Juan Gómez: Comentarios como los de Graciela Bianchi “no le hacen bien a la institucionalidad”

EN PANINI’S

Fiscal de Corte


En momentos en que el sistema político debate sobre posibles modificaciones al funcionamiento de la Fiscalía General, el Dr. Gómez opinó que las propuestas se deben al “desconocimiento” de quienes las propugnan y explicó por qué, lejos de solucionar las cosas, las complicarían. “No creo que el Dr. Zubía conozca la actual realidad de los delitos”, agregó en referencia al diputado colorado, quien ha insistido en la creación de un triunvirato que sustituya al fiscal general.


El menú En la cava de Panini’s, el jerarca degustó corvina rubia con arroz basmati persa, alubias y cebolla caramelizada, y sanfaina, y para beber eligió Sprite Zero. De postre, optó por flan casero con dulce de leche, que acompañó con café.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Todos los partidos políticos ratificaron la confianza en usted para ocupar este cargo tras su comparecencia al Parlamento días atrás. Sin embargo, ha habido algunas voces disonantes, como la del exfiscal y diputado Gustavo Zubía, quien dijo en una entrevista con CRÓNICAS: “Si la coalición quiere marcar un perfil en el combate contra el delito, tiene que designar un nuevo fiscal de Corte”.

-Es una declaración de alguien a quien respeto por su condición de parlamentario, pero no la comparto en absoluto, no está fundada en los hechos. No creo que el Dr. Zubía conozca la actual realidad de los delitos. Recuerdo que se fue de la Fiscalía apenas transcurridos tres o cuatro meses de la instalación del nuevo Código del Proceso Penal (CPP). Yo no le pongo palos en la rueda a nadie. Si el sistema político quiere nombrar a un nuevo fiscal de Corte, bienvenido sea. Yo lo tomaría de buen grado, no soy un rencoroso de nada, y al otro día estaría atendiendo otras situaciones que en la vida también son importantes como la familia, los amigos. Me iré de inmediato sin siquiera lamentarlo.

-¿Quedó conforme con el resultado de esa comparecencia?

-Yo pensé que se iban a analizar a fondo los temas y que iba a tener la oportunidad de reflejar cuestiones de la institución que considero importante que los senadores conozcan. No fui a buscar respaldo, pero me congratuló que surgiera espontáneamente.

-Tiempo atrás, la senadora nacionalista Graciela Bianchi dijo a El País que usted “era mano derecha” del anterior fiscal de Corte, Jorge Díaz, y que ahora “le está haciendo los mandados”. ¿Cómo lo tomó?

-Con el mismo respeto que dispenso a cualquier parlamentario, es un concepto absolutamente incierto que lo puede tener una persona que no me conoce, que no haya analizado mi trayectoria. Sería una falta de respeto que alguien me presionara para que yo actúe de tal o cual forma. Lo desmiento absolutamente, no tiene ningún fundamento y hasta roza mi dignidad personal pensar que yo sería tan falto de seriedad para ser títere o persona manejable por otro.

Los encuentros que puedo tener con el Dr. Díaz son los que tengo con cualquier persona en el ejercicio de la actividad que estoy cumpliendo. Expresamente le pedí que no me tuviera en cuenta ni para tomar un café, así que mal me puede manejar. Y no es soberbia, es responsabilidad.

El Estado de derecho requiere instituciones serias, y el Uruguay sobresale en América Latina en ese sentido. Eso es lo que uno debe cuidar. Ese tipo de comentarios no le hacen bien a la institucionalidad, porque podemos dejar la sospecha de que las cosas pueden ser manejadas de afuera o sin transparencia.

-Hay una comisión multipartidaria que está trabajando en la Cámara de Diputados con el fin de hacer transformaciones a la reforma del CPP implementado en 2017. Luego de cinco años, ¿debería haber cambios?

-Siempre hay que hacer cambios. Son estructuras dinámicas y uno tiene que advertir las dificultades y corregirlas. El número de juicios orales y públicos, si bien es importante, aún no es el ideal. Los procesos abreviados son absolutamente necesarios, si no, el sistema estaría colapsado, pero en la medida en que podamos ir limitándolos, eso le haría bien al sistema.

-En una entrevista con CRÓNICAS, el Dr. Jorge Chediak, expresidente de la Suprema Corte de Justicia, propuso hacer un proceso extraordinario muy breve para el caso de las rapiñas, donde se diligencie la prueba, a diferencia del abreviado. ¿Qué opina?

-Es difícil llevar a las víctimas y a los testigos a enfrentarse con sus victimarios, y más en el caso de las rapiñas. No sería la mejor solución. Está bien que se establezcan límites en cuanto a cuál es la pena mínima aceptable para determinados delitos, pero el abreviado es necesario. Además, hay que tener conocimiento de lo que insume un juicio en horas hombre, y hoy no hay recursos suficientes. Se puede seguir mejorando, pero un cambio sensible de la actividad de los procesos abreviados sería perjudicial y además imposible, y tendería a la impunidad, que es lo peor que le puede pasar a la sociedad.

-Otro de los planteos de Chediak, en línea con algunos actores políticos, fue que con el peso que la figura del fiscal de Corte tiene tras la reforma del CPP, debería crearse un triunvirato. Usted se ha manifestado en contra. ¿Por qué?

-Yo le tengo un profundo respeto y hemos trabajado mucho con el Dr. Chediak, pero estoy diametralmente en contra de lo que expresó. En ningún país del mundo existe un organismo colegiado que se encargue de la institución que tiene, entre otros cometidos, la persecución penal, la dirección de las investigaciones, la protección de víctimas y testigos.

Los poderes están en las leyes, que son votadas por los parlamentarios. ¿Por qué me llamaron al Parlamento? Para dar explicaciones sobre determinada política disciplinaria de la Fiscalía de Corte. No me siento con ningún poder, me siento con la responsabilidad de cumplir la ley y la Constitución.

Imagínese que haya un triunvirato en la Fiscalía General y tengamos que llenar una vacante en San José: entre tres personas tendríamos que pensar; quizás uno quiera que venga el de Bella Unión, otro el de Tacuarembó y otro el de Rivera. ¿Para eso necesitamos tres personas, cuando es una institución sometida a jerarquía?

Además, si un funcionario cometió una falta administrativa, ¿qué tenemos que hacer? Cumplir la ley. Si no, estaríamos cometiendo un abuso. La Fiscalía tiene el deber de la transparencia y lo cumple a rajatabla. Cualquier periodista puede preguntar cuántas formalizaciones hubo por tal delito y le van a responder. El ingreso y ascenso de funcionarios está expresamente previsto que debe ser por concurso. Si eso es ejercicio desmedido de un poder, yo no lo entiendo.

-¿Se refiere a que quienes proponen esta medida lo hacen porque desconocen el funcionamiento de la Fiscalía?

-¿Cuál es el poder que podría tener? Es un desconocimiento real de la Fiscalía General, que lleva a pensar que me siento en el sillón del fiscal de Corte y paso por arriba de derechos de cualquier persona, pero no es así. ¿Qué poder he tenido en estos 11 meses que no sea levantarme temprano y cumplir mi función todos los días?

Muchas veces retorno satisfecho a mi casa, pero otras con el dolor de ver miserias humanas en las críticas inmotivadas, en las soluciones de bolsillo que se lanzan. Igualmente, al día siguiente me levanto con la misma fuerza y sé que tiene sentido la lucha. Dentro de esa lucha miro para los costados y no veo ningún poder.

-¿Una Fiscalía colegiada sería perjudicial para el sistema?

-No solo perjudicial, sería dispensar recursos que se necesitan para otras cosas. Me encantaría que quienes propugnan ese tipo de soluciones sin conocimiento de la realidad de la Fiscalía, crearan más unidades para atender los problemas importantes como los abusos sexuales, la violencia doméstica. Aparte deberían comprar otro local si van a crear un triunvirato, porque un director requerirá un despacho como el que tengo yo, que está en buenas condiciones, pero no entran tres personas.

-Hay un artículo en esta Rendición de Cuentas para evitar que, ante una denuncia, el fiscal que va a intervenir pueda ser voluntariamente designado por el DPA (Departamento de Depuración, Priorización y Asignación), que depende del fiscal de Corte. ¿Sería posible que los casos sean asignados aleatoriamente?

-No es posible. Como decía, el desconocimiento lleva a soluciones equivocadas. Hay turnos, entonces, si es en la Zona I, por ejemplo —para tomar el caso de Montevideo, pero es aplicable a todo el país—, el caso va al fiscal que esté de turno en esa fecha, se sabe que tiene que ser ese.

Si estamos hablando en serio, mire si un fiscal de Corte va a estar diciendo “esto mándelo a este”, “esto a este otro”, cuando hay cerca de 28.000 novedades policiales mensuales que repercuten en el sistema de la Fiscalía General, o sea, unas 1.000 por día. No son así las cosas.

Hay que crear instituciones fuertes, hay que darles los recursos y saber que se actúa con absoluto apego a la ley y a la Constitución. Esas son todas modificaciones que, en vez de solucionar cosas, las complican. Hay mucho trabajo y a veces siento lo que parecen garrotazos, pero no pido nada, solo espero que se respete a la institución porque es importante para la vida de la gente.

-Como exfiscal de Homicidios, ¿cómo analiza el aumento que ha tenido este delito y el grado de violencia que se da en muchos casos?

-La sociedad se ha vuelto mucho más violenta en la última década y los motivos son diversos. Hay una incidencia del narcotráfico en un buen número de actos que son cada vez más violentos. En mi época, a los deudores o quienes habían “traicionado” a la organización, les efectuaban disparos a las extremidades o una paliza, y eso fue variando hasta llegar a lo más terrible que es descuartizar una persona. En muchos casos falla la educación.

Preocupa la cantidad de femicidios, ahí estamos frente a un problema. Hay que analizar en mayor profundidad cómo puede el Estado ayudar en esas situaciones. No en todos los casos existen denuncias previas.

Lo vemos también en el nivel de enfrentamiento social que se da por cuestiones políticas. Tenemos que desterrar definitivamente ese intento de generar una grieta. Esas personas algún día se darán cuenta de que, si no tenemos el control de las emociones y el respeto por las opiniones de los demás, estamos construyendo algo muy feo.

-En el acto del 25 de agosto en Florida, gremios docentes protestaron contra el presidente con insultos. ¿Lo dice por ese tipo de cosas?

-Eso es lo que no debe pasar. Uno aspira a que haya cabezas que logren imponer el respeto, que es lo más importante. A veces creo que las masas salen rápidamente del eje y terminan haciendo esas cosas que es lamentable que ocurran. Yo no creo que nadie salga a festejar la falta de respeto a un presidente, a un ministro. Son cuestiones que se dirimen en otras instancias, no a los gritos.


“La LUC ha tenido una influencia positiva en la lucha contra el delito, pero es insuficiente”

-A dos años de establecida la Ley de Urgente Consideración (LUC), ¿se podría decir que logró su objetivo de mejorar la seguridad, o está lejos de hacerlo?

-Las leyes por sí solas no pueden resolver situaciones de la vida cotidiana. Ha tenido una influencia positiva en la lucha contra el delito, pero eso es insuficiente para decir que estamos en un país con plena seguridad. No lo estamos. Si bien las informaciones oficiales hablan de una baja de una serie de delitos, hay otros que han crecido como la violencia doméstica.


“La droga sigue llegando y está presente en la vida de la sociedad”

-¿Cree que los esfuerzos en el combate al narcotráfico que ha realizado el gobierno han dado sus frutos o debería tomar otro rumbo?

-Tengo una visión distinta a la de la policía, es decir, es bueno atacar las bocas, sí, pero también lo sería tener mayor información sobre las organizaciones que están detrás de las mismas. Generalmente es gente con antecedentes que no encuentra ubicación en otro lado. Cuando se actúa, la persona termina condenada por un delito de drogas, pero quien lucra con esa actividad muchas veces queda libre, entonces, hay que atacar a los grupos criminales que trafican.

-El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, ha dicho que como en la calle hay menos drogas por el éxito que han tenido algunos procedimientos, la disputa por el territorio es más violenta y así aumentan los homicidios. ¿Usted comparte?

-Yo no tengo elementos para contestarle. Me congratulo de que haya buenas incautaciones, pero evidentemente la droga sigue llegando y está presente en la vida de la sociedad.


“Faltan recursos y hay que buscar soluciones”

-¿Qué objetivos se han planteado a la interna de la institución y cuáles son las tareas que se están llevando adelante?

-En el Centro de Formación, este año llevamos 75 fiscales formados en litigación para los juicios y todo lo que implica la persecución penal, y en setiembre vamos a llegar a los 100.

Acabamos de realizar seis jornadas con el Centro de Formación con los peritos de la Policía Científica, analizando todas las pericias, qué es lo más conveniente solicitar, de qué forma hacerlo, ayudando a una capacitación diaria que es necesario que todos tengamos.

También hemos desarrollado un montón de cursos virtuales sobre delitos sexuales gracias al impulso de la Dra. Mariella Leles.

Además, la Unidad de Víctimas está participando en la vida de las víctimas y los testigos y también en la formación de operadores para saber cómo se debe tratar a la víctima en determinadas situaciones, cuál es la contención que necesita.

Nos faltan recursos. Hay 200 adscriptos reclamando una equiparación, que corresponde, porque hacen igual función que los fiscales adjuntos, entonces, hay que buscar soluciones.

Yo tengo especial interés en la creación de una Unidad de Ciberdelitos que sirva de apoyo a todos los fiscales con técnicos que realmente dominen esa materia que es tan especial.

A su vez, estamos en la parte final de un concurso para la incorporación de adscriptos que nos están faltando en varios lugres, estamos haciendo un curso para llenar vacantes de administrativos, que faltan muchos, y estamos realizando el concurso para incorporar al menos 10 abogados.