Leonardo Loureiro, presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales
Para el nuevo presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Leonardo Loureiro, “no están dadas las condiciones” en el país para generar nuevos impuestos. Así lo manifestó en entrevista con CRÓNICAS, en la que también dijo que le preocupa la conflictividad laboral y subrayó que si un inversor extranjero ve en las noticias que acá hay “conflictos sindicales que son a veces irracionales”, puede considerar que Uruguay es un país “complejo”. Por otro lado, Loureiro destacó que se debe tener una diplomacia “profesional” y saber que las relaciones son entre países y no ideológicas.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Mateo Castells | @teocastells
Menú: El entrevistado degustó en la cava de La Corte corvina rubia grillé, con puré de papa y zanahoria, que acompañó con agua sin gas. De postre, optó por torta de chocolate y un café.
-Semanas atrás asumió como presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE). Desde su nuevo rol, ¿cuál es su valoración acerca de la situación actual del mundo empresarial y del sector productivo del país?
-Estamos tratando de ver cómo profesionalizamos aún más al sector empresarial, y en eso, todas las gremiales han trabajado y hacen uso de los mecanismos existentes. De las cosas importantes, donde ha habido señales positivas del gobierno, es en el tema de la inserción internacional, que es uno de los asuntos que más nos interesa a nosotros. No vemos un plan específico, pero sí observamos señales que importan, como conversaciones con India o Vietnam. Lo otro positivo, que aún no está clara la institucionalidad, pero sí hay un claro lineamiento, es en el tema de la innovación, que es algo muy relevante. Esa coordinación que se está llevando adelante, que hoy no se sabe si será una secretaría o una nueva gobernanza, me parece que es un buen mensaje, porque tenemos pocos recursos y hay que combinarlos de forma adecuada para generar más valor. Es importante que haya una coordinación, para que no existan solapamientos y un mal uso de los recursos públicos. En cuanto a temas económicos directos, las primeras señales del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), relacionadas a optimizar procesos en cuanto a la exportación, no las veo suficientes, pero sí son relevantes.
-¿Le preocupan los planteos acerca de gravar al 1% más rico o la propuesta de reducir la jornada laboral? ¿Cree que es un mal mensaje para las inversiones?
-No están dadas las condiciones en el país para generar nuevos impuestos y la presión fiscal ya es muy alta. Cualquier decisión de aumentar un impuesto, aún para el efecto que se está planteando, produce efectos colaterales. Yo le pido al gobierno que tenga en cuenta que cualquier decisión que tome puede generar un efecto mariposa, porque se cree que se está arreglando un tema y en realidad desajusta algo que no tenía previsto, y ese desajuste puede ser mucho más grande. Si se tocan los impuestos, con una presión fiscal alta, un inversor privado en el exterior puede pensar que si el gobierno había dicho que no iba a tocar los impuestos y lo termina haciendo, van a cambiar las reglas de juego cuando venga a invertir. Y si hoy escuchamos al ministro Gabriel Oddone decir que para mantener nuestra matriz de cohesión social se necesita crecer al 3% anual, en promedio, durante los próximos 10 años, y que para ello se precisan inversiones cercanas a los US$ 15 mil millones, la introducción de nuevos impuestos -o aumentos de estos-, no es la mejor señal que podemos dar como país. En cuanto a la reducción de la jornada laboral, lo peor que podemos hacer con estas temáticas que nos afectan a todos es ponerlas sobre la mesa como banderas sindicales o políticas. Lo tenemos que estudiar a nivel científico y social, buscando evidencia. Si uno busca la evidencia, va a encontrar que en otros países no hay tantas cosas buenas. El ejemplo de Islandia, que es el que se suele usar, es el de un país con aproximadamente 600.000 habitantes y no es comparable con Uruguay. En aquellos países donde más o menos funcionó y tuvo buenos resultados, fue algo gradual y tuvo intervención del Estado. Entonces, si hoy estamos empezando un diálogo social donde se va a hablar de primera infancia y cuidados, entre otras cosas, y a eso le agregamos la reducción de la jornada laboral sin tocar salarios, alguien tiene que pagar la cuenta, y no da para todo.
-Autoridades del MEF han planteado su intención de ir hacia la implementación del impuesto mínimo global. ¿Cómo mira esta propuesta la CCE?
-Es una exigencia internacional y para nosotros es un hecho. Esto afecta más a las decisiones de inversión, porque los beneficios fiscales que daba el gobierno para que alguien se instalara en el país se deberán analizar. Eso puede hacer que se revean determinadas exoneraciones o aspectos que tenía Uruguay y lo veo como un posible impacto negativo, que habrá que buscarle los mecanismos para que no sucedan, pero es algo en lo que el gobierno tuvo que avanzar. Cuando uno quiere sumarse a determinadas líneas internacionales debe respetar algunos acuerdos, y eso es parte de lo que va a acontecer.
-¿Cómo ve el clima de la región a la hora de hablar de comercio internacional y la vinculación geopolítica entre los países?
-Nosotros debemos impulsar una diplomacia profesional y tener claro que los nexos son entre los países y que las relaciones no son ideológicas. Si efectivamente hubiera un avance en un TLC entre Argentina y Estados Unidos, deberíamos estar al costado de Argentina para subirnos a ese tren. Y del lado brasilero, Lula demostró que, con el gobierno uruguayo anterior, que había un signo político distinto al de él, tuvo excelentes relaciones y hubo avances binacionales muy importantes. A mí me parece bien que si Yamandú Orsi tiene un buen relacionamiento con un presidente, vaya y hable directamente con él para avanzar en determinado tipo de acuerdos. Lo más importante es separar la ideología de las relaciones internacionales-comerciales de los países. Creo que si hoy o mañana surgiera la posibilidad de establecer un TLC con Estados Unidos, deberíamos tenerlo estudiado. Debemos estar preparados para afrontar cualquier cosa que suceda.
-¿Que Estados Unidos haya logrado un cierto acuerdo con la Unión Europea (UE) frena en algo el avance del acuerdo del bloque europeo con el Mercosur?
-La lectura que hago es que no todos los países quedaron contentos con el acuerdo y la mayoría de ellos están a favor de una alianza con el Mercosur. Esto es tan dinámico que hoy nos dicen una cosa y mañana nos pueden decir otra.
-En su primera respuesta dijo que las 13 medidas que presentó el MEF semanas atrás no eran suficientes. ¿Qué entiende que faltó? ¿Cree que se podría haber tocado la tasa consular, por ejemplo?
-Si, se podría haber tocado la tasa consular y eso tendría un impacto mucho más grande. Las cifras de esta tasa rondan los US$ 500 y US$ 700 millones y estas medidas del MEF, calculado por ellos, ronda los US$ 20 millones. Si queremos tener un impacto real, debemos hacer cosas que muevan la aguja; esto tendría un impacto no solo en los ahorros, sino también en agilizar el comercio. Sí es importante resaltar que estas medidas son positivas y que es algo bueno que se analice la optimización de determinados procesos. Los gobiernos anteriores hicieron algo muy bueno, que fue la digitalización de muchos expedientes y trámites que eran engorrosos y generaban costos en la ciudadanía, además de pérdidas de tiempo. En ese momento se hizo esa digitalización, pero no se aprovechó la optimización de ellos, y creo que este es el tiempo de hacerlo. Por las señales que ha dado el gobierno, es un tema en el que se van a abocar.
-¿Entiende que es necesario modificar algún aspecto referido a la promoción y atracción de inversiones?
-Lo importante es que el gobierno lo anunció en la campaña electoral y lo sigue manteniendo, de que iba a hacer un análisis detallado de toda la renuncia fiscal y los sistemas de promoción. Tal vez se produzca una optimización de cosas, porque efectivamente es bastante variado.
-En estos primeros meses de gobierno se han registrado algunos conflictos a nivel laboral. Entre los más relevantes aparecen el de la industria pesquera, el del sector lácteo y el del transporte. ¿Le preocupa este nivel de conflictividad?
-Preocupa y mucho la conflictividad laboral y hay que mirarla en dos sentidos. Uno es el de las inversiones que se necesitan para crecer, de las que hablaba Oddone, que muchas de ellas van a venir desde afuera. Hace poco estuvo el presidente de España y colegas de las cámaras empresariales españolas diciendo que España es el principal inversor de Uruguay. Los españoles, franceses, americanos o chinos que vengan a invertir en Uruguay van a mirar las noticias. Si un inversor extranjero ve en las noticias que acá hay conflictos sindicales que son a veces irracionales, puede considerar que Uruguay es un país complejo.
“Si tenemos un país donde la matriz principal es de pymes, tenemos que pensar en ellas”
-El Ejecutivo fijó pautas para la negociación salarial que incluyen el establecimiento de tres franjas y que el grupo de menores ingresos tenga un aumento diferencial, entre otros aspectos. ¿Cree que hace falta una clasificación por sectores de actividad como en rondas pasadas?
-Si, y eso se hace a través de la heterogeneidad y la diferenciación. En algún momento se habló de sectores dinámicos y en situación económica compleja. Distintos gobiernos han buscado estrategias de diferenciación y creo que la mejor forma es colocar no solo el sector, sino la heterogeneidad. Lo típico que ocurre es que el más grande siempre tiene chances de absorber parte de lo que se está negociando y los más chicos pierden. Y si tenemos un país cuya matriz principal es de pymes, tenemos que pensar en ellas.
-¿Se debería incluir la productividad como un elemento a considerar?
-A la productividad, más que en la negociación salarial, que es importante, hay que ponerla sobre la mesa en cualquier cosa que se quiera discutir relacionada a modificar la forma del ingreso. Este es un tema que hay que analizar, porque la productividad también nos afecta en la competitividad.
“Si no hay inflación, las conversaciones en los Consejos de Salarios son más fáciles”
-¿Qué sensación le dejan los anuncios que ha hecho Guillermo Tolosa, presidente del Banco Central (BCU), sobre las metas de inflación fijadas por el ente y la política monetaria que se implementará?
-Es importante que el BCU siga cumpliendo con su mandato original, que es el control de la inflación. Ya dio las señales de que no solo quiere lograr lo que consiguió el gobierno anterior, sino que se puso una meta más exigente. La inflación es lo que más toca el bolsillo del trabajador, y si no hay inflación, las conversaciones en los Consejos de Salarios son más fáciles porque no hay pérdida salarial. El tema inflacionario es importante y hay que controlarlo, porque cuando se tocan los precios, afecta a toda la economía. Siempre va a haber perdedores y ganadores, pero siempre debe haber un balance, que es lo importante para nosotros.
-¿Adhiere a la idea de que el dólar debe ser fijado a un precio determinado?
-Lo que ocurre, es que para el tipo de cambio todas las condiciones son exógenas. Si tenemos a Estados Unidos que marca el valor del dólar e imprime billetes porque tiene deuda y la debe cubrir con impresión, es difícil. Y eso nos va a afectar. Pero, en cuanto a lo que se puede hacer, es importante trabajar en la competitividad y la productividad. Uruguay va a seguir siendo caro, debemos tratar de seguir vendiéndole a países más caros que nosotros, pero sin descuidar lo que menciono.