Integrantes de CTplas y consultores externos expusieron en el LATU sobre cuáles son los desafíos que tiene el mercado del plástico reciclado en la industria nacional. A su vez, ahondaron en las limitaciones de las plantas recicladoras, las exigencias de las empresas transformadoras y la necesidad de una certificación para un proceso del material plástico reciclable posconsumo más acorde a las necesidades de la industria.
El Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) fue sede el pasado martes de la presentación de los resultados de la investigación que realizó el Centro Tecnológico del Plástico (CTplas) con el apoyo del Instituto Nacional de Calidad (Inacal), titulada “Definición de requerimientos de calidad para la incorporación de material plástico reciclado posconsumo en la industria nacional”.
En el evento estuvieron presentes Adrián Míguez, director nacional de Industrias; Rossanna González, asesora del Ministerio de Industria; Gonzalo Blasina, director ejecutivo de Inacal; Lucila Arboleya, presidenta del LATU; y Mariela de Giuda, gerenta de Tecnología y Gestión del LATU.
Blasina remarcó a CRÓNICAS la relevancia de la gestión de calidad para el desarrollo tecnológico y dijo que, de no hacerse este tipo de proyectos en los que se estudia la tecnología, “no estamos en condiciones de gestionar adecuadamente. Para lograr niveles de productividad y de competitividad adecuados, necesitamos las herramientas de la calidad”, concluyó.
La consultora de Ctplas, Pía González, explicó que en el estudio realizaron una encuesta a 22 empresas por la incorporación de material reciclado a sus producciones, ya que cerca del 50% de las importaciones nacionales de plástico son realizadas por estas empresas. CTplas buscó entender sus necesidades, capacidades y limitaciones a la hora de incorporar estos materiales a sus productos. Un 81% de las empresas afirmó que integran materia prima reciclada a sus productos, sobre un 19% que no lo hace.
Gonzalez explicó que la clasificación de estos productos varía según su nivel de trazabilidad y se refirió a la importancia de un certificado PCR para un uso total de materia prima reciclada.
Por su parte, María Dabezies, coordinadora de Ctplas, expuso los resultados con una breve introducción de los objetivos del organismo, la evolución del plástico y la importancia de su tratamiento e incorporación a mayor escala en la industria nacional.
En tanto, Federico Baráibar, un consultor ambiental externo, abordó a las empresas recicladoras desde una serie de entrevistas que permitieron identificar barreras, limitaciones y oportunidades en la incorporación del material reciclado.
Problema para las empresas
El informe mostró que la incorporación de estos materiales tiene problemas operativos, un 85% vinculados a la apariencia estética del producto final, un 77% por la variabilidad en una de las propiedades mecánicas del producto final, mientras que un 69% sufrió de contaminación por impurezas, así como un 69% de problemas en el proceso, los equipos disponibles y, por ende, la producción final.
CTplas advirtió que 50% del posconsumo del material reciclado se exporta en fardos a Asia o Brasil, mientras que un 30% es revalorizado en productos locales. Subrayaron que la mezcla de polímeros limita la revalorización futura de los productos y representa un problema para la expansión en la industria nacional.
González dijo que el 90% de empresas encuestadas remarcaron la importancia de contar con una ficha técnica sobre el material reciclado que reciben para evitar fallas en cualquier parte del proceso. Un 86% no recibe ficha técnica de sus proveedores, lo cual genera limitaciones significativas en términos de control de calidad y trazabilidad.
Desafíos
El estudio contó también con consultores externos. Uno de ellos, Paulo Núñez, es coordinador de la Planta Recicladora Durán y brindó una exposición sobre las dificultades del sector por el estado en el que llegan los plásticos a la planta, la competencia desleal de las empresas informales que no asumen costos laborales ni ambientales, y las limitaciones de un sector que no llega a profesionalizarse.
Remarcó además que la tarea de clasificación se realiza manualmente y presenta importantes desafíos como la limitación en calidad de material que mayormente es impropio o está contaminado, una clasificación individual sujeta a cada operador y una infraestructura limitada con una demanda reducida. Expresó que hay una falla en la oferta y la demanda del material plástico reciclado que corresponde a la baja calidad del material por exigencias que varían, y acotó que esto genera baja confianza en la industria y dudas sobre incorporar estos materiales y darles trazabilidad. A su vez, puntualizó quecontar con una estandarización y procedimientos claros garantiza el cumplimiento de las especificaciones de la industria, que permitiría un ingreso de mayores cantidades al sector.
Exigencias de calidad
Núñez declaró que las exigencias de calidad de los clientes sobre el material reciclado varían según el tipo de actor en la cadena de valor, ya que existen quienes piden una separación básica por tipo de material y comparación, sin imponer criterios rigurosos de pureza o trazabilidad.
Asimismo, afirmó que las empresas recicladoras pequeñas son las más exigentes porque no toleran altos niveles de contaminación, y agregó que son los clientes industriales quienes demandan altos estándares en los materiales.
El coordinador de la Planta Recicladora Durán subrayó que la escasa exigencia por parte de los compradores más comunes fomenta la cultura mínima de calidad en la que las plantas de clasificación se conforman, con estándares bajos que dificultan el camino a la mejora y superación para un mayor ingreso del producto a mercados más exigentes.