con el equilibrio uruguayo, esa unión puede ser muy potente.
“Cualquier exigencia que se alcance en el Mercosur en materia ambiental, Uruguay la va a superar ampliamente”
-Uruguay se destaca a nivel mundial por sus resultados en materia de, por ejemplo, energías renovables. Hace poco tiempo Uruguay emitió un bono soberano asociado a compromisos ambientales, el Banco Central ha impulsado la mesa de finanzas sostenibles con el fin de fomentar el cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030 asumido por Uruguay. ¿Es importante para Europa a la hora de lograr un acuerdo? ¿Da una ventaja a Uruguay?
-AC: En el acuerdo Mercosur-UE, los países más beneficiados son Uruguay y España. Para Uruguay, porque dentro del acuerdo del Mercosur toda la dificultad de negociación ha estado muy marcada por la exigencia en temas medioambientales y el alumno aventajado del Mercosur, en esta materia, es Uruguay. Cualquier exigencia que se alcance en el Mercosur en materia ambiental, Uruguay la va a superar ampliamente. Y esto es una enorme oportunidad.
JC: Hay que tener la habilidad de no abandonar la sostenibilidad. No solo por razones de conservar el medioambiente, sino por razones económicas, porque la gran lección que tiene la sostenibilidad es que, cuando se trabaja en serio en el tema, es rentable. Y esto es algo que las empresas que se han puesto a trabajar en el tema tienen claro. Este es el camino, se debe hacer una reflexión importante, manteniendo esta línea y no abandonando el tema cuando se planteen determinadas cosas.