Las interrogantesLa representante de la Cámara de Comercio se refirió a los temas que más preocupan hoy por hoy a los asociados a la gremial empresarial. La primera interrogante es, sin dudas, la apertura de fronteras.Al comparar el desvío del valor actual del tipo de cambio real respecto al promedio histórico, se observa que, al día de hoy, Uruguay es más caro que sus principales socios comerciales: un 56% más caro que Argentina, un 37% más caro que Brasil y un 12% más caro que Estados Unidos, según datos de la CCSU.La diferencia cambiaria, en particular con Argentina, preocupa al sector comercial y no solamente por los departamentos de frontera -que son los primeros afectados y los directamente involucrados-, sino también por el derrame que esto pueda conllevar en el comercio de todo el país.En el marco del almuerzo de la Asociación Rural del Uruguay en la Expo Prado, el subsecretario de Economía y Finanzas, Alejandro Irastorza, adelantó que este tema también mantiene alerta al gobierno y apuntó que se estudian medidas relacionadas con exoneraciones de impuestos patronales y “algunas tarifas” en pos de beneficiar a los comerciantes que puedan verse afectados.Consultada al respecto, Ana Laura Fernández sostuvo que ya hay indicios de que va a haber medidas microeconómicas concretas. Asimismo, resaltó que otro actor fundamental será la Aduana. "Desde la CCSU estuvimos reunidos con la Aduana y las autoridades nos transmitieron la importancia del control en el trasiego de mercadería a través de las fronteras". La asesora apuntó que si bien es inevitable, “es importante que existan los mayores controles para evitar distorsiones muy amplias en mercadería que ingresa sin el pago de impuestos”.Además de estar trabajando 100% coordinados con la Aduana, la asesora recordó que desde el MEF ya hay indicios de que habrá medidas en ese sentido con el objetivo de mitigar los efectos negativos que pueda tener el sector comercial ante la inminente apertura de fronteras.Una de las propuestas planteadas al MEF en el grupo de trabajo fue la posibilidad de que se le descuente el IVA a los productos de la canasta básica de los comercios del litoral. Sin embargo, Irastorza reconoció que estos alimentos tienen un IVA del 10%, por lo que esa exoneración impositiva “con una diferencia de 200% y hasta 300%” en los precios de los mismos productos en los países vecinos “no soluciona el tema”.Por otro lado, también está en la mira el impacto que pueda tener la temporada turística en el proceso de recuperación, teniendo en cuenta el gasto que puedan realizar esos turistas que arriban a Uruguay principalmente desde Argentina. "Es una economía muy deprimida y nosotros estamos históricamente muy caros respecto a Argentina; esto condiciona los resultados en materia de gasto turístico", puntualizó Fernández.Los más cercanosCambadu representa a 3.000 socios, la mitad de los cuales son comercios de cercanía, almacenes y autoservicios. El 95% de ellos son pymes.Su presidente, Antonio Ameijenda, explicó a CRÓNICAS que en el 2021 se percibe una baja de la venta y del consumo, lo que ha sido más patente en los barrios periféricos que presentan, a su vez, más desocupación. “Ya nadie tiene el poder adquisitivo que tenía anteriormente pero la gente se ha dado cuenta que los negocios de cercanía tienen los precios y otras bondades que no tienen otros negocios”, resaltó Ameijenda. En la misma línea, sostuvo que el mercado minorista no ha sido el más perjudicado aunque sí hay que protegerlo de aquellos que buscan desplazar a la competencia.En este sentido, Ameijenda alertó sobre el avance de corporaciones que, independientemente de la rentabilidad, tienen como objetivo anular a la competencia. "Consideramos que la libre competencia es muy buena, pero tenemos un canal muy bien abastecido en Uruguay y se siguen estableciendo negocios que no están buscando rentabilidad sino el desplazamiento de la competencia, y eso es peligroso para el mercado", reflexionó. El presidente de Cambadu hizo énfasis en la importancia de que haya más opciones en cuanto a los medios de pago electrónicos, que en muchas ocasiones funcionan como un anzuelo para lograr un mayor consumo en los comercios de cercanía. La mayor oferta en la pasarela de tarjetas de crédito y débito y la presencia de distintos sellos y actores intermediarios ha promovido una rebaja en los aranceles y pagos anticipados o reducciones en los tiempos de pago que también resulta en un beneficio para los negocios más pequeños. "El negocio de cercanía tiene que adquirirlo, no pensar que es un gasto, es un servicio muy importante para el público", destacó Ameijenda."Hoy prácticamente el 50% o más de las ventas se hacen por medio de pago electrónico", subrayó el presidente de Cambadu, aunque sostuvo que la cifra fluctúa según de qué zona de la capital se trate.De hecho, según el Reporte del Sistema de Pagos Minoristas difundido en marzo de este año por el Banco Central (BCU), el impacto es aún mayor. El IPET (índice de pagos electrónicos vs. tradicionales) pasó de 50 a fin de 2019 a 57 a fin de junio de 2020 y a 61 al cierre de 2020. Es decir, que cada $100 abonados, $ 61 se hicieron por medio electrónico y $ 39 por los medios tradicionales.“Uruguay es un 56% más caro que Argentina, un 37% más caro que Brasil y un 12% más caro que Estados Unidos”.