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Presupuesto: bullying y acoso escolar
Dentro de los temas aprobados en Diputados en la Ley de Presupuesto debo destacar una de nuestras prioridades, como lo es el financiamiento para desarrollar el “Programa de Atención al Acoso Escolar y la Convivencia”. Es este un tema en el que venimos trabajando desde hace años en solitario, sin eco en el Parlamento ni en el Poder Ejecutivo.
Fecha de publicación: 14/11/2025
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Por:
Silvana Pérez Bonavita

Lamentablemente, hay quienes no ven este tema como necesario en sus agendas, cuando en realidad es un debe enorme a nivel social en nuestro país. Somos testigos a diario sobre lamentables hechos que se dan en los centros de estudio de todos los niveles educativos.  Hoy el acoso escolar, también llamado bullying, afecta a uno de cada cuatro estudiantes. La organización no gubernamental internacional, Bullying  Sin Fronteras, que lucha contra el bullying y el ciberbullying, informó que Uruguay se encuentra dentro de los 20 países con más casos de bullying en el mundo. Otro ranking que, lamentablemente, lideramos, como también el del suicidio adolescente, que podemos vincular como una de las consecuencias del acoso escolar. 

Si bien en el 2013 se creó una ley que declaraba de interés general la lucha contra el acoso escolar, y desde ANEP se crearon algunos protocolos de actuación, en caso de detectar hechos de estas características no se aplican ni nadie los lleva a la práctica. Los alumnos y familiares de las víctimas de acoso escolar están cansados de golpear puertas sin ninguna respuesta o solución. El programa que incluimos en el presupuesto busca, justamente, que alguien se haga cargo, que cada centro defina a su adulto referente para llevar adelante los protocolos y mapas de ruta. Dentro de las características del programa podemos destacar los siguientes cometidos: desarrollar políticas públicas tendientes a la prevención, contralor, educación, y formación, promover herramientas técnicas para la formación educativa y especializada en atención al acoso escolar y la convivencia, supervisar los cursos que se brindan a nivel nacional sobre formación en educación especializada, orientar e intervenir los centros educativos del país, a los efectos de que tengan no menos de un adulto referente especializado en el área en forma obligatoria en cada centro. A su vez, promover que todos lleven un registro de denuncias por acoso escolar en forma obligatoria, supervisar que todos apliquen los protocolos y mapas de ruta sobre prevención, contralor y educación en atención al acoso escolar y la convivencia, realizar una estadística pormenorizada en base a las denuncias realizadas y procedimientos llevados adelante por cada centro educativo. 

Entendemos que si no se forma a los adultos referentes, no hay manera de abordar estos hechos terribles que tanto niños como adolescentes viven a diario.  

Podemos mencionar miles de ejemplos, como el caso de la Escuela Nº 183 de Lagomar, que a tan solo tres días de iniciado el año lectivo 2025, un niño de cinco años sufrió lesiones varias en su cuerpo, producidas por al menos cuatro niños de cuarto año. Su padre relató que el niño fue perseguido, encerrado en un baño, donde lo golpearon dejándole un ojo negro, le pincharon  las piernas con lápices, le introdujeron la moña en la boca y le lastimaron la mejilla y la boca. Sus padres se enteraron al revisar al niño cuando llegó a su casa y vieron los moretones en su cuerpo. Las situaciones de violencia son cada vez más evidentes, crueles y dejan secuelas muchas veces irreparables. Todos nos preguntamos dónde están los adultos responsables cuando suceden estos hechos. Por eso entendemos que un referente capacitado al que se le pueda informar que se están dando casos de acoso y las víctimas sepan con quién denunciar los hechos facilitará el abordaje y posible solución del conflicto. 

Los centros educativos tienen la llave para enseñar sobre reglas de convivencia y formas de resolución de conflictos, trabajando en su ámbito educativo, en el que se suscita la violencia y deben participar activamente en la prevención.

El ser víctima de acoso escolar tiene consecuencias psicológicas, como baja autoestima, tristeza, ideas de muerte, bajo rendimiento, adicciones entre otras. También el acosador desarrolla conductas antisociales, violencia doméstica, etc. 

No podemos mirar para el costado, no se puede permitir que asistir a clases sea un calvario y que sean las víctimas quienes deben cambiarse de centro o abandonar los estudios. Con este programa entendemos que estamos dando un paso hacia la búsqueda de soluciones. Sin dudas hay que ir por mucho más. Por tanto, estaremos siguiendo de cerca la implementación del programa y el destino del financiamiento del mismo. 

Queremos que nuestros hijos gocen de un ambiente educativo seguro, sano y que sea responsable de su integridad física y salud mental, que es lo que corresponde. 

(*) Diputada de Cabildo Abierto.

Buenos Aires 484, CP 11000, Montevideo, Uruguay
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