Mahía sobre la Intendencia canaria: “Yo estoy dispuesto a ser candidato”

EN PANINI´S

José Carlos Mahía, diputado por el FLS y vicepresidente del FA


El expresidente de la Cámara de Representantes dejó su cargo el pasado miércoles con resultados más que favorables. Se ahorró un 8% en viajes con respecto al 2016, se devolvieron $80 millones a rentas generales y se promulgaron 111 leyes en un administración atípica por no contar con las mayorías parlamentarias del Frente Amplio (FA).

En este contexto, el diputado conversó con CRÓNICAS y aseguró que está dispuesto a aceptar una candidatura para la Intendencia de Canelones si el actual intendente Yamandú Orsi elige correr la carrera por la presidencia y el escenario del FA así lo dispone. Asimismo, se refirió a su agrupación, el Frente Líber Seregni, y afirmó que se encuentra “en una carrera contra el tiempo” y que está “en el debe en la construcción de su espacio político”.


El Menú El ex presidente de la Cámara de Representantes degustó como entrada pulpo español en pesto de rúcula, acompañado de papas confitadas y bouquet de hojas verdes. Como plato principal eligió lasagna y como postre tiramisú, todo acompañado de refresco light.


Por María Noel Durán | @MNoelDuran

¿Qué balance hace de su periodo al frente de la Cámara de diputados?

Mi balance es muy bueno porque pude cumplir las metas que me propuse al asumir. Esto es, darle prioridad a la cultura y la academia, resignificar espacios para acercar la institución a la ciudadanía, recorrer el Interior del país, algo que para mi es clave y pude hacerlo a excepción de Salto, Flores y Florida. Además, estando en el exterior me contacté con uruguayos de organizaciones representativas donde hay una diáspora muy importante; esto es algo que nunca se había hecho desde la presidencia de la Cámara.

En líneas generales, bajamos el gasto de viajes; en cuanto a gastos generales vamos a transferir unos $80 millones a rentas generales, de los más altos de los últimos tiempos.

En lo que refiere a lo estrictamente político, fue un año atípico porque tuve una presidencia con minoría parlamentaria por un buen tiempo (a causa de la deserción de Gonzalo Mujica). Generó una administración prudente de la Cámara por que había que asegurarse de que los proyectos de ley que se presentaran, salieran.

La Rendición de Cuentas y los cincuentones son dos de los proyectos importantes que se aprobaron; además, unos 100 proyectos de ley promulgados y cuatro investigadoras en curso. Fue un balance positivo.

La Universidad de la Educación es un tema que lo preocupa, de hecho, en una entrevista anterior con CRÓNICAS aseguraba que quería aprobar el tema antes de terminar su gestión, algo que no pudo lograrse. ¿Piensa que se conseguirán los apoyos necesarios?

Por una concepción optimista de mi vida digo que sí, pero habrá que ver porque eso hace que tengan que ceder tanto el FA como los partidos tradicionales. El proyecto ingresará por el senado y luego en diputados se le dará la sanción definitiva, pero es un proyecto que voy a seguir con intensidad porque para mi es clave para mejorar la calidad de la educación. El partido se empieza a jugar ahora. 

¿Qué cosas le quedaron pendientes?

Eso depende de dónde se ubica el umbral de frustración. Me hubiese gustado mejorar algunos aspectos en cuanto a la comunicación institucional de la Cámara, por ejemplo, en las transmisiones web. Pero, en líneas generales, estoy conforme y siento que cumplí. Me hubiera gustado completar toda la recorrida al Interior. 

¿Lo perjudicó la falta de mayorías parlamentarias?

Condicionó. Marcó la característica del año.

¿Qué es lo que más le enorgullece de su gestión?

Lo que refiere a la cultura, los recitales que llevamos adelante en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Ahí vi el empoderamiento de la gente que asistía a los espectáculos. Yo vi gente llorar cantando A Don José y es maravillosa esa comunicación desde un ángulo no tradicionalmente político.

En lo político más puro y duro, destaco el relacionamiento respetuoso con los legisladores. Yo respeté y a mi me respetaron, y creo que es algo bueno dentro del mal momento que atraviesa la política del país y del mundo.

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¿A qué le atribuye esa mala situación de la política en Uruguay?

A la gran desconexión entre los ciudadanos y sus representantes.

En las últimas semanas hechos policiales violentos sacudieron al país y a nivel parlamentario se volvieron a escuchar las voces a favor e la militarización, la cadena perpetua y pena de muerte. ¿Es un debate que hay que dar?

No son debates novedosos, son recurrentes. En mi experiencia parlamentaria, que es larga, lo he visto frecuentemente después de un episodio triste y trágico. Creo que no produce, a la larga, buenos efectos para la seguridad pública promover leyes en un contexto de debatir más para la tribuna que para buscar una solución. Me parece que el verdadero debate no pasa por ahí, sino más por la gestión que incluye al Ministerio del Interior y a las políticas públicas que lo trascienden. La seguridad es un tema mucho más profundo que la prevención y la represión.

¿Se tendría que tratar el tema a largo plazo?

Tiene mucha connotación electoral, político partidario, para lograr rédito político fácil y ese es el problema que tienen los debates de seguridad que son muy primitivos y no dan respuestas sólidas a los problemas de fondo.

 

Días atrás, ocurrió un incidente en el que regresó sobre sus pasos y pidió disculpas tras calificar a Bordaberry como “el hijo del dictador”. Más allá de este incidente, el intercambio se debía a la propuesta de un proyecto de ley que impidiera contratar a los familiares de los gobernantes. ¿Habría que validar este proyecto?

Sobre el proyecto, me parece que es mucho más efectista que efectivo. Hay que tener transparencia y que la gente tenga derecho a saber más. Una cosa es el cargo de confianza que pueda tener un ministro, senador o diputado con el personal más cercano que esos tienen que ser designados prescindiendo de si es familiar o no porque el factor decisivo es la confianza y la persona cesa cuando cesa quien lo designó.

El tema de fondo es que históricamente en Uruguay se utilizó al Estado para hacer funcionarios públicos a familiares o amigos que aprovechando la posición de poder dejan de por vida a esa gente con empleo. Me llama la atención que los partidos se rasguen las vestiduras con esto cuando al revisar los apellidos de diversas reparticiones del Estado se encuentran una parte de los funcionarios que entraron en determinada época eran familiares, amigos o integrantes de las listas de los partidos tradicionales.

El FA hizo una muy buena política pública al promover los concursos para la función pública a nivel global. Podrá haber alguna manipulación, pero para la relación con la ciudadanía es muy bueno porque libera al que toma la decisión de un compromiso personal o partidario.

Acerca de Bordaberry, hice una reseña histórica, no fue acusatoria, pero al ver la reacción me di cuenta de que debía hacer un tweet aclarando la situación y pidiendo disculpas públicas. Creo que si algo es público, las disculpas también deben ser de esa forma.

 

Usted dice que esta modalidad era moneda corriente cuando gobernaban los partidos tradicionales, pero eso no le resta importancia a los hechos actuales. ¿Habría que tomar cartas en el asunto sobre las acciones de nepotismo del actual gobierno?

Hay que debatirlo y ver si hay que tomar medidas legislativas o no. A mi lo que me tienen que demostrar hoy es que haya un cargo de confianza que se haya colocado a dedo y sea funcionario público de por vida.

Un ex cuñado mío estuvo casado con mi hermana entre el año 80 y el 84. A los 10 años salgo electo como diputado y no tenía relación con él; precisaba a alguien de confianza y él se ofreció. Ponés a alguien de confianza pero si te vas, se va con vos, tiene que ser de confianza y capaz. La gran diferencia es que esos empleos no sean a dedo y de por vida.

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Varios actores de distintos partidos politicos, incluso de la izquierda, aseguran que hay una porción de los votantes del FA que están desencantados. A pesar de esto, y con el impulso de los autocnovocados, el partido tuvo una gran convocatoria en su aniversario. ¿Cómo evalúa la adhesión al FA?

Con respecto a su propia historia, con mayores dificultades porque hay desencanto, pero creo que la izquierda sigue teniendo un poder de convocatoria muy grande, en la sociedad en su conjunto y, en particular, en los jóvenes. Es verdad que las connotaciones de las movilizaciones de los autoconvocados generaron más estimulo en la militancia freteamplista, pero además es cierto que FA sigue siendo un partido con mucha vigencia. Vamos a hacer un acto muy importante el 5 de abril, por el 26 de marzo; seguramente sea en La Teja.

 

¿A qué se debe el desencanto de los votantes?

A múltiples factores. Por ejemplo, hay algunos que quieren una posición más energica en contra de Venezuela y del gobierno de Maduro y hay otros que se enojan por las decisiones que ha tomado el gobierno uruguayo. El FA tiene que ocuparse de eso. También han pegado los hechos de corrupción.

 «Una política cerrada al mundo trae menos empleo y menos inversión»

Desde su asunción en el poder, el FA apostó por los planes sociales. ¿Dieron el resultado esperado? ¿Es una política que se perpetuará en el tiempo?

En líneas generales dieron resultado, pero queda mucho por hacer, porque practicamente se eliminó la indigencia y se redujo mucho la pobreza, pero es necesario tratar factores estucturales.

Tenemos un debe con la primera infancia donde hay números que todavía son muy duros para el Uruguay. Hay que tener en cuenta esto gane quien gane en Uruguay porque es el futuro.

La política social por excelencia que genera más inclusión es el trabajo. En este sentido, la economía ayudó mucho pero hay problemas en la formación, en la educación y en la calidad de trabajo que queremos tener. Hay que trabajar en la calidad y cantidad del empleo.

A su vez, hay distintos actores del Estado que trabajan sobre una misma realidad pero no lo hacen de forma articulada y esto debería cambiar.

En cuanto a la duración de los planes, hay que focalizar y explicar bien a quiénes se les da y por qué, hay que tener una visión más global de los problemas. Yo sé que hay una parte de la sociedad uruguaya que no está conforme con que se destinen fondos públicos a los sectores más vulnerables, pero creo que el problema está en los resultados sobre las expectativas. Los resultados son más a largo plazo de lo que uno quisiera.

Se habla de que Orsi podría participar en la carrera por una candidatura presidencia. De ocurrir esto, ¿le gustaría ser candidato a intendente de Canelones?

Esa resolución de Yamandú (Orsi), cambia el panorma hacia 2020. Yo estoy dispuesto a ser candidato si las circunstancias políticas lo determinana. El esquema de la interna del FA puede cambiar el escenario en Canelones por lo tanto yo no descarto la posibilidad de presentarme a una candidatura pero esta tiene relación directa con las decisiones de la coalición.

Primero voy a pelear con toda la fuerza por un cuarto gobierno del FA, le tengo una fe ciega, me parece que uno tiene que estar dispuestos pero el que define el lugar de cada uno es el partido.

 “El FLS está en una carrera contra el tiempo”

Decía “tengo una fe ciega en el FA para el cuarto gobierno”. En ese escenario, ¿cómo ve la interna de cara a este objetivo?

No hay un candidato cantado a la presidencia ni fórmula pre-cocinada, entonces, hay líderes como Astori o Mujica o algunos más emergentes como Martinez, Cosse, Orsi y alguno más, pero la mejor será aquella que potencie electoralmente la propuesta del FA, las elecciones se ganan con votos. Dentro de ello está la elaboración programática que será el debate de este año.

¿Qué puntos son esenciales en el programa que presente la izquierda para un supuesto cuarto gobierno?

En la parte programática, sin dudas hay cinco grandes puntos. La inserción internacional es la gran línea; el FA tiene que decidir si quiere un país abierto o cerrado y dentro de esto están los acuerdos comerciales. En segundo lugar, en la parte económica, se debe priorizar la captación de la inversión privada para la generación de empleo. En tercer lugar, la educación, que no hemos tenido los niveles de consenso suficiente en algunos sectores como la educación media y la formación docente. En cuarto lugar está la seguridad pública, donde hay que dar un debate porque no se puede pasar de una lógica naif a una lógica policial. Esto pasó porque la izquierda, históricamente, abrió más el debate en otras áreas que en la seguridad. Finalmente, en un quinto punto estaría todo lo referido a la sostenibilidad desde el punto de vista medioambiental.

Hablaba de definir una política internacional. ¿Es necesario unificar posturas y crear un frente sólido en lugar de las diferentes caras que se ven hoy en el partido?

Es el debate que tiene hoy día el FA. Nosotros creemos que una política cerrada al mundo trae menos empleo y menos inversión, por tanto, ir a una inserción interncional abierta es el camino que debería seguir Uruguay.


Sin presiones

La pérdida de valores es un factor clave en la relación entre el gobierno y la cudadanía para el diputado Mahía. “Cómo se refirieron los productores al presidente de la República es una expresión gráfica de algunos excesos que no pueden suceder”, apuntó al hacer referencia al entredicho entre el presidente Tabaré Vázquez y los autoconvocados el pasado 19 de febrero. Asimismo, agregó que estos episodios no se deben naturalizar.

Por otra parte, consultado acerca de otro tema que se encuentra en el tapete como lo es el monitoreo de los medios a manos del Poder Ejecutivo, Mahía aseguró que fue algo que lo sorprendió. “Me parece que es normal que se haga un seguimiento de la información pero que no pase más allá de eso”. En este sentido, añadió que el gobierno del FA han sido los que ejercieron “menor presión o persecución sobre los trabajadores de la prensa” y aseveró que “la asignación histórica de los medios de comunicación en el país fue absolutamente a dedo y a gente vinculada con los partidos tradicionales”. Finalmente, puntualizó que en Uruguay las libertades son amplias y que no le consta la existencia de presiones en la relación con los medios de comunicación.


En el debe

En la seguridad y en la educación es donde, según Mahía, debe centrarse el debate del FA de cara a las elecciones de 2019. Asimismo, Mahía fue autocrítico con su agrupación, el Frente Liber Seregni. “Tiene dificultades en cuanto a su organización y su institucionalización”. En este sentido, reconoció que en 2018 el FLS tendrá el desafío de demostrar si están “a la altura de la expectativa de una gran cantidad de frenteamplistas que buscan un espacio donde expresarse en el partido”. A su vez, evaluó que “la atomización del FA no es productiva para la propia fuerza porque no está bueno que se sub-dividan grupos y grupos que pueden terminar siendo la expresión de especulaciones personales no canalizadas en espacios políticas ya existentes”, puntualizó.

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Mahía destacó el Frente Liber Seregni tiene presencia en el Poder Ejecutivo y en el Parlamento y que han encontrado puntos de coincidencia en la gran mayoría de los temas, sin embargo “el FLS está en el debe en la construcción del espacio político y siento que es una carrera contra el tiempo que ojalá no perdamos ni defraudemos a los frenteamplistas“