Ferrer: “El mensaje a los productores fue que se olviden del banco por seis meses y atiendan la emergencia”

Salvador Ferrer, presidente del Banco República (BROU)

El sector agropecuario se encuentra afectado por la sequía, escenario frente al que el BROU se ha ocupado de ajustar su porfolio de financiaciones. El titular de la institución, en conversación con CRÓNICAS, resaltó que a pesar del momento crítico que se vive, el agro cuenta con “un buen punto de partida”, marcado por el año favorable cerrado en junio de 2022. Paralelamente, puntualizó en la aparición de nuevos desafíos, relacionados a la necesidad de mejora en el funcionamiento de las transacciones digitales y el aumento de los ciberataques.

Por Oscar Cestau | @OCestau

-¿Qué balance hace del negocio del banco en lo que va de 2023?

-Desde que empezó el año, el foco principal ha estado en la emergencia hídrica. Para el sector agropecuario, el año que cerró en junio del 2022 fue posiblemente uno de los mejores en la historia, sin lugar a dudas. Se trata de un buen punto de partida para enfrentar una situación compleja como la que ha tocado este año, teniendo en cuenta que la emergencia se viene extendiendo. Lo más relevante que hicimos hasta aquí fue tratar de dar oxígeno inmediato al productor, la medida principal fue la postergación o diferimiento de todos los pagos de deudas. Se hizo de forma genérica, tratamos de replicar lo que en pandemia había dado resultado. Hicimos un corrimiento generalizado por seis meses, para aquellos clientes que tienen deudas de menos de US$ 200.000 esto fue de forma automática. El mensaje fuerte fue que se olviden del banco por seis meses y atiendan la emergencia.

-¿Eso alcanza?

-Por supuesto que eso no alcanza, son medidas que ayudan a paliar la situación. Por eso, adicionalmente hemos estado insistiendo en la oferta de financiamiento de riego. Eso es pensando en el futuro, ya hoy es tarde para atacar el problema. Mattos decía que esto del agua ya no es coyuntural porque ya llevamos tres años con emergencia hídrica, por eso creo que como país tenemos la posibilidad de trabajar más en alternativas y nosotros podemos apoyar en esa línea.

-¿Nota que hay avidez por parte de los productores para acceder a estas oportunidades?

-Me encantaría decir que sí, pero no noto esa avidez. Quizás el error está por nuestro lado, tal vez debemos promocionar de mejor forma las soluciones. El año pasado recorrimos varias de las zonas afectadas y se reclamaba financiamiento para pozos. En ese caso se implementaron muchas soluciones fáciles y rápidas, pero no veo que eso tenga tracción permanente. El banco tiene buenas soluciones, tenemos que trabajar en que el productor tenga más conciencia, hay que ayudarlos a llegar a ellas.

-¿Se puede estimar un número de créditos concedidos por el banco en este rubro en 2022?

-Siempre digo que el agro es el sector más demandante de créditos, por el perfil que tiene el BROU, el banco país. Algo más del 50% del portafolio de créditos del banco está en relación con el sector agropecuario. No tengo una cifra específica, pero seguro no es algo muy llamativo lo que ha sido la demanda en relación a estos proyectos de riego.

-¿Son productos accesibles?

-Hay que tener en cuenta que veníamos de un mundo de tasas bajas que ha corregido algo al alza, pero seguimos teniendo en términos históricos tasas atractivas para financiamiento. El costo energético puede ser un tema a revisar, pero todos aquellos que han dado el paso de ir por las alternativas de riego, los resultados demuestran que logran repagar la inversión, creo que es un camino a seguir.

-Ha habido otros anuncios recientes en este sentido. ¿De qué se tratan?

-El pasado viernes el gobierno hizo anuncios con respecto al Sistema Nacional de Garantías (SiGa), replicando un poco lo que fue la pandemia. En este caso, está enfocado en pymes del sector agropecuario e incluye empresas que facturan hasta 75 millones de Unidades Indexadas (UI), algo así como US$ 10 millones. Las mismas pueden tomar préstamos de hasta US$ 250 mil con el 70% garantizado. Teniendo en cuenta esto, el BROU ha decidido colaborar y hacerse cargo del costo de esta garantía, que es de 0,60%. Además de hacernos cargo de ese costo, hemos ajustado las tasas a la baja. El nivel de tasa depende del nivel de riesgo del deudor, pero aun así damos lugar a un ajuste especial para que sean tasas más atractivas.

-Más allá de esos corrimientos que se hicieron, ¿puede haber un aumento en la morosidad en el sector de agronegocios?

-No. Por suerte venimos de muy buenas cifras. El SiGa demostró ser una buena herramienta durante la pandemia y parte de esa conclusión se vincula a que los números de morosidad no se afectaron. El banco cerró en 2021 con el menor índice de morosidad en la historia, 2,5% en el total del portafolio. Este año está levemente por encima, pero sigue siendo un comportamiento muy razonable después de la situación compleja por la que ha pasado la economía. Este tipo de soluciones son adecuadas, son financiamientos con grandes posibilidades de repago, en el caso de SiGa, se dan hasta 36 meses.

-¿Qué subsectores del agro acceden en mayor medida a estos productos?

-El sector de la granja, por ejemplo, está pasando por un momento muy complejo, aunque si uno repasa, básicamente todos los sectores tienen dificultades. Quizás el que no está tan afectado es el sector arrocero, donde algo de agua está faltando, pero sus dificultades en la ecuación económica posiblemente tienen que ver con temas de costos.

-¿La idea es que no quede nadie por el camino?

-Exactamente. Por eso es importante el rol de República Microfinanzas, que llega a esos sectores que no necesariamente están bancarizados, dando la posibilidad incluso de créditos subsidiados. El Ministerio de Ganadería y el Ministerio de Economía están haciendo un esfuerzo importante de poder subsidiar créditos, hay una lista de 1.800 solicitudes tramitadas de 4.500 productores que presentaron su inscripción, cerca de 1.000 ya han recibido su financiamiento. Se está dando la mayor colaboración posible tanto desde el BROU como de República Microfinanzas para llegar a los sectores más débiles.

-El banco ha estado un poco en el ojo de la tormenta con demandas de usuarios, incluso en la justicia, las cuales tienen que ver con los ciberataques o fraudes cibernéticos. ¿Cuál es la visión que tienen de estos hechos y qué se está haciendo al respecto?

-Durante el 2022 tuvimos un incremento con respecto a años anteriores de estos casos. Las transacciones fraudulentas se cuadruplicaron en el último año y en monto se duplicaron. Fueron unas 1.200 transacciones por un monto cercano a los US$ 5 millones. Es necesario marcar dos puntualizaciones, la primera tiene que ver con que ese volumen de transacciones fraudulentas es marginal en los cientos de millones de transacciones que se procesan. Es marginal para el banco y para el volumen de mercado, no para cada persona que ha sido afectada. La segunda es que este problema de los ciberataques no es patrimonio exclusivo del BROU ni del sistema bancario uruguayo, es una problemática a nivel mundial. También es fundamental aclarar que el 100% de los casos han tenido que ver con fraudes sobre el usuario, no sobre los sistemas del banco. En todos los casos se trata de una vulneración de las claves de acceso del cliente, su usuario o su segundo factor de verificación. Sin minimizar el tema, ese es el patrón de casos que venimos teniendo.

-¿Qué respuesta tiene el banco ante estos casos?

-El monto recuperado a favor de los clientes supera el 60%. Veo cómo el banco trabaja y me deja tranquilo la forma en la que se trata de responder las demandas de los clientes. Cuando el cliente dice que el banco no lo atendió, no le respondió, quiere decir que no pudo reponer los fondos que fueron hurtados, pero no que el banco no haya tenido la preocupación de hacer todo el seguimiento necesario.

-En estas situaciones la educación de los clientes siempre es fundamental. ¿Está trabajando el banco en ese sentido?

-El banco ha hecho bastantes campañas de advertencia, incluso el año pasado trabajamos con Agesic en una campaña con todo el sistema bancario y el Banco Central (BCU). Seguimos insistiendo de forma permanente en los consejos básicos, que siempre vale la pena mencionar, que son el hecho de no revelar el usuario, el password y mucho menos el segundo factor de autenticación o la llave digital, en el caso del BROU. Por otra parte, se debe operar siempre en la página del banco, no entrar a los links que se reciban.

-¿Cómo está el BROU en materia de digitalización en comparación con la banca privada?

-No tengo una comparación con la banca privada, pero sí puedo decir que la digitalización viene aumentando de forma importante; la pandemia fue un impulso adicional. Queda en evidencia cuando vemos los volúmenes de transacciones que se manejan de forma digital. Por ejemplo, en la campaña de créditos para pasivos que hacemos anualmente, más del 60% de los créditos se están manejando de forma digital. Es un camino que vino para quedarse y va a seguir, uno de los objetivos que nos hemos propuesto es mejorar todo lo que es la experiencia de pagos, creemos que el sistema de pago en Uruguay tiene mucho para avanzar.

-¿A qué se refiere con avanzar?

-Por ejemplo, desde el año pasado el BCU ha insistido mucho con las transferencias instantáneas. Hoy no somos todos los bancos, pero casi todos estamos operando con ese tipo de transferencias. Ahora en junio tenemos que estar operando las 24 horas, los siete días de la semana; eso significa un aumento importante en la transformación digital. También seguimos trabajando en mejorar los costos, hay mucho espacio para ganar en la transaccionalidad digital para nuestros clientes.

-¿Hubo crecimiento en el 2022?

-Hubo un crecimiento importante, el portafolio de créditos creció algo más del 20%. Todo el sistema tuvo un crecimiento importante, el 2022 fue un año de buen dinamismo económico. A partir de eso ha habido una buena demanda de créditos que el banco ha acompañado y tenemos la voluntad de seguir acompañando.


Nuevos cajeros en el interior

-Llama la atención que en algunas localidades del interior se están instalando nuevos cajeros. ¿A qué responde eso?

-Uno puede pensar que esto va en contra de esa transaccionalidad digital, pero hemos identificado y recibido muchos planteos de localidades que estaban realmente desatendidas. Un cajero genera un cambio muy importante en las poblaciones, en ocasiones las personas tenían que hacer 30 o 40 kilómetros para ir al pueblo más cercano donde había uno. La perjudicada era no solo la persona que tenía dificultad, sino también los comercios de esa localidad. No hay una medición de rentabilidad que justifique la instalación de un cajero, por eso hemos sido muy selectivos. Nuestra actitud tiene mucho que ver con el mandato del BROU, ser el banco país, promotor del desarrollo económico y con un rol social. Hay una presencia territorial que tenemos que seguir manteniendo.


Generación de negocios y tipo de cambio

-¿Hay una apuesta a la generación de negocios?

-Tenemos un foco muy importante en poder ser un socio del desarrollo de emprendimientos y negocios. Nos hemos preocupado en hacer crecer nuestro portafolio de créditos, lo cual viene funcionando muy bien. Tenemos para el año que viene una hoja de ruta bastante interesante, sobre todo en materia vial, relacionadas con intendencias, a las cuales ya les hemos brindado financiamiento. Los pasos que tenemos trazados en el 2023 nos motivan a seguir apoyando el desarrollo económico.

-¿Impacta el tipo de cambio en la finanzas del banco?

-Sí, impacta. El BROU tiene un balance asimilable a lo que es el balance de un exportador. Nuestra situación tiene algunas similitudes dadas porque tenemos ingresos mayoritariamente en dólares, igual que todo el sistema bancario, y nuestros principales costos son la mano de obra, para la cual empleamos moneda local. Este funcionamiento claramente impacta en los resultados.