Laura Raffo:“Apostamos a ganar la interna, y de hacerlo nos gustaría que nos acompañe gente de otro sector del partido que haya participado en la elección. Y viceversa”

Laura Raffo, precandidata del Partido Nacional

A lo largo de toda la charla denota optimismo de cara a las internas del Partido Nacional. Resalta lo hecho por el gobierno, pero deja claro que para avanzar hay que continuar con las transformaciones.  Dice que quiere ser presidenta para transformar y mejorar la vida de los uruguayos, y que tiene el equipo para lograr los objetivos. Apela a un discurso con propuestas y menos confrontación, aunque marca sus diferencias. A su vez, desliza que su grupo cree en el camino de los uruguayos, y no en el camino de la izquierda y la derecha.

Por: Oscar Cestau

¿Qué balance hace de su campaña?

Estamos muy entusiasmados con la campaña por la respuesta de la gente y la conexión. Todo eso nos da muchas ganas y fuerza para poder ganar la interna. Nosotros creemos en un nuevo tiempo del Partido Nacional, con un nuevo equipo que tiene que conducir a ganar las elecciones en junio, a construir las mayorías parlamentarias en octubre, y a ganar la presidencia de la República en noviembre. Entonces, el objetivo es asegurar un segundo gobierno de coalición para garantizar una segunda etapa de transformaciones, que le va a dar más bienestar, más prosperidad y más oportunidades a todos los uruguayos.

¿Qué le pide la gente en las recorridas que hace? ¿Cuáles son los problemas que le plantean?

Nos dicen muchas cosas. Lo más importante es que nosotros, en cada localidad y en cada pueblo, escuchamos las particularidades de ese lugar. Creemos en la descentralización, y en que el desarrollo de cada localidad tiene que darse con un plan que haga énfasis en lo que ese lugar tiene para ofrecer. Por ejemplo, no es lo mismo el desarrollo de Colonia, que tiene el turismo, la industria, el agro y los servicios, que el desarrollo de Tacuarembó, donde la forestación está haciendo punta. Entonces, para cada departamento tenemos previsto un plan de desarrollo. La gente tiene aspiraciones, y estas se podrían resumir en que los trabajadores quieren encontrar empleos que les permitan no sólo cubrir sus necesidades básicas, sino también cumplir sueños, como la vivienda propia, como el poder tener tiempo y vacaciones con sus hijos, poder cumplir con algún viaje que soñaron tener… Esa aspiración de salir adelante, que es muy del uruguayo esforzado, es la que estamos contemplando en todos los planes de trabajo, que pasan por cómo bajar el costo de vida, cómo generar mecanismos y planes educativos que conecten más al mundo del estudio con el mercado laboral, con crear nuevos empleos, y con asegurar la convivencia en paz.

¿Habla de seguridad cuando se refiere a “convivencia en paz”?

Sí, por supuesto. Las mayores aspiraciones de los uruguayos pasan por salir adelante con buen empleo, buenos ingresos, y tener posibilidades de desarrollarse. Pero, además, transversalmente, la sociedad quiere una mayor seguridad. Este gobierno ha hecho mucho en esa materia. Quebramos una tendencia al alza que había en todos los delitos. Las rapiñas, el robo con violencia, eran alrededor de 9.000 por año en el 2005, cuando asumió el Frente Amplio; subieron a 30.000 por año en el 2019, después de 15 años de gobierno, y ahora logramos bajarlas a 23.000. Hay que seguir trabajando, por supuesto, pero se quebró la tendencia. Entonces, nuestra propuesta se basa en una visión integral de la seguridad. Reprimir el delito y prevenir el delito. Para reprimir el delito vamos por una aprobación de una reforma constitucional para que se puedan hacer allanamientos nocturnos, porque el delito tiene que combatirse sea a la hora que sea. Si hay indicios de que hay una actividad delictiva en una vivienda no puede ser que un juez te puede autorizar el allanamiento a las 16:00 y no lo pueda hacer a las 19:00 porque cayó el sol. Por otro lado, reforzar la Guardia Republicana. Además, usar más tecnología, duplicar las cámaras de videovigilancia, usar el software predictivo de dónde se van a cometer crímenes. Y en la parte de prevención, atender algo que nos piden mucho, que es el tema de las adicciones. Hay que trabajar mucho en ese tema, como así también en el de la salud mental. En una acción conjunta del Mides, de ASSE, de la ANEP, y también en todo lo que es la rehabilitación de los privados de libertad, para que una vez que cumplen su condena, puedan realmente volver a la sociedad como personas de bien, y no retornen al delito.

¿Para cada reclamo que escucha de la gente va armando un plan?

Sí. Esa es nuestra manera de hacer política, darle respuesta a las necesidades de la gente. Cada necesidad que nos planteó la gente durante todas las recorridas del año pasado, más las que estamos haciendo ahora, las plasmamos en un plan concreto. Todos estos pilares que te mencioné de prevención y represión del delito surgen del pedido de la gente, y del trabajo de un equipo técnico muy amplio, que afortunadamente le está dedicando muchas horas a recorrer el país con nosotros, a plantear soluciones, y a trabajar para dejarlas por escrito para que se puedan implementar de manera rápida apenas asumamos el gobierno.

¿Le es más difícil hacer campaña teniendo en cuenta que pertenece al partido de gobierno, o esa situación ayuda?

Nosotros sentimos que en estos casi cinco años el Uruguay se desarrolló, se crearon 80.000 puestos nuevos de trabajo, se bajó la inflación a mínimos históricos, empezaron a llegar inversiones, y la gente eso lo nota, entonces ayuda. El trabajador empezó a recuperar poder de compra, y quiere que estos cambios continúen. Entonces, sabemos que con la base que hizo el gobierno es posible poner el pie en el acelerador e ir en búsqueda de la segunda etapa de transformaciones y de reformas. Sin este primer escalón eso no sería posible. Y por otro lado, al haber gobernado, es bueno que el equipo tenga aprendizajes de lo que no se pudo hacer, de cómo plantear las reformas a futuro, de cómo hacer esa segunda etapa. Por tanto, creo que nos ponen una posición de ventaja porque la alternativa sería volver atrás, a los años de gobierno del Frente Amplio que dejaron malherido el país en temas de educación, de seguridad y de generación de empleo.

Álvaro Delgado ha optado por aferrarse a lo hecho por el gobierno, estableciendo que está todo bien. En cambio usted habla de una nueva etapa y de continuar con las transformaciones. Son discursos distintos. ¿Por qué un blanco debería votarla a usted y no a Delgado?

Porque somos un nuevo equipo, que tiene mucha garra, mucha fuerza, y representamos una nueva generación. Yo quiero ser presidenta de la República para transformar y mejorar la vida de mis compatriotas, para generar oportunidades de empleo para todos, para darles a los jóvenes las herramientas para desarrollar y cumplir sus sueños, ya sea que estos sueños sean estudiar, ser emprendedor, tener un oficio, conseguir un empleo, y salir adelante. Para contemplar también a las mujeres, que tienen que luchar mucho por tener las mismas oportunidades que los hombres, y para lograr que también todos los jubilados tengan un retiro en paz. Entonces, tenemos la fuerza, tenemos el equipo, somos una nueva generación que se anima a llevar a cabo las transformaciones que aún quedan por hacer.

En esas recorridas que hace, ¿han dejado alguna marca en el partido los casos de Astesiano, Marset y Penadés?

No es de lo que te habla la gente cuando visitás los departamentos y los barrios. La gente te habla de sus preocupaciones y de sus anhelos. Del anhelo de la vivienda propia, del anhelo de que su hijo termine el liceo, del anhelo de conseguir un buen empleo. Sobre esos temas es donde gira la conversación, y por eso nosotros tenemos el lema en la campaña de “Hagamos historia”, porque tenemos que hacer historia entre todos, logrando que esos anhelos se cumplan, y llevando a cabo una transformación que les dé a los uruguayos un salto cualitativo en oportunidades.

A donde sea que va marca algunas premisas: construir una seguridad ciudadana, bajar el costo de vida, crear los empleos del futuro y continuar con la reforma educativa. Eso, imagino, es lo que quieren todos los candidatos. De seguridad ya hablamos. ¿Cómo haría usted el resto? Por ejemplo, cómo bajar el costo de vida.

Es uno de nuestros compromisos más fuertes. Vamos a bajar el costo de vida, porque Uruguay es un país caro. Este gobierno logró bajar la inflación a mínimos históricos, pero aún somos un país donde es caro ir al almacén, es caro sentarte a comer una pizza con tus hijos, o alquilar un local para montar un negocio. A eso lo vamos a atacar con tres pilares de trabajo. El primero es la desburocratización, modernización, y digitalización del Estado. Hoy en día en el Estado, cuando un ciudadano o un emprendedor tiene que hacer algún tipo de trámite, se enfrenta a multiplicidad de tasas, certificaciones, permisos, inspecciones, que se duplican, que son de múltiples organismos: el LATU, el Ministerio de Ganadería, el Ministerio de Salud Pública, el sello final, que te lo ponen en Montevideo, la doble verificación… Todo eso implica un costo para los negocios, para el emprendedor, y para el ciudadano. Entonces, lo vamos a simplificar y a digitalizar para aliviar el bolsillo. En segundo lugar, vamos a facilitar las importaciones. Hoy en Uruguay hay determinados productos como la pasta de dientes, el shampoo, que uno cruza a Argentina y salen la cuarta parte, en Brasil salen la mitad. Y decís, ¿cómo puede ser? Estamos en el Mercosur. Pasa porque nuestro régimen de importación tiene barreras que impiden que esos productos se importen libremente. ¿Por qué? Porque requieren registros, requieren estar con las fichas técnicas completas, y entonces hoy por hoy un supermercado de Paysandú no puede importar del supermercado de Colón la pasta de dientes y el shampoo, algo que beneficiaría el bolsillo de todos los uruguayos. Así que vamos a cambiar ese régimen de importaciones para facilitar que los productos que salen mucho más baratos en el exterior también sean baratos en Uruguay. Y vamos a fomentar una mayor competencia. Todos sabemos que si tres empresas quieren vender lo mismo, se pelean por los clientes y los precios terminan bajando. Por tanto, necesitamos que eso que sucede en todos los mercados, ocurra también en Uruguay. Con todas estas cosas vamos a lograr que el dinero les rinda más a todos los trabajadores.

En estos últimos dos pilares va a tener un lobby importante…

No le tenemos ningún tipo de temor a los lobbies y los intereses empresariales. Creemos que nuestro objetivo tiene que ser favorecer al uruguayo de a pie, al que trabaja y se sacrifica todos los días, y que por lo tanto necesita que se le abarate el costo de vida. Además, abaratando el costo de vida en Uruguay, abaratamos el costo país del cual también se quejan los empresarios. Entonces, también estamos fomentando la actividad empresarial, a las pymes, a los emprendedores, haciendo, además, que se generen más puestos de trabajo.

Usted es economista, y los uruguayos suelen responder con cierto pesimismo a algunas encuestas que refieren al bienestar económico. Más allá de que gocemos del ingreso per cápita más alto de la región y demás, hay números que no ayudan. De alrededor de 1.720.000 trabajadores, a lo largo de 2022, unos 549.000 percibieron ingresos por debajo de los 25 mil pesos líquidos, y entre ellos, 173.000 no alcanzaron los 15 mil pesos. Esto en un país caro. ¿Cómo se cambia esa realidad?

Lo primero que hay que cambiar es el costo de vida en Uruguay, y ya te comenté cómo vamos a hacer para bajarlo. Lo segundo es fomentar la creación de puestos de trabajo de calidad, bien pagos, que permitan a la gente desarrollarse más allá de sus necesidades básicas, cumpliendo esos sueños de los que hablábamos. Implica que como país apostemos a que las pymes y los emprendedores en nuevos sectores florezcan. Tenemos tecnología e innovación, grandes exportadores de software, laboratorios de innovación, entonces si logramos hacer que se establezca un diálogo entre estos y nuestra matriz productiva, donde la innovación se incorpore en el agro, en la industria, en los servicios turísticos, en todo el país y que no se hable de innovación solo en Montevideo, sino que se haga en Artigas, en Rivera, en Fray Bentos, podremos crear esos puestos de trabajo mejor pagos. 

Esto también va de la mano con la educación.

Totalmente. Es muy importante que la educación les brinde herramientas a nuestros jóvenes para poder llegar a esos empleos del futuro, y poder construir sus propios emprendimientos. Nosotros tuvimos una experiencia muy linda en Rivera cuando visitamos la UTEC. Allí vimos un grupo de jóvenes que acababa de ganar un premio de robótica en Alemania. Esos jóvenes ya estaban empezando a contactarse con la industria de la forestación, muy presente en Rivera, para hacer innovaciones que sirvan a esta actividad. Imaginate qué círculo virtuoso podemos crear si esto no pasa solamente en la UTEC de Rivera sino en todo el país, Por eso, una de nuestras propuestas es extender la formación dual y ampliar la presencia de la Udelar y de la UTEC a todo el territorio.

¿Es consciente de que eso lleva su tiempo, y las urgencias de un buen sector de la población son otras? ¿Cómo se le hace entender a la gente que eso lleva un proceso?

Cuando hablamos de educación, los resultados no se ven en el corto plazo, pero el resultado que sí ven las madres es el entusiasmo que el chiquilín tiene de seguir el liceo o no. Eso es un termómetro que en una familia se mide con rapidez. Las estadísticas pueden demorar, pero las familias y los hogares lo ven al instante. Cuando vos ves que tu hijo va entusiasmado a estudiar, y que tiene la esperanza de que yendo al liceo luego va a tener oportunidades de estudiar el oficio que le gusta, tener su emprendimiento, conseguir un trabajo, o dedicarse a su desarrollo artístico o cultural, ese es el termómetro. Hay que estar dispuesto a hacer reformas a largo plazo. Hay que estar dispuesto a poner el foco en el desarrollo de la gente, más allá del período de gobierno, porque la política tiene que ser siempre orientada a cumplir con las necesidades y con las esperanzas de las personas.

Sigo preguntándole a la economista. ¿Está de acuerdo con lo que hace el gobierno de mantener la inflación manejando el tipo de cambio o hubiera hecho otra cosa?

En realidad el tipo de cambio en Uruguay ha ido bajando por el gran ingreso de divisas que hay, porque se exporta bien, porque se invierte mucho en el país; y este gobierno decidió mantener la tasa de interés elevada para bajar la inflación. Yo creo que había margen para empezar a bajarla antes, y para que el sector productivo, que se quejaba del atraso cambiario, pudiera ver resultados un poco distintos y con un poco más de rapidez.

¿Se debería recortar más el gasto público?

Siempre es muy importante mantener la macroeconomía saneada. Si nuestra ministra de Economía no hubiera hecho este gran trabajo de solidez y profesionalismo en el manejo de la macroeconomía, haciendo la regla fiscal, conteniendo el déficit fiscal, bajando la inflación, no podríamos ir hacia esta segunda etapa de reformas, que son reformas más microeconómicas: bajar el costo de vida, eliminación de trámites, mejoras en la importación… Entonces, siempre necesitás una base macroeconómica sólida para poder hacer las reformas micro.

¿Hay áreas donde se puede hacer algún recorte más?

Yo creo que debemos mantener el déficit fiscal. Porque eso es lo que nos permite tener aire para hacer política pública, para que los fondos se utilicen bien y para que no haya efectos ni sobre la inflación ni sobre el tipo de cambio, así que es muy importante, por supuesto, el equilibrio fiscal.

¿En materia de comercio exterior se puede hacer algo más?

Más allá de mi rol como economista, tenemos un gran equipo técnico que nos acompaña en todas las áreas. Comercio exterior, economía, trabajo, salud, políticas sociales, turismo… Hay un equipo con más de 200 técnicos, y todos han contribuido a crear un plan de trabajo. En comercio exterior nuestros especialistas, y también yo, tenemos una visión que pasa por buscar más oportunidades de inserción internacional para el país. No remitirnos únicamente a la posibilidad de un TLC, sino también buscar espacios que existen para negociar cosas puntuales. Puede ser el hecho de quitar una barrera paraarancelaria, como una barrera sanitaria; el negociar la entrada de garras de pollo a China, que puede ser algo muy puntual, pero que a la vez puede representar un cambio gigante para los polleros. Tenemos que abrir la cabeza de que el relacionamiento internacional no es sólo TLC, sino que es todo tipo de acuerdos, y que tenemos que estar abiertos a buscarlos y negociarlos.

En ese sentido, ¿se puede hacer más de lo que ha hecho este gobierno?

Siempre podemos hacer más cosas. El gobierno ha hecho un gran trabajo porque reperfiló la política exterior, y dijo ‘vamos a por el mundo, y a golpear las puertas’. Inició un trabajo que hay que seguir para que se concreten acuerdos específicos.

A diferencia de la campaña por las departamentales de 2020 que encabezó por la coalición multicolor, no se la nota con tantas alusiones a la izquierda. Hay un discurso más moderado. ¿Hay otra estrategia?

En realidad tenemos un discurso fuerte de ir a fondo con propuestas. Somos un equipo de propuestas. Somos el equipo que busca ganar la interna, asegurar las mayorías parlamentarias en octubre, y ganar la presidencia en noviembre. Y para eso nos respaldan las propuestas y nos respalda la gente. Nos respalda esta plataforma política, Sumar, que es diversa, que incorpora gente de Montevideo, del interior, personas de más años en la política, jóvenes, mujeres, hombres. Esa es la fortaleza de nuestra propuesta. Ideológicamente estamos muy lejos de la izquierda. Nosotros creemos en el camino de los uruguayos, y no en el camino de la izquierda y la derecha, como dijo Cosse. Es decir que cuando nos preguntan desde el punto de vista ideológico, por supuesto que nos paramos desde el lado de los uruguayos, pero necesitamos un tiempo de propuestas.

¿Mira las encuestas?

Por supuesto, siempre las miramos. Mi formación, incluso, me hace mirar con atención todas las encuestas.

¿Cree en ellas?

Claro que sí. Creo en las encuestas como una foto de la realidad en un momento puntual.

¿Y qué balance hace de lo que ve?

En primer lugar, respecto al empate, a veces por arriba y a veces por debajo entre  coalición y Frente Amplio, lo que veo es que al igual que en el período pasado, en el 2019, la elección la define un porcentaje pequeño de la población. Tenemos a la población muy dividida entre coalición y Frente Amplio. Creo que va a ganar la coalición multicolor, me parece que los uruguayos sienten que estos cambios que inició el presidente Luis Lacalle Pou tienen que continuar. Nosotros ofrecemos la opción de poner el pie en el acelerador y profundizar las transformaciones, así que creo que nos van a acompañar y que vamos a tener un segundo gobierno de coalición.

¿Y las encuestas de la interna blanca?

Ahí nosotros estamos muy agradecidos de que la gente nos coloca en un segundo lugar de manera consistente. Nos dan un piso de un quinto del electorado del Partido Nacional, es una posición de fortaleza para el inicio de una campaña interna. Estamos en marzo, esto recién comienza. Como todos sabemos, las campañas internas en el Partido Nacional son movidas, tienen transformaciones, y confiamos en que la gente nos va a respaldar porque proponemos este nuevo tiempo del Partido Nacional para la segunda etapa de transformaciones.

¿Iría de vice en una fórmula?

Apostamos a ganar la interna, y en caso de hacerlo nos gustaría que nos acompañe, por supuesto, gente de otro sector del partido que también haya participado en la interna. Y viceversa.