Las explicaciones de lo sucedido en Argentina con las encuestas, según especialistas

¿A qué desafíos se enfrentan las encuestas en los tiempos que corren?

Más allá de la sorpresa dada por la victoria de Javier Milei durante las elecciones primarias en Argentina, aparecieron diversas interrogantes sobre el desempeño de las consultoras de opinión pública. Estas indicaron, entre otras cosas, que La Libertad Avanza sería la tercera fuerza elegida. Todo lo contrario sucedió en los hechos, ya que la fuerza liderada por Milei se impuso con el 30,04%, siendo Zuban Córdoba la encuestadora que lo posicionó más cerca de esa cifra, con un 24,5%. Para analizar este caso concreto y los desafíos de las mediciones de opinión pública, CRÓNICAS conversó con los expertos Eduardo Bottinelli y Federico Irazabal.

Antes de profundizar en la utilidad que tienen las encuestas, Irazabal consideró necesario detenerse en el rol que se les atribuye y, por lo tanto, las expectativas que se ponen sobre ellas. El sociólogo apuntó a que estos sondeos no son una herramienta predictiva como se suele creer. Según su visión, en esos términos es mucha la responsabilidad que se les adjudica, cuando solo revelan “lo que un grupo de personas dice que va a hacer a futuro”, teniendo entonces solo un carácter estadístico y probabilístico.

Bottinelli, en su caso, reivindicó a las encuestas como un instrumento de utilidad para aproximarse a la opinión pública. A su entender, en el presente siguen siendo “la mejor herramienta”. Sin embargo, no dudó en reconocer que aun así cuenta con “grandes limitaciones”. Recordó también que los casos donde las mediciones se distancian considerablemente de los resultados siguen siendo minoritarios, y como en el recientemente sucedido en Argentina, son los que más llaman la atención.

Entendiendo que su función parte de relevar lo que una porción del cuerpo electoral dice que va a hacer, ambos expertos coincidieron en que en la actualidad es bastante habitual que esas voluntades explicitadas no se materialicen. En tal escenario, lo que sucede es que se cambian las preferencias durante el trayecto de tiempo que separa el momento del relevamiento con el acto electoral.

Bottinelli indicó que en los últimos años los cambios que se producen son mucho más frecuentes y más rápidos. Según el director de Factum, la última semana o incluso los últimos tres días son claves en el comportamiento de la persona a la hora de hacer efectivo su voto. En tal sentido, Irazabal recordó que por una cuestión de tiempos muchas veces la mayor proximidad de relevamiento que se puede tener con el evento eleccionario es de dos semanas. Agregó que durante ese tiempo se provocan cambios en el “humor social”, producto de que el electorado se encanta y se desencanta con más facilidad, decidiendo incluso el mismo día del sufragio.

¿Qué les pasó a las encuestas en Argentina?

Los especialistas apuntaron en primer término a que la participación electoral en las primarias argentinas fue más baja de la esperada. Irazabal agregó que esto puede tener implicancias en el resultado de los sondeos porque muchas de las personas que respondieron no participaron del acto electoral, más allá de haber manifestado en esa instancia una intención. 

En lo que tiene que ver con el fenómeno Milei, Bottinelli puso énfasis en sus “momentos explosivos”, los cuales, según destacó, le han dado la posibilidad de llegar a públicos “menos politizados”. Consideró esto como un importante desafío para las encuestas, ya que ese tipo de público es menos proclive a dar su respuesta durante los relevamientos de opinión.

Como tercer elemento, los entrevistados hicieron hincapié en la teoría de “el espiral del silencio”. Bottinelli mencionó la importancia del rol de los medios en la construcción del clima para que tuviera lugar tal mecanismo, puesto que estos tienen la posibilidad de generar candidatos “indeseables”. Al ser ellos ridiculizados y atacados en su conjunto por los medios, se genera a su alrededor un ambiente poco proclive a que les manifiesten el apoyo. En definitiva, eso lleva a que, con la excepción de sus fanáticos, se esconda la intención de voto.


¿Cuáles son los desafíos de las encuestas?

Irazabal abrió la posibilidad a que existan errores en las muestras, considerando como un escenario posible el hecho de que las personas encuestadas por las consultoras no sean lo suficientemente representativas en términos estadísticos. Para el consultor político, dentro de lo que significa el método, el tipo de encuesta también juega de manera muy diferente. A su entender, por la existencia de una similar probabilidad de todos los futuros electores de contestar a la encuesta, la presencialidad sigue siendo la manera más efectiva de aproximación a la opinión pública.

Mirando al futuro, Bottinelli indicó que este tipo de situaciones como la que se dio en Argentina va a seguir ocurriendo, ya que “el voto es estable y dinámico al mismo tiempo”. Según explicó, esto se vincula al hecho de que existe una base estable de votos partidarios y también un voto más o menos volátil, producto de la realidad de cada país. El sociólogo apuntó a que el aspecto dinámico parece hacerse cada vez más presente en el comportamiento del electorado, lo cual le va a dificultar captar los movimientos a las encuestas. Reforzando esta idea, Irazabal señaló el debilitamiento de las etiquetas partidarias, apuntando a que han perdido tanto el poder de definir candidato como de disciplinar electorados.


¿Uruguay puede tener este tipo de dificultades?

Más allá de considerar que Uruguay ha pasado y puede pasar por este tipo de fenómenos, Bottinelli focalizó su análisis en el hecho de que se tiene un problema importante en la estimación de la participación en las elecciones internas. Aseveró que esto último modifica el perfil de los electores y también su peso dentro de cada partido.

Por su parte, Irazabal, más allá de reconocer esta dificultad, consideró que el sistema político uruguayo es más estable que el argentino dada la importancia que toma la identificación con las distintas preferencias partidarias. Por otra parte, consultado por la posibilidad de la existencia de un fenómeno de espiral del silencio en el sistema local, señaló que los oficialismos suelen ser los más afectados. Sin embargo, sostuvo que en Uruguay es diferente, ya que el gobierno está teniendo un buen desempeño a nivel de aprobación.